La decisión de retirar las tropas de Siria concuerda con la forma de actuar del presidente Putin y su equipo de política exterior: el movimiento es inesperado y eficaz.
El Kremlin se ha comportado de manera muy cauta en Oriente Próximo y ha decidido retirarse en un momento prometedor, al principio de las negociaciones en Ginebra. Además, trata de resolver varios problemas al mismo tiempo, tanto de política exterior como doméstica.
En primer lugar, es una muestra de la decisión de Moscú por mantener el proceso de paz, no solo con palabras sino también con hechos, ya que los ataques aéreos de Rusia eran una de las mayores quejas de la oposición. Ahora los oponentes al actual régimen sirio tendrán menos argumentos.
Por otro lado, el Kremlin envía una señal al presidente sirio Bashar al Asad sobre los límites del apoyo aéreo de Rusia y le compele a encontrar un acuerdo con sus oponentes.
Recientemente ha habido rumores desde Damasco según los cuales las últimas victorias de las tropas gubernamentales con el apoyo de la aviación rusa habían animado a Asad y sus aliados a continuar la guerra hasta alcanzar la victoria. En las recientes negociaciones en Ginebra, la delegación gubernamental parecía estar llena de confianza, de modo que el anuncio de Putin es una llamada de atención a Damasco.
Rusia tiene la oportunidad de presentarse como una fuerza que ha salvado al Estado sirio del colapso, pero que al mismo tiempo rehúye apoyar del todo al régimen de Asad.
Además, la retirada de las tropas es una señal para Occidente y los países de Oriente Próximo que deja claro que Rusia no prentede restablecer su influencia en la región. Esto puede aliviar las sospechas de países como Turquía y las monarquías del Golfo, que vieron la intervención rusa con gran preocupación. Así que se reducen los riesgos de que se repitan peligrosos incidentes, como el ocurrido tras el derribo del Su-24 ruso en la frontera sirio-turca.
Y es que Moscú, a pesar de las comparaciones de Rusia con la URSS, está interesado en mejorar sus relaciones con Occidente, que es el mayor socio comercial e inversor de Rusia. Por lo que respecta a los países del Golfo, se ha tratado de establecer acuerdos de cooperación pero la campaña siria ha sido muy ciritcada por estos países árabes, lo que ha obstaculizado el acercamiento.
Paradójicamente, es poco probable que esta decisión complazca a Washington. EE UU no estaba en contra de que Rusia bombardease al Estado Islámico, pero el Kremlin ha vuelto a demostrar que puede ser muy sutil en sus decisiones y que no va a alardear constantemente de capacidad militar.
Al mismo tiempo, Rusia seguirá siendo una de las partes más importantes en la resolución del conflicto sirio, ya que ha demostrado capacidad para actuar de manera decisiva y utilizar su fuerza militar cuando lo considera necesario. En caso de que se vuelva a requerir, Rusia podrá volver a desplegar sus tropas de manera rápida, ya que la infraestructura en Siria no desaparecerá.
Por otro lado, no se deben olvidar las cuestiones relacionadas con la política doméstica. Desde el inicio de la campaña siria uno de los mayores miedos de los rusos ha sido que se repitiera el escenario de Afganistán, cuando el ejército soviético se vio envuelto durante años en una sangrienta e innecesaria guerra. El hecho de que se evite un conflicto similar encontrará apoyo en Rusia.
Además, la operación militar supone grandes gastos. En un momento de bajos precios del petróleo, el prolongamiento podría haber supuesto serios problemas para el presupuesto ruso. Aunque el factor financiero no sea el más determinante, es relevante porque la oposición había comenzado criticar al Kremlin a causa de los gastos en diferentes proyectos de política exterior.
En cualquier caso, el Kremlin no abandonará al gobierno sirio. La ayuda rusa ha restablecido la capacidad militar de las Fuerzas Aéreas de Siria. Además, se mantendrán sobre el terreno los asesores militares rusos, que formarán unidades y repararán el equipamiento. El suministro de armamento tampoco se detendrá, así que no se podrá acusar a Rusia de haber traicionado a sus aliados.
Rusia parece beneficiarse doblemente por su participación en Siria. En un primer momento, cuando comenzaron los bombardeo y ahora, cuando de manera inesperada ha decidido retitrar sus tropas.
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