Un sombrío monte se eleva sobre el paisaje verde y brillante de la densa taiga rusa. Parecido a un altavoz gigante, con 40 metros de alto y 100 metros de ancho, es un sitio extraño que se puede visitar en un área remota en el norte de la región de Irkutsk, a unos 210 km al norte de la ciudad de Bodaibó.
Hasta 1949 sólo unos pocos locales lo conocían. Era apodado el “Nido del águila de fuego” y los lugareños lo consideraban un lugar maligno que incluso los animales evitaban. Algunos de los que visitaron este lugar murieron de forma extraña y los animales domésticos desaparecían sin dejar rastro. ¿Cuál era el misterio detrás de este cráter? ¿Hay una razón que explique toda esta actividad misteriosa?
El científico que se encontró por primera vez con esta formación única fue el geólogo ruso Vadim Kolpakov. En 1949 viajó a investigar este lugar y no podía creer lo que veían sus ojos cuando se encontró con el cráter.
“Pensé que estaba loco”, recordaría. “Desde lejos me recordaba a una mina gigante e incluso me preguntaba si había gente allí. ¿Por qué la habría? Esta era una zona densa de la taiga. Además, no había campos de trabajo del NKVD (Comisariado del Pubelo para Asuntos Internos) por allí, lo sabía con seguridad. En segundo lugar, pensé que el lugar podría ser un artefacto arqueológico, pero los evenki y los yakutos locales no eran antiguos egipcios. No podían construir pirámides de rocas”.
La primera fotografía de cráter Pátomski, tomada en 1971.
Siberian TimesUn examen más detallado mostró que el cráter era un gran montículo hecho de bloques de piedra caliza con un diámetro de alrededor de 160 metros, con un peso total estimado de alrededor de un millón de toneladas. El cráter fue bautizado con el nombre de Pátomski (en honor al río Bolshói Pátom que pasa cerca), pero no fue examinado a fondo hasta la década de 2000 debido a la falta de fondos.
El misterio del “Nido del águila de fuego” ha alimentado varias teorías, desde el aterrizaje de una nave alienígena hasta que fuese causado por una reacción nuclear subterránea. Algunos, incluido el propio Kolpakov, apoyaron la idea de que el cráter estaba formado por un meteorito que cayó sobre las tierras altas de Pátom; la gente pensaba que podría ser un fragmento del meteorito de Tunguska que había caído en la taiga siberiana en 1908. Otros sugirieron que el cráter era una estructura volcánica que se formó debido a chorros de vapor de gas surgidos a lo largo de las zonas de falla desde una profundidad importante.
La primera expedición científica compleja que visitó el lugar en 2005 no obtuvo ninguna respuesta. El jefe de la expedición murió de un ataque al corazón, una tragedia que algunos se tomaron como un mal presagio.
A pesar de ello, algunos científicos continuaron examinando el área. Las expediciones de los años siguientes (2006, 2008, 2010) fueron más exitosas. El material recogido del sitio mostró que el cráter se formó hace unos 500 años (mucho antes que el meteorito de Tunguska) y que tiene una estructura de anillo con zonas individuales formadas en diferentes momentos.
Los científicos finalmente descartaron la teoría meteorológica y la hipótesis de formación criogénica (que sugería que el cono había sido formado por la congelación de una secuencia de acuíferos) y llegaron a la conclusión de que el сráter Pátomski se formó por una explosión freática (de vapor), que tuvo lugar al fluir el magma en rocas hidrófilas o debido a la falla y descompresión de rocas hidrófilas calientes.
A pesar de esto, algunos prefieren creer en explicaciones más emocionantes y descabelladas, como que un pequeño fragmento de una estrella de neutrones cayó a la Tierra, perforándola de lado a lado y surgiendo a través del cráter Pátomski. No es completamente descabellada. Dos eventos similares ocurrieron en 1993 en diferentes partes del planeta, ambos con tan solo un mes de diferencia.
Todavía no hay explicación para los extraños eventos que se dice que ocurren en las cercanías del cráter. Aparte de la anomalía magnética que se detectó durante una de las primeras expediciones, no hay evidencia confirmada de que algo importante esté enterrado en el centro del cráter.
Cualquiera que sea la teoría que uno elija creer, es muy probable que el cráter siga siendo uno de los lugares más misteriosos de Siberia.
Pincha aquí para leer sobre la impresionante anomalía magnética de Kursk.
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