"Bunker-703"
Ministerio de Asuntos ExterioresComenzó a construirse en otoño de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, pero su existencia no salió a la luz hasta los años 90. La instalación secreta, ubicada bajo la actual Academia de Cultura y Artes (que antes albergaba el Comité Regional del PCUS), se construyó principalmente para evacuar a Stalin en caso de emergencia, o, como se indica en la resolución correspondiente del Comité de Defensa del Estado, “según requiera la situación”.
El búnker fue construido por 2.900 trabajadores y alrededor de 800 ingenieros, cada uno de los cuales firmó un acuerdo de no divulgación que duraba hasta la tumba. Ni siquiera los locales sabían lo que se estaba construyendo por la noche detrás de la valla. Los constructores trabajaron en dos turnos, muchos de ellos durmiendo en las habitaciones subterráneas del propio búnker. No se sabe cuándo se terminó finalmente, algunos dicen que entró en funcionamiento en 1941, otros que no lo hizo hasta enero de 1943.
También se desconoce si Stalin estuvo allí. En cualquier caso, le habría impresionado su tamaño. El búnker tiene 37 m de profundidad (la altura de un edificio de 12 pisos) y la sala del comité puede acomodar cómodamente hasta 115 personas.
Hoy en día hay visitas guiadas a las instalaciones, incluyendo el pozo y la oficina privada de Stalin.
Tras el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki, la Unión Soviética comenzó a construir una base de submarinos en la bahía de Balaklava, Crimea, en 1953. El proyecto se completó ocho años después, en 1961, pero la espera valió la pena: nueve submarinos pequeños o siete medianos, así como alrededor de un millar de personas, podían refugiarse aquí de un ataque nuclear.
Durante muchos años la instalación sirvió como base de reparación de submarinos. Los buques entraban en el refugio por la noche y por la mañana estaban listos para reanudar el servicio, armados con suministros de combustible, oxígeno y municiones. La instalación no fue desclasificada hasta 1994, cuando Crimea todavía formaba parte de Ucrania; poco después fue saqueada por ladrones locales. A principios del decenio de 2000, el refugio se convirtió en un museo y hoy en día los turistas pueden pasear por el laberíntico complejo y ver las exposiciones históricas.
En la superficie esta instalación de alto secreto, desclasificada en 2018, parece un discreto edificio gris en las callejuelas de Moscú, flanqueado por un jardín de infancia y una iglesia. A finales de los años 40, se construyó la línea circular del metro de Moscú sobre el sitio del futuro búnker. Cuando se puso en marcha la línea, quedaban varios pasadizos y túneles que se utilizaron como base para el búnker, que se terminó en 1961.
Durante décadas la instalación sirvió como un archivo secreto para el Ministerio de Asuntos Exteriores soviético, donde se almacenaban todo tipo de documentos en interminables estantes. La salida de emergencia conducía directamente al metro.
En 2005 comenzó a tener fugas debido a la falta de mantenimiento. Se retiraron los documentos y se hicieron planes para reconstruir el edificio, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ya no necesitaba el espacio. En 2018 la instalación fue entregada a una organización de veteranos de guerra, que la convirtió en el primer museo de fortificación del país, cuyos principales objetos de exposición son modelos de estructuras de protección y documentos desclasificados que detallan la creación de los primeros búnkeres soviéticos.
La construcción de un puesto de mando para el Estado Mayor de la Fuerza Aérea en caso de un ataque nuclear comenzó en el distrito Tagánskaia de Moscú en 1947 por orden de Stalin. La instalación se completó en 1956, cuando Stalin ya estaba muerto. Se trató de un proyecto trascendental, que contaba con un pozo vertical de 18 pisos de profundidad y un amplio local de 7.000 metros cuadrados.
El búnker se utilizó para su propósito hasta 1986, desde aquí los militares comandaban bombarderos con armas nucleares a bordo. En 2006 se inauguraron aquí un museo y un restaurante. La instalación que en su día fue de alto secreto invita a niños y adultos a ver una explosión nuclear simulada y el lanzamiento de un misil, así como a jugar a las misiones temáticas.
Este búnker, que tiene un interior palaciego, fue construido en los años 30. Para ocultar el refugio personal del Comandante Supremo, se construyeron sobre él un estadio de 120.000 asientos y un complejo de educación física.
Los planes de construcción del estadio no se materializaron y en 1939 solo estaba lista la sección subterránea de la estructura, que se convirtió en el puesto de mando de reserva de Stalin.
Este puesto de mando consta de una sala de conferencias con cúpula, una pequeña oficina y un comedor de estilo georgiano. Está conectado al Kremlin por una carretera subterránea de 17 km. El propio Stalin solo estuvo dos veces en el búnker: para inspeccionar el lugar en 1941 y a finales de noviembre-principios de diciembre de ese mismo año para dirigir las operaciones durante la Batalla de Moscú.
En 1996 se inauguró en el emplazamiento del búnker un complejo museístico perteneciente al Museo Central de las Fuerzas Armadas.
LEE MÁS: Búnkeres soviéticos y el secreto de metro-2 en Moscú
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: