El lago salado más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo, el Eltón está situado en el sur de Rusia, cerca de la frontera con Kazajistán.
El nombre del lago proviene del idioma kazajo: Altyn-Nor (“fondo dorado”). Hace mucho tiempo, los nómadas locales utilizaban el barro rico en minerales del lago para disfrutar de tratamientos de la piel y las vías respiratorias.
Durante siglos, el lago Eltón fue el lugar favorito de los gobernantes y nobles rusos. Todavía se pueden ver los restos del “baño” de la emperatriz Catalina II.
Hoy en día, miles de rusos y turistas visitan el lago cada año por sus cualidades curativas.
Se cree que el lodo salino curativo del lago Eltón, junto con el aire salado, ayuda contra las enfermedades respiratorias y digestivas, los problemas de la piel y mejora el sistema nervioso.
Anteriormente, el lago Eltón fue una de las mayores fuentes de sal de Rusia. La gente empezó a extraerla allí en el siglo XVI.
Sin embargo, en el siglo XIX se interrumpió la extracción: la sal de Eltón se consideraba demasiado amarga y tenía demasiadas impurezas. La gente se dirigió a su vecino del sur, el lago Baskunchak, donde todavía la sal es procesada.
Lamentablemente, el lago tiene sólo unos pocos centímetros de profundidad, por lo que no sirve para nadar.
Todo lo que cae en sus aguas pronto se convierte en una escultura de sal blanca, como si estuviera congelado.
En pleno verano el agua del lago se vuelve roja debido a la microalga Dunaliella.
El lago Eltón es perfecto para pasear, pero asegúrate de usar zapatos, ya que las agujas afiladas de sal pueden hacerte cortes en la piel.
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