Con el objetivo de probar el nuevo sistema paracaidista de Bakhcha-U, desde noviembre de 2015 “tiraron” 11 veces el novísimo BMD desde el avión de transporte pesado Il-76.
Este es precisamente el número de paracaídas, cada uno de 350 metros cuadrados, que tiene el propio sistema Bakhcha-U. Las soluciones tecnológicas que se han empleado en estos enormes paracaídas permiten reducir la sobrecarga de la tripulación dentro del aparato durante el aterrizaje. Después de llegar a tierra los paracaídas se desabrochan automáticamente y el el BMD puede ponerse inmediatamente a luchar.
Al igual que su predecesor, BMD-3, BMD-4M no solo circula y vuela, sino que también navega. En condiciones de navegación va a una velocidad de 10 km/h, y supera los obstáculos acuáticos sin ningún tipo de preparación especial. Esta versatilidad de los vehículos de combate es un requisito indispensable de los militares rusos para los vehículos blindados de las tropas de desembarque y de infantería.
Para las tropas de desembarque, cuya misión es la de actuar en la retaguardia del enemigo sin el apoyo de los tanques o de la artillería, este vehículo de combate representa una auténtica salvación. El actual vehículo BMD-4 dispone de una gran capacidad de marcha (500 km sin repostar), una gran velocidad (cerca de 70 km/h), una reforzada defensa blindada y una elevada potencia de fuego. Gracias a estas características técnicas, los vehículos del grupo de “infantería alada” derrotarán en poco tiempo al enemigo en su propio territorio y quedarán intactos.
No se puede separar la tripulación del vehículo: tras el aterrizaje el paracaidista pierde un tiempo de oro para llegar hasta el BMD y poner el carro en estado de combate, y la pérdida de tiempo en un conflicto militar conduce inevitablemente a una gran cantidad de pérdidas humanas. Ese es el motivo por el cual la tripulación del BMD se queda en el vehículo durante el aterrizaje.
Hacer que un vehículo blindado pesado “descienda del cielo” sin ninguna pérdida de sus capacidades de combate y de una forma segura para el equipo humano es sumamente difícil, teniendo en cuenta el peso incrementado del BMD-4M (13,5 toneladas) por su armamento modernizado y el aumento de la reserva de municiones. Su predecesor, el BMB-3, pesaba 5 toneladas menos.
Durante las pruebas del sistema paracaidista de desembarco Bakhcha 1, que tuvieron lugar a finales del año pasado, los militares se convencieron que se puede desembarcar al BMD-4M desde los aviones junto con su tripulación en el interior, sin temer por la vida del paracaidista, y que el vehículo puede aterrizar en el lugar deseado.
Rusia es el único país que practica el desembarque aéreo conjunto del vehículo y de la tripulación. Los franceses intentaron crear un sistema parecido pero desestimaron el proyecto tras la muerte de una persona durante los ensayos. Otros países europeos no se han atrevido a probar el desembarque aéreo de vehículos con personas a bordo.
Las pruebas del sistema paracaidista de desembarque Bakhcha-U todavía no han concluido y durarán hasta finales del 2016, según explicó a RBTH el holding Tekhnodinamika que lo ha creado. En el año 2017 empezarán a suministrarse los sistemas a las tropas.
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