El buque de clase Árktika entrará en servicio tras cinco años amarrado a la espera de una reutilización. Fuente: ITAR-TASS
Esta clase de buques atómicos son embarcaciones de servicio equipadas con dos reactores nucleares, y ejercen un desplazamiento de agua equivalente a la mitad de un portaaviones.
El rompehielos “Unión Soviética”, la tercera nave de la serie, se puso en funcionamiento tan solo dos años antes de que se desintegrara el Estado que le había dado la vida y el nombre.
A diferencia de sus heroicos predecesores, que tuvieron la suerte de ser los primeros buques de superficie en conquistar el Polo Norte, este no fue tan afortunado en la consecución de récords, sino que tuvo un destino más bien mediocre. Se destinó al uso turístico en el Ártico, donde realizaba cruceros transpolares para extranjeros con alto poder adquisitivo, y a principios de los 2000 ya tan solo servía como estación eléctrica flotante, generando electricidad con los reactores para abastecer a las instalaciones costeras de Múrmansk. Después también realizó expediciones científicas y, finalmente, quedó amarrado, en un atraque que duró cinco años.
Y de pronto, ahora, se demandan sus servicios. Ha trascendido que, como mínimo durante ocho años, tendrá que acompañar diversas embarcaciones por la Ruta Marítima del Norte, que cada vez se hace más popular porque, debido al cambio climático, su capa de hielo va perdiendo solidez.
En los últimos tres años ha aumentado 15 veces el volumen de tráfico de esta alternativa al canal de Suez: ha pasado de 100.000 toneladas en 2010 a 1,5 millones de toneladas en 2013). Además, el trayecto de transporte a través de la Ruta Marítima del Norte es más corto que el que atraviesa las latitudes meridionales. También es más seguro porque no hay piratas y resulta rentable económicamente.
Casi un crucero
La rehabilitación del rompehielos “Unión Soviética” debe concluir antes de finales de año. Reemplazará el buque atómico “Rusia”, que necesita recargar combustible para el reactor. Una parte de su tripulación ya se ha trasladado al “Unión Soviética” y ahora lo está rehabilitando. La vida útil del conjunto del reactor del “Unión Soviética” se aumentará hasta las 150.000 horas.
La empresa Rosatomflot, propietaria de todos los rompehielos atómicos de Rusia, ya le ha reservado un ámbito de responsabilidad al nuevo “recluta”. Realizará labores de vigilancia en el Mar de Kara y la cuenca del Obi.
Allí, en el nuevo puerto de Sabetta pasará a formar parte del mega proyecto Yamal SPG, despejando la ruta para los buques cisterna que cargan condensado de gas.
Así, de los seis rompehielos clase Árktika en breve solo quedarán tres en servicio: el “Yamal”, el “50 años de la Victoria” y el “Unión Soviética”. Cuando en 1972 se creó la nave precursora, esos gigantescos buques, con 150 metros de largo y 138 tripulantes, eran los más potentes del mundo.
Los rompehielos se construyeron como barcos de doble uso e incluso se había previsto poder reconvertirlos rápidamente en cruceros militares auxiliares. Incorporan radares de control de tiro y cuentan con un espacio destinado a la instalación de armas de artillería.
Una parte de este equipamiento se encuentra a bordo en estado de conservación y la otra, en depósitos costeros.
La extensión de la vida útil de los buques atómicos clase Árktika dará tiempo a los navieros para crear un nuevo tipo de rompehielos, el LK-60. Los Astilleros del Báltico construirán tres embarcaciones nuevas para Atomflot, que deben entrar en servicio después de 2020.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: