Historia de la compañía Sujói, pionera de los aviones de asalto

Desde que alzaron el vuelo los primeros aparatos en 1930 hasta la actualidad, Sujói ha producido gran cantidad de aviones de asalto.

En 70 años la oficina de diseño lanzó más de 100 marcas de aviones, 60 de los cuales se produjeron en serie. En total se fabricaron más de 10.000 aeronaves.

El fundador de la oficina, Pável Sujói, tuvo sus primeras experiencias con la construcción de aviones en un país asolado por la guerra civil. La aviación soviética nació en un sencillo edificio de dos plantas: arriba trabajaban los ingenieros y abajo se encontraban los talleres.

En 1930, bajo la dirección de Sujói, levantaron el vuelo los cazas de la serie I, el bombardero de largo alcance DB y el avión comercial de largo alcance RD, con el que los pilotos soviéticos lograron entonces el récord de distancia de vuelo, 10.000 km en 62 horas sin escalas.

En 1940, la serie se completó con el primer Su-2. Este bombardero de corto alcance aparentemente convencional tenía grandes ventajas frente a sus análogos: una estructura de la cabina que ampliaba el campo de visión del piloto, o la ubicación de las bombas, que permitía alcanzar mayores velocidades.

Sujói construyó más de 900 unidades de este novedoso diseño y el taller obtuvo la condición de oficina de diseño independiente. Este modelo sirvió de base para el diseño de los aviones de asalto blindados Su-6 y Su-8, además del caza Su-1, equipado con una pieza de artillería. Los aviones Sujói se usaron con frecuencia en las batallas de Moscú, Stalingrado y Kursk durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras la guerra, se apostó por el desarrollo de aviones con motor a reacción. La oficina de diseño Sujói fue una de las pioneras en este campo. Por primera vez en la Unión Soviética se probaron los sistemas de eyección y el uso de paracaídas en el frenado, para lo que se escogieron los aviones Su 9, 11, 13, 15 y 17. Sin embargo, ninguno de los diseños Sujói de la posguerra estaba destinado a producirse en serie. De hecho, un accidente con el Su-17 en 1949 frenó este tipo de diseños e incluso provocó el cierre temporal de la oficina.

La fábrica se volvió a abrir en 1953 para empezar a diseñar aviones supersónicos, completamente novedosos para la época. El trabajo de ingeniería se centró en dos direcciones: la construcción de aviones con alas en forma de estrella (grupo S) y triangular (grupo T).

El colectivo Sujói ganó prestigio con el modelo T-4, convirtiéndose en una de las oficinas de diseño de mayor renombre.

Según los expertos, este avión fabricado en 1962 se adelantó 20 años a su tiempo. En él se probaron todos los avances de la época: como la tecnología de fusión del titanio para el fuselaje, el acelerador automático o un nuevo sistema de control. El T-4 no llegó a fabricarse en serie, pero sentó las bases para el diseño de nuevos aviones.

Andréi Tupolev, el ‘padre’ de los aviones Tu, dirigió a Pável Sujói durante el diseño de sus primeros aviones.

En 1969, despegó el vuelo por primera vez el bombardero Su-24. Desde el Su-2, era la primera vez que un diseño de la oficina Sujói pasaba a producirse en serie. Este fue el primer avión de combate ruso cuyo uso en el campo de batalla no dependía de las condiciones meteorológicas.

Seis años después, la oficina tuvo un nuevo acierto. El avión de asalto Su-25 no tenía análogo en cuanto a la destrucción de blindados en el campo de batalla.

Bautizado como el ‘grajo’ por su peculiar forma, actualmente, este avión sigue siendo la base de la aviación militar rusa. También en aquel momento, la planta comienza a diseñar la cuarta generación. Como resultado se crea el modelo Su-27, que sirvió de base para el diseño de modelos posteriores como el Su-30, Su-32 y Su-33.

Los avances tecnológicos probados por el colectivo Sujói se usaron también en ámbitos ajenos al ejército. Por ejemplo, en los años 60 y 70, los ingenieros rusos diseñaron un corazón artificial basado en una serie de propuestas que marcaron la vanguardia a nivel mundial.

Desde principios de los 90, Sujói se inició en el campo de la aviación civil. Bajo su marca comenzaron a fabricarse aviones de carga y de pasajeros, así como aviones para uso en el sector agrícola. En la década del 2000, el Sujói Superjet 100 se convirtió en modelo piloto de la aviación civil.

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