Fuente: Lori / Legion Media
En 1989, los expertos de la ONU bautizaron a Karabash, en la región de Cheliábinsk (a 2.200 kilómetros de Moscú), como “el punto negro del planeta”. Si subimos hasta la cruz de la Penitencia, en lo alto de Karabash, veremos todo lo que el hombre es capaz de hacer con la naturaleza: unas montañas negras peladas, unas aguas naranjas y una tierra quebrada más parecida a un paisaje marciano. A esta ciudad la llaman “el apocalipsis de la naturaleza viva”.
Desde 1974 se ha intentado cerrar en varias ocasiones la planta de fundición de cobre que ha destruido todo ser viviente en un radio de decenas de kilómetros a su alrededor. No se consiguió hasta 1989. Las montañas, envenenadas, siguen su proceso de destrucción, no se ha logrado detener la erosión mediante vanos intentos de recuperar la vegetación. Desde lo algo de la montaña donde se encuentra la cruz, a la que llaman Calva, se ve cómo ríos de un lodo muerto, tóxico, se acercan cada vez más a los maravillosos lagos de la región de Cheliábinsk.
Desde el otro lado de la montaña se ven cuatro cordilleras negras con vertederos llenos de escombros a cuyos pies se levantan las chozas de los habitantes locales. Los testigos que han estado en este “punto negro” hablan de las impresiones indescriptibles que causa el valle de cobre y comparan Karabash con “la frontera entre dos mundos: el de los vivos y el de los muertos”.
Foto: GeoPhoto
En esta ciudad en otro tiempo hermosa de arquitectura inusualmente antigua, situada al norte de la región de Krasnoyarsk (a 2.800 kilómetros de Moscú), hay nieve negra y en el aire se percibe el sabor del azufre.
Este territorio se utiliza para la producción de metales pesados: cobre, níquel, plomo, selenio y zinc. La ciudad y sus habitantes están contaminados por los residuos de su producción. Los riesgos ambientales para la población de la ciudad y de los distritos adyacentes consisten en que Nórilsk es consecuencia de una de las mayores plantas de extracción y procesamiento de metales del mundo.
Las fábricas de Norilsk funden el mineral del permafrost (capa de hielo permanente) y producen más del 40% del volumen mundial de paladio, así como casi una quinta parte del níquel ruso y dos tercios del cobre ruso. El distrito industrial de Norilsk (incluyendo la ciudad) no tiene análogo en ningún otro lugar del mundo. Es desde hace muchos años la ciudad más contaminada de Rusia.
A pesar de que no posee el estatus de territorio cerrado, desde el año 2001 la entrada de extranjeros a la ciudad está prohibida y únicamente es posible mediante un permiso especial de las autoridades.
Foto: Alexéi Kudenko / Ria Novosti
En la impresionante península de Kamchatka, conocida por sus volcanes y su naturaleza pura e intacta, se encuentra un lago increíblemente bello y mortalmente peligroso de color turquesa brillante, situado en el cráter del volcán Maly Semiachik (a 6.700 kilómetros de Moscú).
El diámetro del lago es de unos 500 metros y su profundidad de 140 metros. A pesar de que el lago tiene su propia “playa”, ni siquiera el más atrevido se bañaría en él: las oportunidades de salir de él sano y salvo son nulas. Se trata de un lago ácido que se formó como resultado de una poderosa explosión subterránea hace unos 400 años. El agua está compuesta en gran cantidad por ácido sulfúrico, fluoruro, cloruro y sulfatos ácidos.
Es precisamente debido a esta “mezcla explosiva” que las aguas del lago del cráter del Maly Semiachik tienen ese color turquesa. El lago ácido no se congela en invierno, cuando todas las laderas de las montañas de Kamchatka se cubren de nieve. El Maly Semiachik y su lago ácido no siempre están tranquilos: el volcán está activo, aunque su última erupción conocida tuvo lugar en 1952.
Foto: Lori / Legion Media
El nombre del glaciar de Kolka, situado en el desfiladero Karmadon, en Osetia del Norte (a 1.800 kilómetros de Moscú) se volvió tristemente famoso en toda Rusia debido a la terrible tragedia ocurrida el 20 de septiembre de 2002.
Ese día el glaciar, avanzando a una velocidad de más de 100 kilómetros por hora, borró totalmente de la faz de la tierra la aldea Verjni Karmadon y con ella al equipo de rodaje de la película El mensajero, incluido su joven director, Serguéi Bodrov, de 30 años. EN total fallecieron más de 100 personas.
A pesar de la intensa búsqueda, los cuerpos de los miembros del equipo de rodaje no se hallaron hasta varios años después. Pero la fama del glaciar ya se había hecho notoria mucho antes de esta tragedia. En 1902 falleció un gran grupo de gente y animales como resultado del aumento de este glaciar. La malicia del glaciar de Kolka consiste en que comienza su aumento muy lentamente, de forma casi imperceptible, como sigilosamente y por esta razón puede coger por sorpresa.
Foto: lori / legion media
Con una altura de más de 5.600 metros sobre el nivel del mar, al monte Elbrús le llaman “la montaña de dos cabezas” porque tiene dos cumbres: la occidental (la más alta) y la oriental a sólo 21 metros más abajo.
Del mismo modo que al Everest, la cima más alta del mundo y de Asia, lo llaman “cementerio sin cruces”, la cima más alta de Rusia y de Europa es conocida por ser un lugar mortalmente peligroso. Según los expertos, cada año mueren en el intento de subir este volcán extinto de 15 a 30 personas. En el monte Elbrús, a una altura de unos 4.200 metros, hay un acantilado llamado “el cementerio de los alpinistas” con numerosas tablas en las que se leen los nombres de las personas fallecidas en este monte.
Existe también otro peligro: a pesar de que oficialmente el Elbrús se considera un volcán extinto, debido a la velocidad a la que se funde el hielo y a la actividad volcánica descubierta bajo la montaña muchos especialistas lo consideran potencialmente activo y no descartan una posible erupción del volcán este mismo siglo. Además, los 11 kilómetros cúbicos de hielo de sus cumbres y laderas convierten el Elbrús en uno de los volcanes más peligrosos de la Tierra.
Foto: GeoPhoto
Ninguna agencia de viajes se ha atrevido hasta ahora a enviar a turistas a la montaña Manaraga, situada en una zona de difícil acceso del parque nacional de Yugyd Va (a 1.600 kilómetros de Moscú). La montaña Manaraga es la cima más pintoresca y peligrosa del norte de Rusia.
Los pueblos antiguos nativos de la república de Komi veneraban la montaña y creían que estaba viva: para llevarse bien con la montaña Manaraga, los habitantes del siglo XI organizaban allí rituales, algo que demuestran las ruinas de los santuarios en los que los arqueólogos han hallado restos de sacrificios.
A la montaña Manaraga (que en la lengua de los nénets quiere decir “pata de oso”) también se la llama “la montaña hechizada”. La paradoja mística consiste en que, a pesar de que la altura de la montaña no supera los 1.662 metros, los alpinistas con mayor experiencia aseguran que es capaz de dejar indefenso a cualquier profesional y de no permitir a los escaladores llegar a su cima.
La montaña Manaraga no se conquista: es imposible subir a su pico más alto. Los distintos obstáculos, como unas condiciones climáticas cambiantes u otros acontecimientos sobrenaturales, a menudo han conducido a los alpinistas a la muerte. A la hora de investigar los misterios de la naturaleza en las zonas más salvajes de los Urales Polares es muy difícil ser totalmente racional.
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