Tres de las cinco empresas españolas presentes en la feria de alimentación WorldFood que se celebra estos días en Moscú producen aceites de oliva y aceitunas, que sobreviven con éxito el embargo de Rusia a los alimentos procedentes de la Unión Europea.
A pesar de ese embargo -que prohíbe las importaciones de productos perecederos desde los países que mantienen sanciones económicas contra Moscú- y de la grave crisis económica que padece Rusia, los aceites de oliva y aceitunas españoles se mantienen con diferencia como líderes de su sector en este país.
Ni siquiera la mala cosecha de la aceituna en España, que ha obligado a elevar los precios finales de ambos productos, ha podido perjudicar el sólido liderazgo español.
"La cosecha no ha sido buena y eso, sumado a la mala situación económica de Rusia, ha hecho que bajen un poco las ventas en los últimos dos años", reconoció hoy a Efe Álvaro Morte, represente de la valenciana Aceites Albert, que lleva más de 20 años en Rusia.
Pero este año, continuó Morte, "las ventas han empezado a recuperarse, porque el aceite de oliva está cada vez más de moda en Rusia y en todo el mundo".
Las exportaciones de aceituna de mesa española también han sufrido un ligero descenso por el aumento de los precios, pero Juan Soler, responsable de Acenorca, espera que a partir del año que viene se recupere.
"Habrá mejor cosecha y caerán los precios. Y cuando caen los precios, siempre mejoran las ventas", dijo a Efe.
Otra empresa que mantiene su presencia en la feria moscovita, una de las más importantes de Rusia, es la tarraconense Fruselva, que fabrica zumos frescos y comida infantil.
"No nos ha afectado tanto la crisis, porque tenemos varios clientes grandes, empresas globales. No obstante, ya no podemos presumir de tener el crecimiento inicial que tuvimos durante los primeros años de nuestra presencia en el mercado ruso", explicó Montserrat Boada, representante de esa compañía.
La más que modesta presencia de empresas españolas en la feria deja al descubierto las consecuencias del embargo ruso contra la UE, adoptado en respuesta a las sanciones de la Unión Europea por el papel de Moscú en la crisis de Ucrania.
Las importaciones de Rusia de alimentos procedentes de España cayeron en 785,3 millones de euros en 2015, según el informe sobre el efecto de las sanciones rusas difundido ayer por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX).
Por si fuera poco, a las sanciones se ha sumado una recesión en Rusia que dura ya más de dos años, agravada por la fuerte depreciación del rublo, que ha perdido más de la mitad de su valor.
El embargo ha provocado un gran cambio en el mercado de la alimentación ruso, que ha abierto las puertas a nuevos productores, entre ellos muchos países de América Latina, y ha impulsado el sector agroalimentario interior, uno de los pocos que crece en la actual situación económica.
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