Recorrido por el San Petersburgo revolucionario

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Dos días justos necesitaron Lenin y sus camaradas para cerrar un país y abrir uno nuevo. Recorre su ruta por la ciudad de San Petersburgo de la mano de una guía de RBTH.

Hace 100 años el Imperio ruso dejó paso a la Rusia Soviética, un estado pensado sobre la marcha por unos hombres que se hacían llamar bolcheviques. El epicentro de los acontecimientos fue San Petersburgo, renombrado en 1914 como Petrogrado, y su protagonista Vladímir Lenin.

¿Qué se puede hacer en los puntos más importantes de la Revolución rusa? Aquí van seis ideas.

1. Echar un vistazo al dormitorio de Lenin

Fuente: Marina MironovaFuente: Marina Mironova

En la casa museo del nº 13 donde en los años 1894-1895 alquiló una habitación Vladímir Lenin, con solo 24 años, la decoración es de una austeridad espartana: los únicos muebles que hay son una cama estrecha, una cubeta con un cántaro para lavarse y una mesa en la que el futuro líder del país tomaba el té acompañado de pan negro y escribía sus mensajes propagandísticos a los obreros de las fábricas de San Petersburgo, soñando con una Rusia distinta. En esta diminuta habitación comenzó la historia de la revolución mundial y del mayor experimento social del siglo XX: la URSS.

2. La toma de la estación 

Fuente: Lori/Legion-MediaFuente: Lori/Legion-Media

Lenin recorrió el camino de los escritos ensayísticos en su habitación a la preparación del levantamiento armado de 1917 en 20 años. Nosotros solo necesitamos diez minutos y cuatro estaciones del metro.

Nos encontramos en la plaza Lenin, cerca de la estación de Finlandia. De camino hasta aquí, deteneos en la estación Ploschad Vosstania y echad un vistazo a sus bajorrelieves de bronce, que cuentan la historia de los acontecimientos del año de la Revolución.

En la salida y en el vestíbulo del metro ya no aparecerá el soñador que vivía en aquella habitación, sino el líder del proletariado mundial con el disco del sol y las banderas escarlata de fondo: así refleja el artista el regreso ilegal de Lenin a principios de octubre de 1917 procedente de Finlandia, donde había emigrado para evitar su detención. La locomotora del tren en el que viajó Lenin se conserva en el andén convertido en monumento: este tren, fabricado por una empresa estadounidense en 1900, se convirtió en un elemento importante de la mitología de la Unión Soviética.

El monumento a Lenin con su pose de orador junto a la estación se convirtió en un canon para las miles de estatuas similares que se erigieron por toda la URSS. Es fácil imaginar a Lenin bajando a toda prisa del tren y dando instrucciones urgentes para la toma de San Petersburgo: “¡Hay que tomar inmediatamente y a toda costa el teléfono, el telégrafo, las estaciones ferroviarias y los puentes! ¡El triunfo de la revolución rusa y mundial depende de dos o tres días de lucha!”.

3. Colarse en el cuartel general de la Revolución

Fuente: Marina MironovaFuente: Marina Mironova

Imaginad que sois el principal revolucionario del país y que por primera vez en la historia tenéis en vuestra mano la oportunidad de ganar. Hay que actuar de inmediato, pero vuestros compañeros se mueven lentamente, os hablan de seguridad y os obligan a quedaros en un apartamento secreto.

El gobierno provisional, el órgano oficial de administración del imperio hasta la Revolución de octubre, os ha declarado en busca y captura. Además, vuestro plan “secreto” de levantamiento ha sido publicado hace unos días por un popular periódico de la ciudad al que vuestros enemigos internos del partido han filtrado información.

En estas circunstancias, la tarde del 24 de octubre de 1917 Lenin, a pesar del peligro de ser detenido, se dirigió a pie desde la estación de Finlandia hasta el Instituto Smolni. El edificio del antiguo Instituto para Doncellas Nobles en 1917 fue ocupado por hombres revolucionarios que instalaron allí un órgano alternativo de gobierno de la ciudad: el Sóviet de los Diputados de Obreros y Soldados. Este órgano fue de facto el cuartel general de la Revolución, donde se emitían todo tipo de documentos, como decretos y edictos. De allí se enviaban las órdenes a las unidades militares que se pasaron al bando de los bolcheviques. Allí se fue Lenin para dar la orden de iniciar el levantamiento.

Disfrutad de un paseo hacia Smolni a última hora de la tarde a través del puente Liteini y la calle Shpalérnaya. Mentalmente, encended hogueras y colocaros alrededor de los marineros y militares armados. Esta es la imagen del cuartel general de los revolucionarios la víspera de los acontecimientos decisivos. Para visitar las salas de Smolny es necesario reservar una visita guiada con un mes de antelación.

“Tras la abdicación de Nicolás II, el gobierno fue ocupado de forma aleatoria. Aunque detrás de los miembros del Gobierno Provisional se encontraban importantes empresarios moscovitas y banqueros de San Petersburgo, estos personajes no tenían un programa de acciones y eran aún más débiles que el gobierno de Nicolás II durante los últimos años de su reinado. Era un gobierno temporal necesario para convocar la Asamblea Constituyente que debía determinar el orden estatal de Rusia. Pero en lugar de prepararse para esta asamblea, el Gobierno Provisional se quedó atascado en la discusión sobre a qué fuerzas debía dar preferencia, a las monárquicas o a las socialistas de izquierdas. Como resultado, en otoño de 1917 el gobierno se quedó sin ningún tipo de apoyo”.

Vladímir Ivanov, fundador de la agencia de visitas guiadas de autor por San Petersburgo Smart Walks

4. Dar la señal para el inicio del levantamiento

Fuente: Marina MironovaFuente: Marina Mironova

El 25 de octubre, las instrucciones revolucionarias de Lenin se llevaron a la práctica. El comité de los bolcheviques controlaba las comunicaciones: el teléfono, el telégrafo y la central de correos; la tipografía y las redacciones de los medios de comunicación y el transporte: las estaciones ferroviarias y los puentes. En el tablero de ajedrez quedaba una sola pieza: el Gobierno Provisional con la escasa protección de varios destacamentos de cadetes esperaba la llegada de la fatalidad en el Palacio de Invierno, el edificio principal de la Rusia imperial.

El inicio del asalto fue similar a una película de acción bien dirigida. Al puente Blagovéschenski se acercó el crucero militar Avrora, que asustaba con solo mirarlo. El buque Avrora dio la señal disparando una salva con munición de fogueo. Al mismo tiempo, desde la fortaleza de Pedro y Pablo se comienza a bombardear las entradas principales del Palacio de Invierno.

Para oír los ecos de la revolución en la actualidad, haced una visita al buque Avrora hacia el mediodía. Desde 1865 los relojes de la ciudad de San Petersburgo se ponen en hora gracias a las salvas de un cañón en la fortaleza de Pedro y Pablo.

5. La toma del Palacio de Invierno

Fuente: Marina MironovaFuente: Marina Mironova

La imagen canónica de la toma del Palacio de Invierno la creó el director Serguéi Eisenstein en su película Octubre del año 1927: una multitud de marineros cruza una plaza del Palacio vacía hacia la residencia del zar, sus negras figuras se encaraman por la reja de la entrada principal y en una ola revolucionaria inundan la escalera principal del palacio.

“En realidad, la toma del Palacio de Invierno se pareció más a una operación antiterrorista moderna. En la oscuridad de la noche, unos grupos de marineros y soldados cruzaron a rastras la plaza del Palacio. Las ventanas del palacio son unas barbacanas perfectas. Los revolucionarios no querían arriesgar sus vidas en vano. Nadie asaltó la reja ni las escaleras principales. En las entradas principales había instalado un hospital militar provisional. Los invasores sabían que los miembros del gobierno se reunían en las cámaras privadas de la emperatriz, a las que se accedía por una entrada aparte, la de “Su majestad” (la entrada izquierda de la fachada sur). Por esta entrada accedieron tranquilamente al edificio”.

Vladímir Ivanov, fundador de la agencia de visitas guiadas de autor por San Petersburgo Smart Walks

 

Hoy en día existe un detalle que recuerda el asalto: entre las infinitas salas del palacio vale la pena encontrar el modesto Pequeño Comedor, donde la noche del 25 al 26 de octubre se reunían los últimos miembros del Gobierno Provisional. Allí fueron rodeados y arrestados por los soldados del Ejército Rojo, que anunciaron el cambio de gobierno en el país.

Este momento es conocido con minutos de precisión: el reloj de bronce en forma de rinoceronte que había sobre la chimenea se detuvo y desde hace ya muchos años da las dos y diez: el momento en el que el Imperio Ruso quedó en el pasado y dio comienzo una historia diferente.

6. Comprar una pequeña parte de la Revolución

Los restos de la época soviética se venden en un mercadillo situado en la avenida Udelni, cerca del último apartamento secreto de Vladímir Lenin. Si tenéis suerte, en este mercadillo podéis encontrar objetos muy interesantes, como el juego de mesa “Había una vez en Petrogrado”, en el que los personajes repiten el recorrido de Lenin hacia Smolni en forma de aventura, o como el símbolo de la Revolución, la estrella de cinco puntas, usada como colofón decorativo para el árbol de navidad. ¡Regatead! Los vendedores de leyendas acostumbran a inflar sus precios.

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