La importancia estratégica de los radares de detección lejana

Servicemen at a Voronezh early warning radar in Pionersky.

Servicemen at a Voronezh early warning radar in Pionersky.

Vitaly Nevar/TASS
El miedo de la URSS y EE UU a la destrucción mutua hizo que acumularan unos potentes arsenales nucleares. Se creía que la única garantía para contener un ataque era la capacidad para lanzar una respuesta contundente. En aquella época, las dos superpotencias crearon también un tipo de infraestructura militar nuevo: las estaciones de radar de detección lejana. A pesar de que la situación internacional ha cambiado, este tipo de infraestructura sigue teniendo una gran importancia estratégica.

En la actualidad en Rusia existen cuatro estaciones de radar de detección lejana de última generación Vorónezh, que permiten a los militares rusos controlar la mayor parte del hemisferio norte. Tres de ellos están situadas en la parte europea del país. En 2009 se incorporó al servicio un radar en la región de Leningrado que permite controlar el espacio desde Noruega, al norte, hasta Argelia en el sur, y en el futuro se planea llegar a cubrir el territorio hasta la costa este de EE UU.

Estación de radar Vorónezh de última generación en la región de Leningrado. Foto: Yuri Ivanov / TASSEstación de radar Vorónezh de última generación en la región de Leningrado. Foto: Yuri Ivanov / TASS

En 2011 comenzó a operar una estación en la región de Kaliningrado, el punto más occidental de Rusia. Este radar controla el territorio de toda Europa. Otra estación que se encuentra en el sur del país, en la región de Krasnodar, cubre el espacio de África del Norte y Oriente Próximo. El cuarto radar de detección lejana se encuentra en Siberia. Esta estación controla el territorio de Asia Central y Oriental. Además, existen varios radares rusos desplegados en algunas de las antiguas repúblicas de la URSS.

La misión de todas estas estaciones es la misma: seguir de cerca todo lo que se eleva de la tierra en una distancia de miles de kilómetros a la redonda. Durante los años de la guerra fría se trataba sobre todo de misiles balísticos intercontinentales. El radar los detectaba en sus fases iniciales y esto permitía emprender un ataque como respuesta.

Además, también se utilizaba para lanzar los misiles soviéticos. Actualmente esta función ya no suele desempeñarla el radar debido a la existencia de nuevas tecnologías de misiles. En el sistema de despliegue de las estaciones rusas influyen las amenazas procedentes de Oriente Próximo y del sistema de defensa antimisiles creado por EE UU

Foto: Vitaly Nevar/TASSRadar Vorónezh de detección temprana en pionerski. Foto: Vitaly Nevar/TASS

En un futuro próximo, las estaciones están llamadas a crear un sólido escudo sobre el territorio de Rusia. Según los últimos anuncios, próximamente se añadirán al servicio ocho nuevas estaciones. Algunas de ellas remplazarán a los modelos soviéticos más antiguos y las otras se instalarán en nuevos lugares. Esta red de estaciones de radares cubrirá el espacio de Siberia y las regiones polares, así como parte del espacio aéreo de América del Norte.

Características técnicas

Los radares de detección lejana del tipo de Vorónezh son el principal sistema moderno  de control del espacio que tiene Rusia. Este modelo es la quinta generación de un tipo de radares cuyos primeros modelos comenzaron a fabricarse al terminar la Segunda Guerra Mundial.

Foto: Vadim Savitsky / TASSRadar Vorónezh-M de detección de misiles de largo alcance en la región de Irkutsk, en Siberia. Foto: Vadim Savitsky / TASS

Vorónezh está compuesto por varios módulos, lo que lo convierte en una estación compacta y de fácil movilidad. Tiene una antena de grandes dimensiones que se encarga de la tarea principal: el seguimiento de todo lo que sucede en el territorio que cubre.

Para su funcionamiento utiliza varios módulos con todo tipo de tecnologías y el personal operador trabaja en un edificio móvil especial. Sobre una superficie sólida de hormigón, este radar puede desplegarse e instalarse en muy poco tiempo, algo a lo que contribuye su bajo consumo energético.

En comparación con los modelos antiguos y sus análogos extranjeros, Vorónezh tiene toda una serie de ventajas. Su zona de alcance cubre 6.000 km. La altura de su sondeo supera los 4.000 km, lo que permite controlar no sólo la atmósfera terrestre, sino también el espacio.

Además, su ángulo de visión es de casi 90º, de modo que apenas existen puntos muertos en sus ondas de radio. Estos logros se deben a la gran experiencia de los diseñadores de la estación. Sus aparatos se fabrican en las instalaciones del consorcio “Sistemas Radiotecnológicos e Informáticos”, del que forma parte el Instituto Radiotecnológico A.L. Mints, la misma empresa que creó la infraestructura de radares soviética.

Cabe señalar que la tecnología de los radares rusos de detección lejana se fabrica ante todo para su explotación dentro del país y sólo se exporta una parte de ella. Las tecnologías de control de la atmósfera y el espacio cercano conforman la base de la seguridad nacional de Rusia.

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