El famoso hotel de Dombay
Getty ImagesUno de los lugares más interesantes de la localidad caucásica de Dombay es el “platillo volante”, que se levanta en la meseta entre los picos nevados de las montañas. Y no es el único edificio de este tipo que hay.
La idea de construir edificios con forma de OVNI fue concebida por el arquitecto finlandés Matti Suuronen a mediados de los años 60, una época en la que la humanidad encontraba gran inspiración en los vuelos espaciales y en los debates sobre nuestro futuro entre las estrellas. Así surgió la serie “Futuro”. El edificio mide cuatro metros de altura y 8 metros de diámetro. Se construyó con plástico de poliéster reforzado con fibra de vidrio, poliéster-poliuretano y poli (metacrilato de metilo), tenía una chimenea para la calefacción, una cocina e instalaciones en suite. El resultado era una construcción móvil, fácil de montar y apta para vivir en invierno (la nieve se deslizaba por el techo).
Los “platillos volantes” ganaron adeptos en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Taiwán. Sin embargo, con la crisis del petróleo de los años 70 en pleno apogeo, el precio del plástico se disparó y el proyecto “Futuro” se cerró para reducir las pérdidas. Las estimaciones modernas sugieren que quedan unas 60 unidades en el mundo (de las algo menos de 100 que se construyeron entre los años 60 y 70), la mayoría de las cuales se han convertido en monumentos abandonados de la arquitectura de vanguardia.
Y tres de estos "ovnis" se encuentran en Rusia.
El hotel de Dombay
El hotel en la época soviética y en la actualidad.
Sozinov Vitaly/TASS; Getty ImagesEste hotel de montaña llamado “Tarelka” es uno de los pocos casos en los que un edificio extraño se utiliza según los planes originales del arquitecto, en este caso, como alojamiento para esquiadores y practicantes de snowboard. El hotel fue el primero de los tres edificios que aparecieron: fue un regalo del presidente finlandés Urho Kekkonen, que era un ávido esquiador.
Dombay era muy popular entre los esquiadores soviéticos. En la década de 1960 se construyó allí una estación de esquí con una gran infraestructura. Kekkonen la visitó en numerosas ocasiones y decidió obsequiar a la estación con su especial creación.
Así es el hotel 'Tarelka' por dentro.
dombai.onlineEl hotel sigue funcionando hoy en día. El edificio se ha trasladado recientemente 250 metros más arriba, más cerca de los remontes. Sólo se puede alquilar como unidad completa y puede alojar hasta seis huéspedes. El precio es de 15.000 rublos (unos 200 dólares) por noche, que incluye el desayuno y la cena.
Ahora bien, la procedencia de los otros dos “platillos volantes” sigue siendo un tema de debate. Una versión es que Kekkonen regaló no uno, sino tres edificios al complejo turístico. Otra es que la URSS decidió comprar varios de ellos para los Juegos Olímpicos de 1980: Debían albergar supuestamente quioscos de suvenires y caféterías, pero la invasión soviética de Afganistán provocó una serie de sanciones que sólo permitieron comprar tres de los edificios de Futuro antes de que se deteriorara la situación financiera.
Bar ‘Tarelka’ en Gurzuf
La cafetería, cuyo nombre se traduce literalmente como “platillo/plato”, está situada en la ciudad crimea de Gurzuf (calle Naberézhnaia, 7). La Tarelka apareció allí hace 30 años, en las postrimerías de la era soviética. A su alrededor hay un maravilloso parque, justo en la costa del Mar Negro. Antes formaba parte del Centro Juvenil Pansoviético “Sputnik” (hoy es el ala “Sputnik” del hotel balneario “Pushkino”).
En la década de 1990, el edificio albergaba un restaurante de élite que fue perdiendo fama y acabó convirtiéndose en un bar-discoteca. La vista que se abría desde la veranda era realmente maravillosa. Hubo numerosos intentos privados de devolver al edificio su antiguo esplendor, pero el público nunca lo aceptó. Hoy en día, intenta atraer a los clientes con promesas de barbacoas con vistas.
Cafetería “Chainaia Tarelka” en Krasnodar
En el distrito occidental de Krasnodar se construyó otro “platillo volante” de Futuro. Situado en la calle Atarbekova, 54/1, el edificio se convirtió en un lugar destacado en esta zona residencial con sus interminables bloques de apartamentos. Al igual que el edificio de Gurzuf, se levanta sobre un alto zócalo que alberga el salón principal y la cocina.
Al principio, el edificio pertenecía a “Sputnik”, una popular cafetería de helados. En la década de 1990, se convirtió en un bar de mala muerte. A lo largo de los años, cambiaría de propietarios y nombres, sirviendo de bar, almacén e incluso tienda de productos químicos para el hogar.
Café en 1987.
Peshtakovsky/SputnikEn años posteriores, el edificio se convirtió en una cafetería para tomar té, por lo que ahora se conoce como “Chainaia Tarelka”("Platillo de té"), que cuenta con una gran variedad de tés y un diseño interior absolutamente impresionante: paredes rojas y amarillas y cómodos sofás con cojines de distintos colores en todo el perímetro. Las críticas también fueron muy positivas, ya que a la gente le encantó el ambiente.
LEE MÁS: Pincha aquí para ver el avión soviético de 1957 que tenía forma de platillo volante
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