Esto fueron los aviones que los nazis quisieron usar contra los soviéticos en misiones suicida

airwar.ru
En febrero de 1944, Otto Skorzeny y el oficial de la Luftwaffe Heio Herrmann, propusieron el proyecto Selbstopfer (Autosacrificio). La idea de crear una especie de escuadrón ‘kamikaze’ para intentar frenar el avance de las tropas de la URSS en suelo alemán fue apoyada por el Reichsführer-SS Heinrich Himmler y la famosa piloto de pruebas Hanna Reitsch.

Extraoficialmente, la 5º escuadrilla fue bautizada ‘Escuadrón Leónidas’ en honor al rey espartano que, según la leyenda, junto con 6.000 soldados griegos, luchó y murió heroicamente en la Batalla de las Termópilas en el 480 a.C. contra un ejército persa de 200.000 hombres. El mismo tipo de valiente autosacrificio se esperaba de los pilotos alemanes.

Hanna Reitsch

Fieseler Fi 103R

Basado en la “bomba volante” V-1, el proyectil podía lanzar su carga a una velocidad de 575 km/h con un alcance de 250-370 km.

El proyecto recibió el nombre de Reichenberg, ya que más tarde se bautizó con el nombre de este tipo de avión. En 14 días se construyeron 4 versiones del V-1 tripulado para entrenamiento de pilotos y fines operativos. El trabajo de diseño fue supervisado por el Dr. Robert Lusser, empleado de la oficina de diseño de la planta de Physiler. Se diseñaron cuatro versiones tripuladas del avión proyectil.

Ejemplar de Reichenberg 1

En septiembre de 1943 volaron los primeros ejemplares de las versiones sin motor del Reichenberg 1 y Reichenberg 2. Sin embargo, los primeros ensayos del Reinherberg 3 equipado con motor terminaron con la caída de cuatro proyectiles y la muerte de dos pilotos. La inquieta Hannah Reitsch, llamada por el ingeniero Kenscher, consiguió completar 10 vuelos sin ninguna observación, pero pocos días después volvieron a morir dos pilotos de pruebas. Finalmente se determinó que la causa de los accidentes fue la fuerte vibración estructural del motor pulsante, que provocó el atasco del cableado del sistema de control. Además, se observaron fenómenos peligrosos durante el aterrizaje, pero se consideraron sin importancia, ya que el programa de vuelo no preveía el aterrizaje de Reichenberg.

En total, se fabricaron unos 100 ejemplares de diversas modificaciones del Reichenberg. En 1944, se entregaron 75 ejemplares al KG 200, que formaba parte de la V División, que tenía la intención de utilizar estos proyectiles. Sin embargo, nunca se utilizaron en condiciones de combate.

Me 328

Este avión había sido diseñado conjuntamente por dos fábricas, Messerschmitt AG y DSF, como un avión de combate o de ataque sencillo y barato de producir. Estaba propulsado por motores pulsantes Argus As-014, con un empuje de 3,3 kN (336 kgf) cada uno, y debía alcanzar una velocidad de hasta 800 km/h. La versión de ataque debía llevar una bomba de 500 kg.

En la variante suicida se decidió utilizar una versión no motorizada del avión, equipada con una carga explosiva de 1 tonelada. Debía ser llevada a la zona del objetivo en el fuselaje del avión portador Do 17E, allí desprenderse y en picado, a velocidades de hasta 730 km/h, alcanzar el objetivo.

Los vuelos de prueba de la combinación de Do 17E + Me 328 se realizaron en la base de Horsching, cerca de Linz, en Austria. La altitud de los vuelos era de 3000 - 6000 metros. Las pruebas demostraron que el Me 328 tenía buena estabilidad y controlabilidad en el rango de velocidades de 140 a 730 km/h. Hannah Reitsch participó activamente en los sobrevuelos del nuevo avión.

Debido al cierre del programa del Me 328 en el verano de 1944, el primer modelo de preproducción nunca se completó. Las principales razones de esta decisión fueron unas características de vuelo deficientes, problemas de vibraciones que no se habían resuelto del todo y la falta de una base de producción adecuada para la fabricación en serie. Ninguna de las variantes del Me 328 llegó nunca al frente.

‘Mistel’

El sistema Mistel (“Muérdago”), también era conocido como Vati und Sohn (Papá e Hijo). Encima de un bombardero Ju-88, sin tripulación y cargado de explosivos, iba fijado un caza, cuyo piloto controlaba todo el sistema. Al llegar al objetivo, el piloto se separaba el bombardero, que impactaba contra el enemigo, mientras que el caza regresaba a la base.

Los objetivos de los “kamikazes” alemanes fueron los puentes sobre el río Óder construidos por las tropas soviéticas. Según la propaganda nazi, 35 pilotos suicidas consiguieron destruir 17 puentes y pasos en los ataques. En realidad, sólo fue destruido el puente ferroviario de la ciudad polaca de Küstrin.

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