Rusia aplicará un nuevo impuesto a los complejos turísticos

 La Bahía de Balaclava, Crimea.

La Bahía de Balaclava, Crimea.

Reuters
Una práctica muy difundida en muchos países de todo el mundo -una tasa turística- llega a Rusia. A partir de mayo de 2018 el país introduce un cargo adicional para asegurar la recaudación de más fondos que hagan posible la mejora de la infraestructura turística local.

En todo el mundo existen varios tipos de tasas en zonas turísticas: En Estados Unidos, en muchos países europeos, en Egipto, República Dominicana, Marruecos y Cuba, por nombrar sólo unos pocos, tienen sus propios impuestos que difieren no sólo en función de un país, sino también de que ciudad se visita e incluso de la clase del hotel. En este contexto, la decisión de Rusia de introducir un cargo de tasa el próximo el 19 de julio no debe considerarse como algo excepcional.

A partir de mayo de 2018 los hoteles en los destinos turísticos más populares de Rusia - Altai, Krasnodar, Stavropol regiones y Crimea - tendrá que pagar 50 rublos adicionales por persona al día en 2018 y 100 rublos (1.7 dólares) por persona al día en años posteriores. Esta cuota es menor que en Estados Unidos, por ejemplo, donde uno debe pagar 14 dólares por ingresar al país y luego pagar una tarifa diferente en un hotel (en Nueva York podría llegar a 3 dólares). En otros países, especialmente en Europa, podría costar hasta 5 euros.

¿Para qué sirve esto?

Los complejos turísticos rusos tuvieron un gran pasado durante la era soviética, con instalaciones de que se adaptaban a miles de visitantes cada verano. Pero hoy en día los parques locales, playas y embarcaderos, así como otros lugares públicos están en necesidad urgente de renovación para mantener y aumentar el interés del público hacia los destinos turísticos rusos.

A falta de fondos para hacerlo, el gobierno ruso decidió introducir como recurso temporal una tasa que se mantendrá hasta el final de 2022 y con la que se prevé atraer miles de millones de rublos al presupuesto regional en los próximos cinco años.

El castillo "El nido de golondrina" cerca de Yalta, Crimea. Fuente: ReutersEl castillo "El nido de golondrina" cerca de Yalta, Crimea. Fuente: Reuters

Cada región creará un fondo especial que asignará dinero específicamente al diseño, construcción, mantenimiento y reparación de la infraestructura turística local. En 2022, el gobierno evaluará la eficacia de la iniciativa y decidirá si la ampliará en todo el territorio de Rusia.

¿Bueno o malo?

Para una gran parte de los turistas esta medida es poco probable que se convierta en un factor de dinamización. El precio de las vacaciones aumentará de manera insignificante - sólo 500 rublos (8 dólares) por una persona por 10 días y 1.500 rublos (25 dólares) por una familia de tres. "La gente suele gastar alrededor de 32.000 rublos (541 dólares) en un paquete de vacaciones, por lo que este incremento no supondrá una gran diferencia. El año pasado, el precio de un paquete turístico fue de alrededor de 44.000 rublos (744 dólares), pero esto no impidió que la gente viniera", explica Ellin Tolstov, cofundadora del servicio online Level.Travel.

Svetlana Piatijatka, directora ejecutiva de la asociación de viajes World Without Borders, está de acuerdo, pero señala que será clave para hacer visible el efecto de estos nuevos cargos al público. "Al pagar la tasa, un turista debe encontrarse con instalaciones de ocio cómodas", señala. "Para los turistas extranjeros este nuevo impuesto no debería convertirse en un problema, ya que en muchos países esa práctica ya se realiza".

Sin embargo, tales cargos adicionales podrían convertirse en un problema para muchas empresas que operan en el mercado turístico, opuna Pavel Sigal, primer vicepresidente de Opora Rossii, una organización pública rusa de pequeñas y medianas empresas.

“Hay muchos negocios ‘grises’ y ‘negros’ en el turismo", explica. "La introducción de nuevos costos les impedirá legalizar sus actividades, lo cual es malo para la competencia leal en un mercado". De hecho, la tasa a complejos vacacionales había sido cobrada en Rusia antes. Esta práctica existió entre 1994 y 2004, pero luego fue cancelada con el propósito de sacar el negocio de la economía sumergida.

Por ahora es demasiado pronto para evaluar la eficacia de esta medida, ya que depende en gran medida de la forma en que se aplicará. "Si la se convierte en una herramienta eficaz para mantener un ambiente cómodo y una infraestructura de alta calidad, los negocios turísticos estarán interesados ​​en apoyarla, porque las ciudades agradables atraen a más visitantes", concluye Piatijatka.

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