Así se ha convertido Sarátov en la segunda ciudad más grande de Rusia

Legion Media
Los locales bromean y dicen que es casi imposible dejar la ciudad, y no se refieren a las fabulosas vistas del Volga o la magnífica arquitectura del centro de la ciudad.

Mientras los rusos celebraban el Año Nuevo, la ciudad de Sarátov, a orillas del río Volga, se multiplicó por cinco y se convirtió en la segunda ciudad más grande del país después de Moscú, desplazando a San Petersburgo. Desde el 1 de enero de 2022, un enorme distrito suburbano vecino se ha anexionado a Sarátov y la superficie de la ciudad ha crecido hasta los 2.100 kilómetros cuadrados, mientras que en ella viven menos de un millón de personas. En comparación, la superficie de Moscú es de 2.500 kilómetros cuadrados y la población es 15 veces mayor. ¿Qué ha ocurrido en Sarátov y por qué los lugareños bromean diciendo que es imposible abandonarla (o no bromean)?

Acogedora provincia rusa a orillas del Volga

Sarátov es una antigua ciudad mercantil fundada en el siglo XVI, con un hermoso centro donde se pueden ver edificios de diferentes estilos y épocas: casas de madera con ventanas talladas, lujosas mansiones prerrevolucionarias, monumentales fábricas soviéticas.

“El centro de Sarátov está situado en una hondonada rodeada de colinas, que ofrecen una vista impresionante de la propia ciudad, el Volga y la tarjeta de visita de Sarátov: un puente sobre el Volga de casi 3 km de longitud, que lleva a la ciudad vecina de Engels”, dice la residente local Ksenia Chernova.

Al pasear por Sarátov se puede sentir el pasado, incluso con sólo mirar al suelo: en las calles aún se conservan tapas de alcantarilla, producidas por las fundiciones de hierro locales antes de la Revolución de 1917, con inscripciones en ruso antiguo, según Ksenia.

Uno de los edificios más notables de la ciudad es el conservatorio de principios del siglo XX, construido en estilo pseudogótico, considerado una de las principales escuelas de música del país, donde jóvenes músicos de todas las regiones se esfuerzan por entrar. Justo detrás de este edificio comienza una larga calle peatonal con acogedores cafés, quioscos de recuerdos y zonas peatonales de ocio. Si sólo visita esta zona central, seguirá disfrutando de una auténtica y relajante provincia rusa en su máxima expresión.

Pero las afueras de la ciudad dejan una impresión menos agradable: típicos edificios de apartamentos, patios llenos de coches, constantes atascos, calles cubiertas de nieve que nadie limpia. De vez en cuando, los lugareños llaman a las afueras un “infierno comunal” en las redes sociales: el transporte personal y público se queda atascado en los ventisqueros y las aceras y escaleras en invierno suelen convertirse en el Monte Everest.

En Rusia, Sarátov es conocida como “la ciudad de la que es imposible salir” y son habituales los memes de los lugareños con este tema.

(La inscripción: La gente del tren trató de salir de Sarátov, pero...)

La razón de estas bromas es que, después del mal tiempo, es sencillamente imposible conducir por la ciudad, debido a la escasa limpieza de la nieve, la falta de desagües y el mal estado de las carreteras, que convierten las calles en arroyos de suciedad intransitables.

De hecho, la región de Sarátov encabeza sistemáticamente las ciudades rusas con una población en descenso. Y he aquí la paradoja: la población disminuye, pero la propia ciudad crece en tamaño. Esta es la razón del aumento de tamaño.

Sarátov se hace más grande

En los años soviéticos, la población de la ciudad era de casi un millón de habitantes. Por aquel entonces, las ciudades con un millón de habitantes o más recibían el derecho a construir un metro, como ocurrió en Samara, Nizhni Nóvgorod y Kazán, que también están a orillas del Volga. De hecho, hubo un proyecto de metro para Sarátov a finales de los años 80, pero entonces la Unión Soviética se derrumbó y los problemas de transporte resultaron ser menos importantes que los económicos. Se cerraron plantas de defensa e ingeniería, debido a la transición de una economía planificada a una de mercado, y la gente se quedó sin trabajo. Pero, en la actualidad, ha vuelto a surgir la idea de ampliar la ciudad. En 2022, 79 pueblos cercanos se anexionaron a Sarátov.

Y no es por trata de conseguir un metro. La administración municipal explica que el crecimiento de la ciudad hace accesibles los fondos federales para el desarrollo, lo que permitirá mejorar las infraestructuras y crear más empresas y lugares de trabajo.

Y Sarátov no piensa detenerse ahí. Desde hace años, pretende anexionarse la ciudad de Engels y otros asentamientos cercanos.

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