Turismo alternativo en los Urales

invierno ruso

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Serguéi Makurin
Un viaje por las profundidades de un antiguo océano, los secretos del agua viva y muerta, una maravillosa arquitectura ancestral, una naturaleza fascinante y hermosa, inusuales rituales y costumbres, pasar una noche en una tienda de acampada junto a un ovni y el hombre de las nieves en plena calma de la naturaleza salvaje… Todo esto forma parte de los Urales, “la columna vertebral de Rusia”, que se extiende a lo largo de 2.500 kilómetros desde el océano Ártico hasta los desiertos de Kazajistán.

Un ovni y el hombre de las nieves en el parque nacional de Taganái 

Taganái (a 1.643 kilómetros de Moscú) es un fantástico rincón de naturaleza salvaje en el que se conservan intactos ecosistemas enteros: tundra de la montaña, prados y bosques relictos. Está situado en el sur de los Urales, a ocho kilómetros de la ciudad Zlatoust.

Es famoso por los relatos de testigos de encuentros con ovnis y con el hombre de las nieves. En el territorio del parque existen 13 monumentos de la naturaleza. Uno de ellos es el Manantial Blanco, conocido por su agua pura y fresca cuya suavidad es aún mayor que la de la nieve derretida.

Para los amantes del turismo activo, existe una ruta de 40-50 kilómetros de longitud. En moto de nieve se llega hasta el albergue más cercano, llamado “Manantial Blanco”, después la ruta sube hasta la cumbre del cerro Dvuglávaya para ver un espléndido atardecer con las montañas de los Urales de fondo. Después hay que llegar hasta la montaña Otkliknoi Grebén, en cuya ladera el eco de la voz humana se repite hasta cinco veces. 

Aldea Visimo-Útkinsk: el auténtico invierno ruso

Serguéi MakurinSerguéi Makurin

Visimo-Útkinsk (a 2.028 de Moscú) es una pintoresca aldea en medio del bosque de los Urales situada en las cercanías de la ciudad Nizhni Taguil de la región de Sverdlovsk.

En esta aldea se encuentra una finca llamada “Russki Tiazhelovoz”, en la que se cría una raza de caballos de tiro sorprendentemente hermosos y fuertes. En esta zona existen muchas rutas que a menudo se recorren a caballo para conocer pintorescos rincones del centro de los Urales: ríos, montañas y bosques vírgenes de la taiga de los Urales.

La duración de un paseo va desde un par de horas hasta varios días con sus noches en cabañas de caza. Tras los paseos a caballo es aconsejable visitar labania o sauna rusa.

Hay que dedicar un día a Nizhni Taguil. En esta ciudad hay un museo de tanques blindados que aparece en el Libro Guinness de los récords, el de la Fábrica de Vagones de los Urales, el mayor fabricante de tanques de Rusia. 

Las colinas de Bashkiria: unas vacaciones “en el fondo del océano”

Hace mucho tiempo, en el territorio que ahora ocupa Bashkiria (república de Bashkortostán, a 1169 kilómetros de Moscú) había un océano. En la actualidad, el único rastro de ello son unas de las montañas más antiguas del planeta: las colinas de Bashkiria, que hace millones de años eran arrecifes de coral en las profundidades del antiguo mar de Perm.

Todas estas colinas se encuentran cerca de la ciudad de Sterlitamak (a 1.297 kilómetros de Moscú), en la orilla derecha del río Bélaya, la principal vía fluvial de Bashkorkostán en cuyas orillas se sitúan la mayoría de sanatorios y albergues turísticos. Los turistas acuden allí para disfrutar de la naturaleza, descansar en zonas libres de contaminación y mejorar su salud gracias a las aguas minerales, los barros terapéuticos, los remedios medicinales populares e incluso terapias con kumis (el kumis es una bebida tradicional de la población nómada a base de leche de yegua).

Fuente: Ricardo Marquinha Montañana

De las cuatro colinas, que se extendían en fila a lo largo de 20 kilómetros, hoy en día quedan sólo tres. La más alta de ellas, Tora-Tau, se consideraba en la antigüedad una montaña sagrada capaz de liberar el alma humana de los malos pensamientos. Hoy en día,  al pie de Tora-Tau se conservan los restos de una antigua cárcel de mujeres, una de las islas del archipiélago del GULAG. 

Krasnousolsk: agua viva y muerta

Otra de las perlas de Bashkorkostán es la aldea Krasnousolsk (a 1.300 kilómetros de Moscú), conocida por sus saludables manantiales de agua caliente. Este lugar es perfecto para escoger entre unas vacaciones salvajes o civilizadas: en los alrededores hay numerosos sanatorios y balnearios.

Además de las aguas saladas ricas en sulfatos, en el balneario se utiliza como remedio terapéutico un lodo negro rico en propiedades curativas. Todos los visitantes de Krasnousolsk pasan por un antiguo ritual: bañarse en tres manantiales con aguas supuestamente vivas, muertas y rejuvenecedoras (estos tres tipos de aguas figuran en los cuentos de hadas rusos).

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