Según la ley del 29 de julio, se destruirá la producción agrícola de los países que apoyan las sanciones antirrusas.
Sergey Medvedev/TASSEl 6 de agosto en Rusia entró en vigor el decreto sobre la destrucción de los productos sancionados firmado por el presidente Vladímir Putin el 29 de julio de 2015.
A partir de ese día, unos cuantos organismos rusos tienen derecho a desechar la producción cuya importación está prohibida si se retiene en territorio de Rusia.
El balance del primer día fue que 319 toneladas de productos alimentarios acabaron bajo la apisonadora.
Algunos detalles curiosos sobre la destrucción de productos
En la región de Briansk destruyeron 4,5 toneladas de coles, pepinos y tomates;
En la región de Bélogorod destruyeron 9 toneladas de queso que fueron interceptados en la frontera sin los documentos de acompañamiento correspondientes;
En San Petersburgo se empezó a destruir una partida de productos de queso, cuyo peso total es de 20 toneladas, detenida en la frontera en octubre de 2014 y que se conservaba en un contáiner especial;
En la frontera con Bielorusia el conductor de un camión que transportaba 1,5 toneladas de tomates “sancionados” intentó salvar su carga y huyó con el vehículo del puesto de control. Sin embargo, se dejó todos los documentos en la frontera, incluido el pasaporte.
Repartirlo a los pobres significaría apoyar la corrupción
Al mismo tiempo más de 250 mil personas ya han firmado una petición para que se anule el decreto. Muchas personalidades hacen un llamamiento para que se repartan los productos alimentarios entre los necesitados.
Repartir la comida prohibida a los pobres tampoco se puede hacer para no alimentar de esta forma la corrupción, declaró el jefe de la Agencia Rusa de Control Veterinario y Fitosanitario, Serguéi Dankvert, en una entrevista al periódico digital Gazeta.ru.
“Ya tuvimos la experiencia cuando supuestamente repartíamos el caviar a los niños pobres. Sin embargo, el caviar no les llegaba. Aunque todos insistieran: comprobad que no sea peligroso y dadlo a los orfanatos. Actualmente todo el sistema mundial funciona según el esquema siguiente: si los productos llevan documentos falsificados, tienen que ser destruídos”, explica el señor Dankvert.
Al comentar la medida adoptada de destruir los productos, el jefe de prensa del presidente ruso, Dmitri Peskov, declaró que en parte se trata también de la inquietud por la salud de los rusos: “si se reflexiona bien, se trata puramente de contrabando que no tiene ningún tipo de certificados ni nada. Nadie se puede hacer responsable ni garantizar que esta producción, que incluso puede tener un aspecto apetitoso, no sea peligrosa para la salud humana”.
El ministro de Agricultura ruso, Alexander Tkachov, que en realidad fue el autor de esta iniciativa, en una entrevista destacó que la destrucción se lleva a cabo conforme a las prácticas internacionales.
“Si has violado la ley, si se trata de contrabando, éste tiene que ser destruido, -destacó Tkachov. – Vuelvo a subrayar, se trata de una producción de dudosa calidad. No podemos permitir que estos comestibles se suministren en nuestras tiendas, cadenas, etcétera”.
Las hogueras de productos harán que el contrabando no sea rentable
Según datos de la Agencia Rusa de Control Veterinario y Fitosanitario, durante el año de vigencia del embargo alimentario los servicios fronterizos han detenido decenas de miles de toneladas de producción prohibida en Rusia. “Lo camuflan bajo diversos productos cuya importación no está prohibida (...) Por ejemplo, envían carne con el aspecto de una mezcla de hormigón, artículos diferentes, chicles... Es decir, en la declaración para la duana está escrito que se transporta mezcla de hormigón, pero se trata de cerdo”, explicó Dankvert a Gazeta.ru.
Antes de la aparición del decreto presidencial, la Agencia Rusa de Control Veterinario y Fitosanitario devolvía todos los productos prohibidos a los territorios limítrofes. Es decir, si el producto prohibido entraba a Rusia desde el territorio de Bielorusia, Letonia o Lituania, se devolvía hacia allí. “Surgía el problema que había que buscar el propietario y guardar los productos hasta que se formalizaran los documentos de regreso”, explicó el jefe de la agencia sanitaria.
Ahora toda la producción que haya entrado con documentación falsificada será quemada o enterrada. De todas formas, la carne puede ser enviada a unas fábricas especiales donde la transformarán en pienso para los animales.
“Todas las medidas tienen el objetivo de impedir el acceso de la producción prohibida al mercado. Que las empresas entiendan que sufrirán graves daños económicos”, subraya el jefe de la agencia sanitaria. Según Dankvert, está medida va a reducir considerablemente el contrabando.
Lea más:
Rusia refuerza control sobre productos afectados por contramedidas>>>
Tirar comida, aunque sea occidental, es pecado, recuerdan los rusos a Putin>>>
¿Quiere recibir la información más destacada sobre Rusia en su correo electrónico? Suscríbase a nuestros boletines semanales y reciba cada viernes el material más interesante.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: