La Iglesia ortodoxa en México asiste a víctimas de la trata y de la violencia machista

Fuente: Amparo Rodríguez

Fuente: Amparo Rodríguez

Monseñor Archimandrita Nektary es desde hace tres años cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa en México y parte de América Central. La misión se instaló en el país hace ocho años. La intención fundamental con la que se estableció era la de crear comunidad.

Tal como Monseñor Nektary explica, tras el desmembramiento de la Unión Soviética, muchos profesionales migraron en busca de un mayor bienestar. Se trataba de personas altamente cualificadas. Los que llegaron hasta México se integraron principalmente en instituciones académicas, biosanitarias y artísticas. Muchos de ellos, en su búsqueda por encontrar círculos sociales similares, se acercaron hasta las sedes diplomáticas, en concreto las actividades de la embajada, como núcleo de encuentro con sus compatriotas, pero muchos otros, prefirieron algo completamente diferente.

Entre quienes buscaban algo nuevo, los había quienes deseaban rencontrarse con su vida espiritual, y es así como finalmente se estableció la necesidad de crear la sede mexicana de la Iglesia ortodoxa: “Nuestra intención al abrir la primera misión aquí fue tratar de atraer a las familias para formar una comunidad que pudiera actuar como un centro de beneficencia para sí misma. Una gran ventaja era que los profesionales podían ayudar a otros miembros de la misma comunidad en su propio idioma” explica Monseñor Nektary.

La comunidad de fieles de la Iglesia ortodoxa en México se compone principalmente de migrantes rusos de primera generación, con estudios universitarios en su gran mayoría y con un bienestar económico poco frecuente en el país norteamericano, así como parejas compuestas por ciudadanos mexicanos que estudiaron en las antiguas repúblicas soviéticas y sus compañeros y compañeras, que en algún momento decidieron arraigarse en México.

Según Monseñor Nektary, es difícil cuantificar su número, pero en el Distrito Federal, principalmente en las delegaciones de Cuuhtemoc y Miguel Hidalgo, es de varios miles de personas.

Lo que ha sucedido es que en los últimos años, el objetivo de ofrecer asistencia a los fieles ha tenido que enfrentarse a nuevas problemáticas entre los que destacan  violencia doméstica y la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

Comunidad Rusa A.C

La diócesis central conoce las labores que la misión lleva a cabo en el país. De hecho, tal y como explica Monseñor Nektary, entra dentro del programa social de cualquier Iglesia: “Nosotros existimos como Iglesia, pero tenemos una institución de la sociedad civil, la Comunidad Rusa A.C ,  que se encarga de ser una sociedad mutualista y trabaja directamente en el apoyo a los ciudadanos. No es directamente la Iglesia, si bien somos nosotros quienes canalizamos todos estos esfuerzos hacia allí. Personalmente nunca he tenido una reunión con chicas que estén ejerciendo la prostitución, estaría fuera de lugar en mi condición de clérigo, pero sí estoy enterado de todo lo que sucede, de toda la problemática. He tenido que hablar con ellas, pero muchas veces ni siquiera entran directamente en contacto conmigo, sino con algunos abogados o con algunos médicos. Contamos con una red y a la Iglesia le llegan noticias de todas partes. Nuestros recursos son principalmente humanos, más que materiales”. 

La Iglesia ortodoxa rusa hace las labores de gestora. Monseñor Nektary es algo así como un organizador. Cuando llega a su conocimiento un caso, a través de otros fieles o de la red de contactos de la que disponen (debido a las constantes amenazas que han sufrido, no comparte exactamente en qué consiste esta red), busca en la medida de sus recursos, la forma en la que la institución pueda ayudar.

¿Con asistencia se refiere a que ofrecen asesoría legal gratuita?

Sí, porque los abogados que tenemos son de nuestra misma comunidad. No son abogados rusos pero están casados con rusas. De alguna manera ellos ya se integraron a nuestra cultura, a veces también a nuestra fe y confiamos en ellos. Nos ofrecen sus servicios cobrando muy poquito o nada. En algunos casos ese poquito lo pagamos nosotros, porque ellas no tienen para pagar.

En el caso de violencia doméstica, que es algo muy frecuente, la mujer no conoce a nadie más que a su compañero. Algunas veces está casada pero no le permiten salir a la calle, está rodeada de la familia de su  esposo, pero él la maltrata.

Son víctimas del machismo, pero finalmente, si logran entrar en contacto con la Iglesia se dan cuenta que hay una institución que puede darles apoyo, que es como si fuera su familia o un pedacito de su patria. En algunas ocasiones yo mismo he tenido que enfrentar a sus parejas.

¿Y en caso de que ella no profesase la misma fe, también ofrecerían asistencia?

En general sí, siendo gente de la antigua URSS. La Iglesia es una institución bastante sólida, que aunque no contamos con los medios económicos para ayudar, sí contamos con los recursos humanos, y podemos buscar personas que nos ayuden a sacar adelante cualquier problema.

Ellos saben después de todos estos años que hay una institución que sí escucha y que efectivamente les va a apoyar y no solamente en base a su religión. El cristianismo es una fe de amor, entonces no podríamos hacer la separación entre aquellos que son de nuestra comunidad y los que no lo son.

Sin embargo, no estamos abiertos a todo el mundo, simplemente no podríamos. Si de pronto viene una persona mexicana católica, le pido que vaya a una Iglesia católica que tiene estructuras bastante más grandes, con mayor arraigo y por lo tanto mayores posibilidades para ayudarlos. Nosotros nos concretamos en un pequeño grupo, pero debido a que contamos con el apoyo de profesionales que pueden hablar la lengua rusa, lengua común entre todas estas comunidades de la antigua Unión Soviética, aunque no sean cristianos ortodoxos, los apoyamos.

¿Qué importancia le dan ustedes al problema de la trata?

Es algo muy serio y grave. Es uno de los grandes problemas, no solo de nuestra comunidad sino de toda la gente de las antiguas repúblicas soviéticas. Hay mucha trata de personas en México. Creo que las autoridades mexicanas están luchando poco a poco para combatirla, sin embargo estos grupos están bien organizados.

La indefensión de las rusas víctimas de la trata en México

Nosotros mismos nunca sabemos con quién tratamos. Sin embargo cuando la chica que se acercó a nosotros nos muestra su sinceridad y vemos que realmente está completamente indefensa, pues tenemos que buscar la primera instancia para ayudarla. Es una cuestión de ética.

El problema es serio. Nosotros somos una institución muy nueva que no cuenta con los recursos financieros para dar el apoyo económico necesario. Sin embargo, podría decir que sí hemos hecho mucho. Hemos podido apoyar a varias de estas chicas que se repatriaran.

¿Cómo entran las víctimas en contacto con ustedes? 

Existe una pequeña comunidad rusa donde se puede rezar y pedir consejo espiritual. Sabiendo que ellas se pueden confesar en ruso y que pueden hablar de sus problemas en secreto, entonces, vienen, piden permiso, muchas veces las traen aquí custodiadas, las dejan entrar solas, y se pueden quedar una o dos horas y después salen.

Cuando nos enterarnos de que hay una situación violenta, tratamos de ofrecer asistencia. No siempre nos enteramos, pero algunas sí nos lo manifiestan. Y no es fácil ayudarlas. Hemos hablado con en Instituto Nacional de Migración al respecto y nos dicen que nos dan todo el apoyo necesario. Han asegurado algunas casas en donde tenían a varias de estas chicas.

Ya todo eso está en manos de la justicia, nosotros realmente no podemos hacer gran cosa en este aspecto, ni tampoco enfrentarnos a una mafia bien organizada.

¿Con qué medios podríamos enfrentarla? Lo que sí hacemos es tratar de darles cierto apoyo: buscar la ayuda del INM, tal vez de la sección consular para que ellas puedan tener, en caso de que no tengan, documentos que las acrediten como ciudadanas rusas o ucranianas. En realidad esta problemática no está en nuestras manos, pero sí hacemos todo lo que se puede, sabiendo por otro lado, que es algo delicado. Creemos que si alguien toma una decisión y simplemente ya no quiere hacer algo, pues entonces necesita ayuda, y si nosotros podemos ayudar, buscamos todos los medios disponibles para dar este apoyo.

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