Trabajador de Lukoil en un yacimiento de petróleo.
Ria Novosti/Ilya PitalevLas sanciones impuestas a Rusia a causa de la crisis de Ucrania solo suponen una caída en la economía rusa de entre el 0,5 % y el 0,6 %; el resto de la recesión se debe a una bajada del precio del petróleo sin precedentes.
Así lo afirman en un estudio los empleados del Banco Central de Rusia Andréi Siniakov y Serguéi Selezniov, así como el economista del Fondo Monetario Internacional Agustín Roitman, informa el periódico Kommersant. Según datos oficiales, entre enero y junio de 2015 el PIB de Rusia se redujo en un 3,4 %, en comparación con los mismos meses de 2014.
Vladímir Bessonov, de la Escuela Superior de Economía de Moscú, afirma que “la precisión de estas evaluaciones es relativa, pero en general puedo confirmar que la mayor parte de la caída del PIB de Rusia no tiene que ver tanto con las sanciones como con el cambio en los precios de los recursos energéticos”.
Según Bessonov, la cronología de la caída de la economía rusa confirma estas conclusiones: la mayor caída del PIB no comenzó hace un año (cuando se impusieron las sanciones contra Rusia), sino a principios de 2015 (tras un descenso brusco del precio del petróleo).
“El impacto de las sanciones ha sido distinto en cada sector de la industria: algunos han logrado suavizar su efecto mediante el reemplazo de las importaciones. Sin embargo, el alto coste asociado al crédito en el interior del país también ejerce un fuerte impacto en la economía; la industria manufacturera sufre especialmente a causa del alto coste de los préstamos”, señala Vladímir Bessonov.
A finales de 2014, el Banco Central elevó hasta el 17 % la tasa de interés, de la que depende el precio de todos los préstamos del país. Aunque después dicha tasa cayó gradualmente hasta el 10,5 %.
Los análisis del Banco Central describen la evolución del PIB a partir de la imposición de las sanciones financieras contra Rusia en el cuarto trimestre de 2014 y de la caída del precio del petróleo de 110 dólares a 50-55 dólares el barril.
El modelo que utilizan los autores del estudio se basa en los trabajos del fundador de la Escuela de Chicago, Arnold Harberger, así como de los de Carlos Wei, de la Universidad Johns Hopkins. Concretamente, aplican el supuesto extremo de que, en cinco años, será imposible acceder al capital exterior, lo que anularía la deuda privada externa hacia 2019. Según sus cálculos, la economía rusa volverá a crecer un 1,5 % en 2017.
Quién se beneficia
Según el director del departamento de tasación de la empresa Finexpertiz, Alexéi Baskakov, la situación actual depende de los exportadores de recursos energéticos, ya que estos obtienen sus beneficios en divisa extranjera; pero la mayoría de los sectores del mercado interno se han visto afectados por el encarecimiento del dinero.
“Trabajamos en casi todos los sectores de la economía y, de momento, no hemos detectado transformaciones estructurales positivas en ningún sector excepto, quizás, en los proyectos de reemplazo de las importaciones, que cuentan con el apoyo de los bancos estatales”, comenta Baskakov.
Es más, de acuerdo con el jefe de operaciones en el mercado de valores ruso del fondo de inversión Freedom Finance, Georgi Vashenko, debido a la caída del precio del petróleo, la explotación de los yacimientos del Ártico ya no resulta rentable.
Según Vashenko, no tiene ningún sentido aumentar los gastos de capital en la compra de un equipamiento que se verá afectado por las sanciones. “El factor principal de la recesión es la inflación derivada de la caída del rublo, la cual a su vez se debe a la caída del precio del petróleo y a la renuncia del Banco Central a mantener artificialmente el curso de la divisa nacional”, opina.
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