Este verano, Kaliningrado albergará varios de los partidos de la fase de grupos más esperados de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™: Croacia contra Nigeria el 16 de junio, Serbia contra Suiza el 22 de junio, España contra Marruecos el 25 de junio e Inglaterra contra Bélgica el 28 de junio.
Mientras que la propia ciudad de Kaliningrado es ya un paraíso turístico, aquellos que tengan que esperar unos días entre partidos tendrán tiempo para aventurarse más allá de los límites de la ciudad. Estas excursiones de un día te darán una idea de las escapadas más catárticas de la región de Kaliningrado, y puede que te ayuden a relajarte antes del siguiente partido.
Este romántico balneario, lugar idóneo para gozar de atardeceres y largos paseos, listo para hacerte fotos como si fuesen postales, es el lugar favorito de los kaliningradianos para hacerse una escapadita cercana.
La ciudad, de 13.000 habitantes, destacó en el siglo XIX en la Prusia Imperial como elegante refugio costero y balneario (llamado Rauschen), muy popular entre las élites alemanas y artistas como Thomas Mann o Hermann Brachert. La herencia teutónica de Svetlogorsk te dará la sensación de estar en un pedazo del imperio alemán, y es comprensible que olvides que te encuentras en Rusia. De hecho, las pequeñas y acogedoras casas de estilo alsaciano que habitan los lugareños están muy lejos de los rascacielos soviéticos visibles en Kaliningrado. Un paseo por las principales calles y el paseo marítimo de Svetlogorsk te recordará más a Estrasburgo o Niza que a Moscú. Un ejemplo de ello es la impresionante pero poco habitual torre de agua de estilo art nouveau de la ciudad.
Además de por su arquitectura, Svetlogorsk es muy apreciada por sus playas, que fueron moldeadas por primera vez por Federico Guillermo IV de Prusia en 1840. Las playas de Svetlogork, que se adentran en un bullicioso paseo marítimo, que constituye la principal atracción de la ciudad, ofrecen desde un lado una animada sensación de centro urbano y desde el otro una vista infinita sobre el Mar Báltico. Para experimentar algo verdaderamente placentero, vale la pena acceder a la playa a través de su funicular empinado, que te regala vistas dignas de los perfiles de Instagram más cotizados.
Se puede llegar a Svetlogorsk desde Kaliningrado en autobús, que tarda aproximadamente una hora y media y cuesta 87 rublos (1,20 euros), o en tren de cercanías, que tarda una hora y cuesta 70 rublos (1 euro).
El Istmo de Curlandia ofrece a sus visitantes algunas de las vistas más impresionantes de Europa, y no solo porque es una completa maravilla geográfica. Esta larga y delgada franja de tierra, que conecta Rusia con Lituania, está sostenida por morrenas glaciares, y forma una curiosa pero impresionante barrera entre la Laguna Curónica y el Mar Báltico. Como resultado, lo que puede parecer una isla es, de hecho, un aislado sendero báltico de 98 km de longitud, que reúna toda la belleza natural posible en su pequeña superficie.
Situado en la cúspide de Europa, este puro refugio de naturaleza cuenta con un paisaje natural muy diverso, que consiste en parques nacionales, playas y bosques “danzantes” que atraen a los bañistas, pescadores deportivos y observadores de aves por igual. La tranquilidad presente en el istmo también llevó a la formación de una colonia de artistas en el pueblo de Nida, a finales del siglo XIX.
Lo más espectacular de todo, sin embargo, son las famosas dunas arqueadas del istmo de Curonia: entre las dunas, el lugar se convierte en una tierra de paseos marítimos, brisas marinas, infinitos horizontes bálticos y el sol poniente, con el mejor chapuzón de tu vida a sólo unos pasos. Algunas de estas dunas han permanecido verdes a pesar de la deforestación del siglo XIX; los ciervos que vagan por las arenas son un recordatorio fugaz del bosque que alguna vez fue.
A Lesnói, la primera ciudad del istmo de Curlandia, se puede llegar en coche en aproximadamente una hora. También se puede llegar directamente mediante el autobús № 593 desde la estación de Yuzhni de Kaliningrado, o cogiendo un tren desde cualquier estación de Kaliningrado a la cercana Zelenogradsk y cogiendo un autobús hasta el istmo.
Para algo un poco más fuera de los caminos trillados, no te hace falta buscar más allá de la aldea costera de Yantarni. El poco conocido hogar de 5.000 personas, es una joya escondida, más conocida por sus cercanas minas, que producen el 95 por ciento de las exportaciones de ámbar del mundo (la palabra “yantar” significa “ámbar”). De hecho, las grandes minas de ámbar de la costa merecen ser vistas allí, ofreciendo vistas de una altura sin rival sobre el Báltico.
Sin embargo, la principal razón para visitar Yantarni es por sus plácidas y abandonadas playas, que ofrecen a los viajeros una completa escapada del paisaje moderno de Kaliningrado. Complementadas por altos acantilados de arena, las enormes playas de Yantarni, bordeadas de ámbar, se jactan de ser las más grandes y tranquilas de la región (lo que es más, estas playas fueron las primeras en Rusia en recibir una bandera azul por su limpieza). La dichosa soledad de Yantarni sólo es rota por sus mansiones de estilo alemán, escondidas entre los verdes árboles que pueblan los acantilados junto a la playa.
Se puede llegar a Yantarni con el autobús № 120, que sale de la estación de ferrocarril de Kaliningrado Yuzhni cada media hora y cuesta 140 rublos (2 euros) por pasajero.
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