Ambos países sufren económicamente por la caída del crudo
Shutterstock/Legion MediaEl ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Eulogio del Pino, realizó a principios de febrero una gira por países productores, tanto de la OPEP como fuera de ella. En Moscú se reunió con su homólogo ruso, Alexander Novak, y con el presidente de Rosneft, Ígor Sechin.
En las reuniones se trató de una posible colaboración para organizar una nueva reunión extraordinaria de la OPEP, que se centraría en una reducción de las extracciones con el objetivo de detener la caída de los precios del crudo.
El presidente Nicolás Maduro llamó a Vladímir Putin y defendió la misión de Del Pino en Rusia. No se trata del primer intento de las autoridades venezolanas por subir los precios del crudo.
Durante las pasadas crisis los países productores fueron capaces de llegar a un acuerdo para reducir la producción y en general estos esfuerzos surtieron efecto. Así, tras la caída de 25 dólares a 10 dólares el barril en 1998, la OPEP trató de producir menos y así influir en los precios del mercado.
Rusia, Arabia Saudí, Catar y Venezuela están dispuestas a congelar sus volúmenes de extracción de petróleo al nivel de enero si el resto de países productores de petróleo se unen a esta iniciativa. Así lo declaró el ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak, tras una reunión con representantes de estos tres países miembros de la OPEP, según una publicación del servicio de prensa del Ministerio ruso del 16 de febrero. Explicamos qué significa el acuerdo.
En las circunstancias actuales "la cuestión es quién reemplazaría a nuestro país es los mercados que se pierdan", explica el analista de Sberbank, Valeri Nesterov. "Una reducción unilateral por parte de Rusia no resolvería el problema de la caída de precios a nivel mundial", señala.
Arabia Saudí ha sido reticente a reducir la producción porque no quiere arriesgarse a perder una cota de mercado que podría ser ocupada por Irán.
Mientras tanto, durante las negociaciones con el ministro venezolano, Novak anunció que Rusia está dispuesta a participar en la siguiente reunión de la OPEP y que el país eslavo está dispuesto a reducir las extracciones en un 5%. Poco después de estas declaraciones, cuatro representantes de la OPEP dijeron que no desconocían que esa reunión fuera a celebrarse.
El ministro ruso tuvo que aclarar sus declaraciones. Explicó que se había llegado a un acuerdo solo con Venezuela y que todavía no había habido conversaciones directas con Arabia Saudí ni la OPEP.
"La decisión para reducir la producción solo será posible si todos los países exportadores llegan a un acuerdo y no hay límites de tiempo para las negociaciones”, declaró el ministro ruso. “Estamos dispuestos a negociarlo pero no, por el momento, para tomar una decisión. Si hay un consenso tiene sentido hacerlo”, explicó.
Los expertos extranjeros sugieren que se están mandando señales contradictorias y que Rusia trata de preparar el terreno para evaluar cómo reaccionará la OPEP ante las peticiones de Venezuela, que ha recibido el apoyo verbal de Moscú.
Las autoridades venezolanas apuestan por tratar de subir los precios y hasta ahora han obtenido algunos resultados. Después del anuncio de la negociación entre Rusia y la OPEP el precio del barril subió momentáneamente hasta los 36 dólares por barril.
La subida fue tan inesperada que incluso los representantes de las compañías petroleras rusas se vieron sorprendidos. El aumento de los precios en un momento de espera de un acuerdo para reducir la producción fue algo "estúpido", declaró Mijaíl Leontiev, representante y vicepresidente de Rosneft al Financial Times.
Rusia y Venezuela tienen una gran dependencia del petróleo y comparten el objetivo de que suban los precios. Sin embargo, los analistas rusos consideran que ambos países comienzan a tener síntomas dolorosos por esta dependencia. Han tenido el mayor descenso del PIB entre los grandes productores. El de Rusia cayó en un 3,7%, mientras que el del país latinoamericano se redujo en un 10 %, explica el economista Igor Nikoláiev. La caída de Arabia Saudí ha sido del 3,4%, la de Noruega del 0,9% la de los EE UU, del 2,6%.
Según este economista la situación entre Rusia y Venezuela no es la misma pero cada vez hay "más similitudes y menos diferencias". Alude además a la negativa de realizar reformas estructurales de la economía y que los mandatarios se basen tanto en los cambios del precio del petróleo.
Por otro lado, ¿puede Rusia apoyar económicamente a Venezuela en estos momentos? Rosneft ha invertido ya al menos 1.800 millones de dólares en proyectos en este país. En mayo del año pasado se anunció que las inversiones asciende a 14.000 millones de dólares, pero se desconoce cuál es el nivel actual.
Está en si estos proyectos a largo plazo van a ser beneficiosos. Las nuevo composición de la Asamblea Nacional venezolana, con dos tercios ocupados por la oposición, pretende comenzar un proceso para que Maduro cese a mediados de 2016.
Tal y como explicó Mijaíl Leontiev, "la actividad de Rosneft en el país no depende del tipo de autoridad que haya, sino que se desarrolla según un marco de procedimientos internacionales".
Sin embargo, el posible cambio de gobierno en el país podría implicar la vuelta de las grandes petroleras norteamericanas a Venezuela, las que expulsó Hugo Chávez durante su presidencia. Esto haría que las productoras rusas tuvieran más competencia en este país en un momento delicado para la propia economía rusa.
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