Descubre en un fin de semana la mítica ciudad situada en el extremo oriente ruso. Fuente: Blongman
No hay lugar en el mundo que se asemeje a Vladivostok. Ubicada tan solo a 128 kilómetros de la frontera con Corea del Norte, es una de las ciudades ubicadas en el extremo más oriental de Rusia.
El mítico Transiberiano atraviesa unos 9.298 kilómetros hacia el este de Moscú, para concluir aquí sobre una extensión montañosa de tierra llamada la península Muraviov-Amurski, que se adentra en el mar del Japón.
Vladivostok es una ciudad vibrante en donde colisionan lo viejo y lo nuevo. La ciudad está construida sobre una serie de pendientes montañosas que se elevan desde el mar como una cascada congelada. El frenético tráfico atraviesa los caminos montados sobre la topografía cual terrazas.
Viejas casetas de madera se erigen al lado de bloques de hormigón de vetustos edificios soviéticos. Nuevos y relucientes casinos iluminan los callejones con sus luces de neón, mientras entran y salen del puerto camiones cisterna y buques navales.
El Aeropuerto Internacional de Vladivostok está ubicado en la ciudad de Artyom, a unos 40-60 minutos del centro de la ciudad. El medio más económico de acceder a la ciudad es el tren Aeroexpress (ronda los $ 6).
Los taxis esperan fuera del aeropuerto. Se recomienda no pagar más de 1.000 rublos (30 dólares) por un taxi hasta la ciudad.
Dónde hospedarse
Las opciones van desde albergues hasta suntuosos hospedajes. En los últimos años han surgido varios hosteles para jóvenes, con habitaciones compartidas por 300 rublos (9 dólares).
Otra opción es el Hotel Equator (calle Naberezhnaya 20), que ofrece habitaciones con baño privado por el mismo precio, aunque solo lo sabrá si pregunta específicamente por la habitación más económica.
Vladivostok cuenta con varios hoteles de categoría media hasta otros lujosos que rodean el centro de la ciudad, a un precio de entre 1.000 y 7.000 rublos la noche (30 – 210 dólares).
Tan solo hace cuatro años, la ciudad parecía un páramo olvidado; faltaban semáforos en las bocacalles y las aceras de la ciudad estaban hechas pedazos.
Pero los numerosos proyectos de construcción previos a que la ciudad acogiera la cumbre de la APEC en septiembre de 2012 hicieron que se transformase en una ciudad moderna, con nuevas calles y semáforos para peatones que han hecho que el explorar esta ciudad portuaria a pie sea un placer.
El nuevo puente Russki —en la actualidad, el puente colgante más largo del mundo— se arquea sobre el mar y une Vladivostok con la cercana isla Russky, sede de la cumbre del año pasado.
La niebla que desciende desde el océano y los viejos tranvías que se escuchan en las calles inspiran a muchos viajeros a apodarla “La San Francisco de Rusia”. Ahora la ciudad cuenta con un emblemático puente que hace juego.
Solo a una hora de Sidney, Vladivostok cuenta con una excelente ubicación para los australianos que desean obtener un pantallazo de la Rusia moderna. La moderna Terminal A del aeropuerto de Vladivostok ahora da la bienvenida a los visitantes que llegan de conexiones comunes entre Pekín, Seúl y Tokio.
Si está visitando el Extremo Oriente ruso de vacaciones o por negocios, o si tan solo completó el último bastión del emblemático y extenso ferrocarril Transiberiano desde Moscú, disfrutará pasar unos días aquí.
Fuente: Vitali Raskálov
Viernes
16:00: Paseo por el muelle
La estación ferroviaria de Vladivostok constituye un punto de partida natural para un paseo alrededor de la ciudad, en especial si usted ha llegado en el nuevo tren suburbano desde el aeropuerto. Construido para que se asemeje a la estación ferroviaria moscovita de Yaroslavski, este imponente edificio contiene sorprendentes murales, un pequeño café y un vistazo de la línea ferroviaria más extensa del mundo.
Una escalera dentro de la estación conduce a diversas boleterías y puertas, en donde los viajeros curiosos pueden optar por dar un paseo sobre las plataformas ferroviarias.
Frente a la calle de la estación de trenes hay una oficina de correo con un pequeño locutorio, un supermercado y una casi lúdica estatua de Lenin.
Al norte de la estación de trenes se encuentra la calle Svetlanskaya. Allí verán lo que los lugareños denominan la Casa Blanca, un edificio alto en donde funciona la administración pública.
Si camina una cuadra hacia el este por Svetlanskaya llegará a la plaza principal de Vladivostok a la derecha, un lugar agradable para sentarse, observar a los lugareños y a la Flota del Pacífico rusa, amarrada justo en el muelle de la bahía del Cuerno de oro.
Noche
Si nos dirigimos hacia el Oeste por Svetlanskaya, al subir una de las numerosas colinas de la ciudad veremos hacia abajo el puerto Sportívnaya, una amplia playa con forma de media luna desde donde se puede admirar el sol deslizarse hacia el oeste en dirección a China.
En verano, los puestos cercanos venden tentempiés y chucherías. En invierno, los lugareños se aventuran a la helada bahía para pescar en el hielo.
Desde la orilla de Sportívnaya, tan solo estamos a unos pasos de la calle Admirala Fokina, la peatonal de la ciudad.
¡Un lugareño informó que equipos de construcción reconstruyeron Fokina tres veces antes de la cumbre de la APEC! Fokina está sazonada con una buena selección de restaurantes y bares que ofrecen una muestra de la diversa feria urbana.
Prueben el restaurante Izbushka (Fokina 9) y pidan platos básicos de la cocina rusa, en Maruo Giavanni pueden pedir pizza a la piedra (Fokina 16), en Edem, sushi (Fokina 22) y se puede ir a Five O’Clock (Fokina 6) para tomar un café y deleitarse con algo dulce.
Café Pyongyang, el restaurante norcoreano de Vladivostok, es una alternativa excepcional para cenar. Camine o tome un taxi hacia el sur de la estación ferroviaria y diríjase hasta la calle Verkhneportovaya 68B, en donde verá la entrada a la derecha, debajo del extremo de un techo tipo pagoda verde al lado del Hotel Corona.
El Café Pyongyang es un icono de los antiguos lazos soviéticos con Corea del Norte. Hasta el día de hoy, una línea del tren Transiberiano aun viaja desde Moscú hasta Pyongyang y pasa cerca de Vladivostok. Este restaurante, atendido por norcoreanos, es una reminiscencia de la especial historia del país con Rusia.
Los mozos del Café Pyongyang sientan a los extranjeros y rusos en un salón, y a los coreanos, en otro. El menú es bastante caro, aunque la ensalada de algas, cerdo y kimchi —zanahoria fermentada con especias— y una cerveza es bastante accesible.
Sábado
8 de la mañana: Tigres, fortalezas y submarinos
Desayune en el centro y luego diríjase al Museo Regional de Historia Arsenyev (Svetlanskaya 20) para admirar sus exhibiciones del pasado colonial de Vladivostok, así como su flora y fauna.
Las taxidermias de un tigre siberiano y un oso pardo hacen que el Extremo Oriente ruso parezca una extraña conjunción de África y Alaska.
También tenemos el Museo de la Fortaleza Vladivostok, ubicado sobre la colina que mira al extremo norte del Puerto Sportivnaya, que comparte una interesante mirada sobre la historia militar de Vladivostok; se pueden tomar fotografías frente a los torpedos gigantescos del patio exterior.
Si nos dirigimos nuevamente a la plaza principal y caminamos por la calle Naberezhnaya, veremos el gigantesco submarino S-56 a la izquierda, que en la actualidad es un museo. Dentro de la vista que nos muestra al S-56 también se encuentra el Arco del Triunfo, una estructura fascinante que casi se asemeja a un pabellón oriental y resume a la perfección la fusión cultural de Vladivostok.
14:00: Funicular, Yul Brynner, compras
Fuente: lori / legion Media
Vladivostok posee un enorme funicular sobre la calle Pushkinskaya al que se puede subir para tomar vistas de la tarde en la ciudad y en las islas vecinas. El actor Yul Brynner también nació en Vladivostok. Se puede visitar la casa en donde nació (Aleutskaya 15), que ahora es un museo.
Para vivir una experiencia única de compras, diríjase al mercado chino al aire libre y en veloz crecimiento, en donde proveedores principalmente de China y Asia Central venden de todo, desde buzos y sopletes hasta estéreos y borscht (sopa rusa) enlatada.
Lo bizarro se torna visualmente interesante; también hay restaurantes que sirven una magnífica comida china, coreana y uzbeka. Para llegar hasta el lugar, tome un micro hacia el centro que se dirija a "Kitaiski Rynok” o tome un taxi.
20:00: Fútbol, música en vivo y bares
El Auditorio Filarmónico Vladivostok (Svetlanskaya 15) brinda conciertos de música clásica y jazz. El equipo de fútbol de la ciudad, Luch-Energiya, juega en el estadio del puerto Sportivnaya.
Brauhaus Han es una casa de cervezas alemanas (Fokina 25A) con música en vivo y un buen lugar para comenzar si están anticipando una larga noche por delante en uno de los bares de Vladivostok.
Domingo
Fuente: Archivo
Consideremos un viaje en el día fuera de la ciudad. Si desea tener una breve experiencia en el tren Transiberiano puede tomar uno de los trenes eléctricos (hay tres diarios) a Najodka —una ciudad portuaria cercana— durante la tarde.
A muy poca distancia de la ciudad se encuentra la isla Russky, sede de la cumbre APEC 2012. La isla cuenta con el nuevo campus universitario de la Universidad Federal del Extremo Oriente, auditorios, hoteles y un acuario próximo a inaugurarse.
A pesar del desarrollo, la isla aun cuenta con bellas playas, increíbles vistas de la ciudad y de la Batería Voroshilov (una fortaleza militar que vale la pena explorar). Pueden tomar un ferry desde la terminal de la ciudad (calle Korabelnaya Naberezhnaya 6), o tomar la ruta más rápida a través del nuevo puente.
En el verano, vale la pena visitar una de las numerosas playas de arena (Shamora, 40 minutos hacia el Norte), cerca de Vladivostok.
Los ferries también parten desde la terminal hacia islas vecinas. Las islas Popov o Reyneke (a 19 y 24 kilómetros de distancia, respectivamente) tienen pocos habitantes, aguas cálidas durante el verano y playas prístinas.
Existe una cantidad de visitas diarias a reservas ecológicas en donde los visitantes pueden ver tigres siberianos. Russia Tour (Oficina 243, Nizhneportovaya 1, +7 (423) 2 497449) ofrece una excursión a una reserva al Norte de Vladivostok para ir y volver en el día.
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