El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, con una delegación iraní.
Vadim Savitsky / TASSEl ministro de Defensa de Irán, Hossein Dehgan, realizó una visita de dos días a Moscú a mediados de febrero. Se habló entonces del suministro de armas rusas al país persa. Según el diario Kommersant, Teherán pretende adquirir armamento por un valor de 8.000 millones de dólares.
Esta cifra no sorprende ya que la tecnología del ejército iraní, envejecida a causa de años de sanciones, requiere una amplia modernización. Según el experto militar del diario Mensajero Militar Industrial, Konstantín Bogdánov, “Irán necesita remplazar una gran parte de su armamento”.
Irán se enfrenta a dos problemas principales, en relación la modernización de sus fuerzas armadas. A pesar del acuerdo sobre el programa nuclear del pasado verano, el levantamiento de las sanciones es un proceso lento.
Hasta el año 2020 Teherán tendrá que hacer una solicitud y obtener el permiso del Consejo de Seguridad de la ONU cada vez que quiera adquirir armas ofensivas. Por otro lado, Irán, debilitado por las sanciones, carece en estos momentos de amplios recursos económicos.
Sin embargo, los expertos consultados creen que ambos problemas tienen solución. Rusia también necesita tiempo para producir las armas ofensivas que Irán desea. Según Vladímir Sazhin del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, los contratos que se firmen con Irán están pensados para el 2020.
De momento, Moscú tiene capacidad para entregar armamento defensivo y armas de doble objetivo: sistemas de misiles antiaéreos y aviones de carga o de instrucción militar.
Los expertos creen también que la difícil situación económica de Teherán y el hecho de que Moscú sea reticente a la hora de conceder créditos no impedirán el desarrollo de la cooperación, ya que se puede recurrir a las operaciones de trueque o compensaciones mutuas.
Además, Moscú puede revisar el tema de concesión de créditos, sobre todo debido a la gran envergadura de los pedidos. Al mismo tiempo, la nueva presencia de Irán en el mercado energético, le reportará grandes beneficios y también se descongelarán sus cuentas millonarias en el extranjero.
Las fuentes citadas por las agencias de prensa comunicaron que Irán tiene interés en adquirir los cazas rusos Su-30 SM. Según los expertos, lo más probable es que sea la variante Su-30 SME, destinada a la exportación. Este mismo modelo fue presentado en el Salón aeroespacial de Singapur el 16 de febrero.
Irán muestra interés por los sistemas rusos de defensa antiaérea. Moscú y Teherán han acordado el suministro del complejo S-300.
Según diferentes medios, Irán también tiene la intención de adquirir otros sistemas más modernos, concretamente el S-400, que el ejército ruso ha desplegado recientemente en Siria. Sin embargo, Moscú no еstá de momento dispuesto a tratar esta cuestión. Según el editor jefe de la revista Exportaciones de Armas, Andréi Frolov, Rusia no tiene prisa por vender estos complejos a Irán porque antes quiere abastecer su propio ejército y vendérselo a China.
Aparte de aviones y sistemas de defensa antiaérea, Irán necesita tanques. Ambos países llevan varios meses negociando la compra de los tanques T-90.
Teherán está interesado en estos carros de combate, pero exige que Rusia le entregue el know-how. En caso de que se firme un contrato, la producción se adaptará a las necesidades de Irán o tal vez se realice un proyecto conjunto para la producción de un nuevo tanque ruso-iraní.
Irán quiere un contrato de 8.000 millones de dólares de armamento ruso
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