Nuevo sistema de posicionamiento funcionará bajo el agua

Pozitsioner permitirá a los robots determinar su posición exacta.

Pozitsioner permitirá a los robots determinar su posición exacta.

Alexei Kudenko / RIA Novosti
El sistema Pozitsioner permitirá a vehículos submarinos no tripulados determinar su posición exacta con la ayuda de balizas submarinas.

Los robots submarinos rusos que operan en las profundidades a varios kilómetros por debajo de la gruesa capa de hielo del Ártico podrán determinar con una precisión milimétrica su propia ubicación e intercambiar información en tiempo real con los puntos de control aéreos, marinos y terrestres.

El sistema único de navegación y comunicaciones Pozitsioner, desarrollado por el consorcio Okeanpribor de San Petersburgo, se instalará en la profundidad de la plataforma ártica rusa.

El sistema está formado por varios aparatos submarinos no tripulados autónomos y por unas boyas hidroacústicas con equipos de comunicación por satélite Gonets-D1M y de navegación por Glonass, el equivalente ruso al GPS estadounidense. Los robots submarinos patrullan a una profundidad de hasta 8 km, y se guían utilizando botas-balizas hidroacústicas que se encuentran en el fondo del océano. En ellas se indican unas coordenadas ultraprecisas gracias a las cuales el vehículo no tripulado determina su posición y continúa desplazándose. Además, estas boyas se utilizan para transferir información a la superficie.

“El sistema está completamente listo para ser instalado — informa a Izvestia el portavoz oficial del consorcio Okeanpribor, Pável Martyshkin—. La primera zona donde se prevé su instalación será el fondo del océano cercano a la plataforma marítima de extracción de gas Prirazlómnaya. Con nuestros medios se planea crear un sistema centralizado de información global para el control submarino y el soporte a las zonas de extracción de petróleo. El consorcio planea el desarrollo de uno de estos proyectos para el Ártico en el marco de los trabajos de ingeniería del Ministerio de Industria y Comercio.

El sistema Pozitsioner puede utilizar varios tipos de boyas: submarinas, flotantes e incluso incrustadas en el hielo. La boya está equipada con unidades de radio e hidroacústicas y con un sistema general de alimentación eléctrica dentro de una cubierta de plástico. Al mismo tiempo, entre los equipos de radio e hidroacústicos figura una estación de radio de onda ultracorta, un receptor de Glonass, un sistema de comunicación por satélite Gonets-D1M y equipos de comunicación subacuática con los robots.

En la versión flotante, los aparatos de la boya se encuentran en un cuerpo protegido con flotadores en los que se encuentran también elementos adicionales de alimentación. Y la boya incrustada en el hielo cuenta con un contenedor térmico altamente resistente y aislante.

Las boyas tienen tres modos de funcionamiento. En el primero reciben información por los canales de comunicación por satélite, la recuerdan y se la transfieren al robot si este lo solicita.

En el segundo modo, “diálogo”, la boya establece una comunicación en una frecuencia de radio VHF en tiempo real entre los centros de control costeros, aéreos y marítimos y los robots submarinos. Este intercambio de datos permite no solo saber dónde se encuentra el robot y qué tareas desempeña, sino también controlarlo de forma ininterrumpida. 

El tercer modo es el más sencillo de todos. El robot opera de forma absolutamente autónoma y únicamente comprueba sus coordenadas con las boyas para corregir su trayectoria. En caso de emergencia, el robot puede enviar una señal de socorro e informar de cualquier interrupción de su misión en las profundidades del mar.

“Actualmente EE UU está considerado como el líder en la creación de sistemas autónomos”, informa a Izvestia el profesor de la Academia de Ciencias Militares Vadim Koziulin. Para estos objetivos se destinan unos 70.000 millones de dólares anuales. La agencia estadounidense de Proyectos de Investigación Avanzados del Pentágono DARPA, junto con algunas empresas privadas, está llevando a cabo el proyecto Poseidon, un análogo submarino del sistema de navegación global GPS. Este sistema permitirá a los submarinos y vehículos no tripulados no solo orientarse debajo del mar, sino también intercambiar información. Las pruebas de este sistema están previstas para 2018.

Rusia se une a la carrera por liderar el sector con un retraso de 15 años y, según valoraciones occidentales, destina actualmente a investigación y desarrollo de Defensa entre 4.000 y 5.000 millones de dólares. “En estos momentos, ya ocupamos una posición líder en el desarrollo de vehículos submarinos no tripulados y sistemas de control”, considera Vadim Koziumin.

Artículo publicado originalmente en ruso en Izvestia.

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