Fuente: Anton Petrov
Su mayor ventaja es que no es tan conocida como las regiones de Baikal, Altái o Tuvá, donde a veces se ofrece a los turistas el pescado barato llamado tímalo en lugar del preciado “omul” y se les permite asistir a rituales pseudo chamánicos por unas sumas de dinero absurdamente altas. Esta región es aún salvaje y auténtica y tiene mucho que ofrecer a aquellos que aman los viajes independientes y los desafíos.
Una región de paradojas geográficas
Las Arenas de Chara están situadas a 9 kilómetros del pueblo de Chara, en el corazón de las tierras bajas de Chara, donde la nieve nunca se derrite. El desierto tiene 10 kilómetros de largo y 5 de ancho. En Asia hay desiertos mucho más grandes y accesibles, pero en este caso la palabra “único” no es solo un reclamo turístico. El explorador del siglo XX Vladímir Preobrazhenski llamó a este lugar “una región de paradojas geográficas”, y estaba en lo cierto.
Las Arenas de Chara se ven bruscamente interrumpidas por rumorosas lagunas de aguas heladas y taiga, salpicadas de alerces y abedules. Además de estos oasis boscosos, hay mucho musgo y coníferas, así como mosquitos, que abundan en este desierto. Si te adentras en las Arenas, encontrarás dunas de hasta 100 metros de alto y 200 metros de largo, y enormes masas de arena suave sobre las que es un placer caminar descalzo.
Desde las dunas puedes disfrutar de unas impresionantes vistas del enorme y borrascoso macizo montañoso de Koar, cuyas cumbres están cubiertas de nieve la mayor parte del año. El calor de Asia bajo los pies y las montañas y taiga de Siberia al fondo son la mayor recompensa para el viajero que se atreve a emprender este difícil camino. Las mejores estaciones para explorar el desierto de Chara son el final de la primavera (mayo) y el verano.
Un desierto en el fondo del mar
Hay varias hipótesis que tratan de explicar cómo apareció tal masa de arena en medio de Siberia. La más popular es que este desierto se formó hace unos 100.000 años en el fondo de un antiguo lago cuando el macizo de Kodar, que hoy se contempla desde las dunas, estaba cubierto por un glaciar. Con el tiempo, el clima del planeta fue cambiando, se redujo el flujo de agua y el lago se convirtió en una región pantanosa.
Finalmente, la erosión y el viento remataron el trabajo. Algunos científicos argumentan que aquí no se encuentran los restos de la estepa meridional, sino de la fría tundra del norte: el hogar de los mamuts.
Como en cualquier otro desierto, no hay muchos animales en las Arenas de Chara. A principios del XX se podía contemplar aquí un espectáculo exótico a la manera siberiana: los evenki, una tribu nativa siberiana, que conducía sus rebaños de renos a través del desierto. En la actualidad, estas migraciones son prácticamente inexistentes, pero esto no disminuye lo exótico del desierto de Chara. Aún es posible seguir las huellas de los zorros, corzos, pequeños roedores e incluso osos. Los osos no viven en el desierto, pero a veces lo cruzan en busca de comida.
Fuente: Anton Petrov
Osos en el desierto
El verano pasado la expedición "Siberia and the dot", compuesta por un equipo de periodistas, científicos y viajeros que viajan por toda la región y luego escriben acerca de sus aventuras en Siburbia.ru http://siburbia.ru/, estuvieron en las Arenas de Chara cuando los incendios forzaron a los animales a abandonar la taiga y acercarse más a las poblaciones humanas. En una de las excursiones los investigadores encontraron rastros de un oso a tan solo 300-400 metros del campo.
De modo que hay que tomar las medidas de seguridad elementales de los lugares habitados por osos: tirar toda la basura, no dejar comida en el campo (colgarla en un árbol para que el oso no la rebusque en la tienda) y comunicar la presencia al animal haciendo ruido, hablando alto o gritando.
Los osos no suelen atacar a las personas. Si oyen un ruido lo más probable es que traten de evitar cualquier contacto con humanos. Las huellas de oso en las Arenas de Chara son una rareza, y no ha habido casos de ataque a las personas. Sin embargo, es aconsejable colgar de las mochilas con comida, ya que los roedores también pueden acceder a las tiendas.
No hay problemas de agua en las Arenas de Chara ya que hay dos lagos: el Alenka y el Taezhnoe, localizados entre pequeños bosques. Los viajeros normalmente llegan hasta el Alenka, donde hay zonas llanas y con sombra para poder acampar y leña seca para poder encender un fuego. El clima es muy volátil, así que es normal que haya cambios y condiciones extremas.
Fuente: Anton Petrov
Cómo llegar:
El viaje requiere varios pasos. Primero hay que tomar la línea del Transiberiano hasta Nóvaya Chara, el pueblo más cercano en la región de Transbaikal. Desde hay se toma un tren con vistas escpectaculares sobre el lago Baikal. Es recomendable bañarse en la estación de Severobaikalsk, ya que el tren para alrededor de una hora.
Dónde alojarse:
En Nóvaya Chara está el Hotel Kodar y un museo regional que ofrece mapas turísticos (contactos: +7(30261)75765; hotelkodar@yandex.ru). Desde aquí, se puede tomar un bus al cercano pueblo de Chara. También hay vuelos desde Chita, pero no son regulares.
Hay más opciones de viaje a las Arenas de Chara. La que recomendamos por ser la más segura y cómoda es unirse a un grupo de turistas guiados por un profesional del centro de visitantes de Kalarski, http://www.sdauria.ru/ que organiza excursiones a las arenas y a Kodar en verano.
Si no tienes experiencia en este tipo de caminatas, entonces es mejor concertar con un conductor nativo de Chara un viaje hasta la frontera de las arenas en un camión Zil, ya que el camino hasta el desierto atraviesa el agreste río Sakukan, que puede experimentar crecidas considerables en periodos de lluvia. En estas temporadas, se necesitará equipamiento adecuado y experiencia para atravesarlo. El centro de visitantes te puede ayudar a ponerte en contacto con conductores locales.
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