Del 18 al 19 de noviembre de este año se celebrará en Manila el encuentro de turno entre los líderes de los países miembros del foro APEC. El lema propuesto por la presidencia de Filipinas, reza así: “Por un mundo mejor a través del desarrollo inclusivo”.
Durante mucho tiempo, el comercio ha sido la fuerza impulsora del crecimiento económico en la región Asia-Pacífico y en otras regiones del mundo. No obstante, con la liberalización arancelaria, se hizo evidente la necesidad de nuevos acuerdos en materia de servicios, inversión, barreras no arancelarias, políticas de competencia y subvenciones. Naturalmente, lograr esto sin un complejo proceso de negociaciones previas resulta prácticamente imposible.
Desarrollo de la integración económica regional
Una posible salida de la situación actual sería profundizar en los sistemas de integración económica regional. En este momento, Rusia desarrolla satisfactoriamente —junto con Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán— la Unión Económica Euroasiática (UEE).
APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation, en español Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) se creó en 1989 con el objetivo de consolidar el crecimiento y la prosperidad de los países del Pacífico. Este foro multilateral cuenta con 21 miembros (entre los que se encuentran Rusia, China, EE UU, México Chile y Perú, entre otros). Agrupa más del 50% de la producción mundial. No tiene un tratado formal y sus decisiones se toman por consenso. Funciona en base a declaraciones no vinculantes.
Este proyecto de integración está orientado desde el inicio a la cooperación con terceros países y sus respectivas asociaciones. Así, en mayo de este año, se alcanzó un acuerdo de libre comercio entre la UEE y Vietnam. Otros 40 países están considerando la posibilidad de suscribir un acuerdo similar.
Un ejemplo de asociación transparente es el compromiso adoptado por UEE para unirse al proyecto chino bautizado como ‘Cinturón económico de la Ruta de la Seda’. La finalización de este proyecto permitirá mejorar ciertas carencias en materia de infraestructuras y en la regulación de la circulación transfronteriza de mercancías y servicios; además, dará un fuerte impulso a la integración de las economías del APEC.
Durante el próximo encuentro entre Rusia y la ANSA (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), que tendrá lugar en Sochi, esperamos alcanzar también un acuerdo mutuamente beneficioso en ámbitos como el de la energía convencional y las renovables, la respuesta ante situaciones de emergencia, la seguridad alimentaria y la agricultura.
La creación de nuevas zonas de libre comercio contribuirá a la liberalización de los flujos comerciales y las inversiones en la región Asia-Pacífico. Sin embargo, el carácter confidencial de las negociaciones para el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (más conocido como TPP) no contribuye al desarrollo sostenible de la región.
Cómo liberalizar el comercio y la inversión
Estamos convencidos de que la estrategia no solo debe basarse en el aumento del número de zonas de libre comercio, sino también el desarrollo conjunto de buenas prácticas en el campo de la liberalización —que tengan en cuenta los intereses de cada una de las partes— y su implementación en todos los miembros del APEC. Para ello habría que ampliar las competencias del foro en la coordinación de diversas iniciativas de integración, destinadas a formar en la región un mercado común, abierto y no discriminatorio. En este sentido, resulta de especial importancia la correcta ejecución de la ‘Hoja de ruta para facilitar el avance hacia una zona de libre comercio en la región Asia-Pacífico’, aprobada en Pekín en 2014.
Para aprovechar el potencial de desarrollo de los países del APEC no basta con fijar las reglas del juego según los flujos comerciales actuales. Es necesario desarrollar un enfoque común basado en la tecnología digital para la formación y regulación de los mercados emergentes. Se deben crear las instituciones y los reglamentos que permitan a los empresarios crear nuevos y prometedores productos, así como empleos de calidad.
Por su parte, Rusia participa activamente en el trabajo de las nuevas instituciones bancarias de la región, como el banco de los BRICS y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. Estoy convencido de que su actividad no solo permitirá el desarrollo de la región Asia-Pacífico, sino que también contribuirá a reforzar la estabilidad del sistema financiero internacional.
A nivel nacional, el país está tratando de generar un clima empresarial propicio, esfuerzos que han obtenido el reconocimiento internacional: Rusia ascendió ascendió 69 posiciones en la clasificación Doing Business del Banco Mundial en los últimos cuatro años, desde el puesto 120 al 51.
Apuesta por el potencial regional
El desarrollo del potencial del Extremo Oriente ruso despierta un interés especial. Este año se inició la adaptación de los territorios conocidos como zonas para el fomento del desarrollo socioeconómico: zonas económicas especiales, con unas condiciones tributarias, entre otras ventajas, sin precedentes en Rusia.
En Vladivostok se adoptó la ley de puerto libre y está previsto extender este régimen a otros puertos estratégicos del Extremo Oriente ruso. Los puertos del extremo oriente, la Ruta Marítima del Norte y la modernización de nuestras vías férreas deben impulsar la interdependencia en la región Asia-Pacífico, ya que constituyen un importante eslabón entre esta región y Europa.
Los miembros de APEC se han mostrado también interesados en la propuesta rusa de crear un espacio educativo común en la región. Ahora que la zona de Asia-Pacífico ha logrado situarse entre los principales centros tecnológicos del mundo, los proyectos conjuntos para la creación de grandes plataformas y centros de investigación están más valorados que nunca.
Cabe señalar que, en reconocimiento a su papel de impulsor de esta propuesta, Rusia presidirá (junto con Perú) el Consejo de Ministros de Educación de APEC, que se celebrará en Lima en 2016.
Retos climáticos y energéticos
No se pueden alcanzar altas tasas de crecimiento económico sin garantizar la seguridad energética en la región o sin acordar una regulación del clima justa y a largo plazo. Rusia apoya cualquier actividad del foro APEC que favorezca la inversión en el sistema regional de transporte de los recursos energéticos, en el desarrollo de mercados energéticos integrados, en la ampliación de las fuentes de energía renovable y en la ampliación del acceso a tecnología con bajas emisiones de carbono.
Próximamente, en diciembre, se celebrará la conferencia de París sobre el cambio climático, donde se intentará llegar a un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estamos interesados en el éxito de este trabajo, por lo que hemos presentado un informe sobre nuestra contribución a nivel nacional.
La escala y la diversidad de los próximos desafíos del APEC resultan impresionantes. Estoy convencido de que podremos resolverlos satisfactoriamente si nos apoyamos en los principios fundamentales de la cooperación entre socios, si trabajamos en beneficio de nuestros pueblos y por el avance hacia la formación de una familia unida en la región.
Vladímir Putin es presidente de la Federación de Rusia.
Publicado originalmente en ruso por Rossiyskaya Gazeta. Traducido por RBTH.
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