Rusia espera testigos en investigación sobre avión derribado

Rusia espera una respuesta de otros países sobre su voluntad o falta de ella para participar en el examen de los registros de la caja negra del avión Su-24 derribado por Turquía en Siria, confirmó hoy el Kremlin.

Dmitri Peskov, asesor de prensa del presidente Vladimir Putin, afirmó que hasta el momento ningún país respondió a esa convocatoria.

Sin especificar las naciones invitadas, Peskov reiteró que Moscú continúa a la espera de una respuesta "sobre la voluntad o falta de voluntad de ciertos países" a participar en el examen de esos datos.

Citado por TASS, el vocero presidencial aclaró que el Ministerio de Defensa supervisa esta investigación y no pudo precisar cuánto tiempo tardará la espera en relación con los expertos de otras naciones.

El titular de esa cartera, general de Ejército Serguei Shoigú, entregó al presidente Putin ante las cámaras de la televisión nacional esta semana el artefacto anaranjado ("caja negra") que contiene los parámetros del vuelo y las grabaciones correspondientes.

Durante la conversación, Putin orienta a su interlocutor que el paquete se abra y se decodifiquen sus datos solo en presencia de expertos internacionales.

Al reiterar agradecimiento a quienes tomaron parte en la localización y el envío del dispositivo del Su-24, Putin advirtió que Moscú no cambiará de actitud en relación con Turquía tras la lectura de los datos contenidos en la caja negra.

Naves de combate turcas derribaron en territorio sirio el avión movilizado por Moscú en la batalla contra el terrorismo, y Ankara argumentó que tomó esa decisión en defensa de sus fronteras.

De manera contrastante, desde el 5 de diciembre y en contra de la voluntad de Iraq, unos 150 militares turcos invadieron ese país vecino con el pretexto de entrenar a los combatientes irregulares Peshmergas del Kurdistán iraquí.

Bagdad consideró esa intromisión de tropas extranjeras como "una burda violación" de la soberanía nacional, la cual calificó de acto hostil.

El titular del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento advirtió, incluso, que las tropas iraquíes podrían atacar a la fuerza invasora si no abandona el país.

Sin embargo, el presidente Recep Tayyip Erdogan reiteró que Turquía no piensa retirar sus efectivos.

"Nuestros militares fueron a Iraq como instructores, sus funciones se limitan a la enseñanza, el número de instructores puede variar de acuerdo con la cantidad de alumnos, pero ahora la cuestión no consiste en sacar de Iraq a nuestros militares", ratificó el gobernante ante la prensa.

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