En el transcurso de estos tres meses fueron escritas algunas de las obras sin las cuales hoy en día la literatura rusa sería sencillamente impensable:
- Pushkin finaliza la novela en prosa Evgueni Oneguin, a menudo llamada “enciclopedia de la vida rusa”
- Escribe las pequeñas tragedias: El caballero avaro, Mozart y Salieri, El banquete en tiempos de cólera y Don Juan.
- Escribe los Relatos de Belkin, acerca de los cuáles escribe a Plétnev, su editor: “He escrito cinco relatos en prosa que han hecho que Baratinsky se retorciera de la risa”.
- Alrededor de 30 poesías, así como el relato en verso La casita de Kolomna.
Ésta época ha recibido el nombre de “Otoño de Bóldino”. Al cabo de tres años Pushkin regresó ahí otra vez y, en un segundo “otoño de Bóldino” salieron de su pluma las obras El caballero de bronce, Cuento de la princesa muerta y los siete caballeros, Cuento del pescador y el pececillo y La dama de picas.
¿Tiempo de melancolía...
Para el poeta el otoño siempre resultó ser el periodo más fructífero. Pushkin era un hombre inquieto, de modo que las pocas horas de luz y el mal tiempo le permitían concentrarse en lo más importante: la creación literaria.
En la soledad de la aldea nadie estorbaba al poeta; así se lo escribe a su editor: “Imagínate: estepa y más estepa; ni un alma alrededor; montar a caballo tanto como lo desee el corazón, escribir en casa tanto como quiera, nadie me estorba”.
Desde el momento en que fue exiliado a Mijáilovskoie, su otra hacienda familiar, por culpa de unos versos desafiantes escritos en el año1824, todos los años, a finales de otoño, Pushkin intenta ir a su retiro para escribir. Y como peor esté el tiempo tras la ventana, mejor éste le parece al poeta.
… o hechizo para la mirada?
En el séptimo capítulo de Evgueni Oneguin y en el poema Otoño Pushkin ofrece una descripción detallada del otoño ruso: desde principios de octubre, cuando “la arboleda se despoja /de las últimas hojas en las ramas desnudas” y se puede contemplar como “la naturaleza se mustia espléndida/se visten de carmesí y oro los bosques”, hasta el mes de noviembre, cuando “El día se ha acortado,/La sombra misteriosa del bosque/Con triste murmullo se desnuda” y se acerca el “tiempo de melancolía...”
En el poema Otoño Pushkin llama a esta estación del año “tiempo de melancolía...” a pesar de todos los “hechizos para la mirada” de las coloridas hojas. En esta misma poesía encontramos la llave para entender la verdadera relación del poeta con el otoño. Una vez finalizada la descripción de la naturaleza el poeta pasa a hablarnos de su estado de espíritu. El otoño le obliga a olvidarse de todo y a concentrarse en su imaginación: “Mi cabeza colmada de audaces pensamientos/y a su encuentro viene con fervor la rima/los dedos piden la pluma, y la pluma el papel”.
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