Rusia se asoma al final de la era del llamado
petróleo fácil, extraído a bajo coste y vendido a precios altos, y con
ello peligra aún más el actual modelo socioeconómico ruso, sostenido
durante años por ingentes beneficios obtenidos de la exportación de la
energía.
El propio Gobierno ruso ha reconocido que la
extracción del oro negro caerá desde los 526 millones de toneladas del
año pasado hasta las 476 en 2035, sobre todo por el agotamiento de los
yacimientos tradicionales.
Mientras, los bajos precios de los
hidrocarburos, las sanciones de Occidente a Moscú y no en menor medida
la ineficiencia de los grandes monopolios rusos amenazan los proyectos
del "petróleo del futuro", de difícil acceso, indicó a Efe Mijail
Krutijin, experto de la consultoría energética rusa "RusEnergy".
Los yacimientos de la Rusia del futuro están en el Ártico y en la
plataforma continental submarina, dos entornos en los que las petroleras
rusas necesitan de las tecnologías occidentales para extraer los
hidrocarburos.
Conscientes de esta realidad, Estados Unidos y
la Unión Europea han golpeado donde más duele al prohibir la venta a
Rusia de tecnologías para la extracción del petróleo en zonas de difícil
acceso, en respuesta a la actitud de Moscú en la crisis de Ucrania.
Por otro lado, "las sanciones crean serios problemas financieros a
las energéticas rusas, que han perdido el acceso a los créditos a largo
plazo en Occidente", constató el experto.
La gigantesca
petrolera estatal rusa Rosneft, en la lista de sancionados por
Washington y Bruselas, ha dejado en evidencia la fragilidad de sus
proyectos de futuro al solicitar al Estado una ayuda de 2,4 billones de
rublos (más de 46.000 millones de dólares al cambio actual) con el
argumento de las sanciones.
"Rosneft ha acumulado activos
gigantes que no es capaz de digerir ni desarrollar. No tiene dinero ni
posibilidades para poner en marcha algunos de los yacimientos para cuya
explotación ha obtenido licencia", subrayó el analista de RusEnergy.
Como consecuencia, "la compañía se ve obligada a pedir dinero al
Estado para poder desarrollar los proyectos con los que se ha
comprometido", agregó.
Aun así, en 2014 Rosneft no consiguió
aumentar la producción de crudo, mientras que incluso Gazpromneft, otro
consorcio estatal que suelen criticar junto a Rosneft, incrementó la
extracción un 6,7 por ciento.
Pero además, advierte el
experto, la corporación presidida por Ígor Sechin "arrastra deudas
multimillonarias", por lo que la mayor parte del crédito que pide al
Fondo de Bienestar Nacional (FBN), creado para hacer frente a
situaciones de crisis y para garantizar las pensiones, "se destinaría
casi seguro a pagar sus deudas".
También el exministro de
Finanzas ruso, Alexéi Kudrin, al que atribuyen la creación del FBN y de
otros fondos de estabilidad, fue claro al respecto: "Creo que la
concesión a Rosneft de créditos estatales o adquisición de sus bonos por
el Estado demuestra que Rosneft es incapaz de conseguir por si mismo a
refinanciación de sus deudas, lo cual reduce su calidad de prestatario".
El experto de RosEnergy denunció que por si fuera poco, el Gobierno
reparte de forma injusta las ayudas al sector para favorecer los
monopolios públicos, a pesar de su ineficiencia y falta de
competitividad.
Entre los 12 principales consorcios estatales,
según la prestigiosa agencia RBC, Rosneft ocupa el sexto puesto por
ineficacia, mientras que las otras dos petroleras en la lista, Transneft
y Gazpromneft, aparecen en los penúltimos lugares.
De hecho,
recordó Krutijin, "Rosneft se ha hecho en los últimos años con la
mayoría de las empresas privadas más rentables del sector, que son las
que le han permitido seguir a flote y obtener rentabilidad".
La intención de Rosneft de hacerse con miles de millones de dólares del
FBN ha situado a la compañía en el centro de muchas críticas, al igual
que sucedió en diciembre pasado, cuando muchos expertos culparon al
monopolio de provocar el desplome que sufrió entonces el rublo.
La compañía colocó en el mercado obligaciones por valor de 625.000
millones de rublos (11.500 millones de dólares al cambio de entonces) el
11 de diciembre, con la moneda nacional cotizando a 54 rublos por
dólar, y cuatro días más tarde el rublo se hundió en la bolsa.
"A pesar de todos sus desmentidos, Rosneft obtuvo de la operación los
recursos que necesitaba para cubrir sus deudas en dólares. Y con ello,
contribuyeron al desplome del rublo", compartió Krutijin la opinión
expresada por Kudrin.
También es escéptico respecto al apoyo
estatal de Ronsneft el ex ministro de Economía Andréi Necháev: "_este
caso de Rosneft es más que fea y condujo a que el mercado se tambaleó
durante dos días y las cotizaciones de divisas alcanzaron sus máximos".
Además, indicó el experto de RusEnergy, las sanciones no son el único
motivo por el que los bancos, "no sólo los occidentales, sino también
los asiáticos", son cada vez mas reacios a financiar los futuros
yacimientos rusos.
"Los bancos entienden que el futuro de
algunos de esos proyectos depende exclusivamente de la voluntad política
de una única persona, el presidente ruso", Vladímir Putin, puntualizó
Krutijin.
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