El Ojótnik voló por primera vez el 3 de agosto de 2019. El dron está fabricado con tecnología furtiva y se está probando que opere de forma conjunta con el avión de combate de quinta generación Su-57. Se espera que el dron descubra los objetivos y ataque a la orden del piloto del caza.
Se espera que para 2022 los trabajos estén terminados y se pueda firmar, como ya es habitual en las Fuerzas Armadas, un gran contrato a largo plazo para estos drones.
El dron pesado Ojótnik, que cuenta con la tecnología de invisibilidad, fue diseñado de acuerdo con el esquema aerodinámico de “ala voladora”. Su peso al despegue es de unas 20 toneladas. El dron está equipado con un motor de reacción.
El dron es altamente autónomo gracias a estar equipado con IA. Además, parte de su tecnología y municiones han sido tomadas del caza de quinta generación Su-57.
“El arsenal del Ojótnik incluye misiles aire-tierra y una serie de bombas (controladas por el operador y de planeo) que no irán dispuestas bajo las alas, sino que se ocultarán dentro del fuselaje para reducir la visibilidad en el radar enemigo”, declaró el profesor Vadim Koziulin de la Academia Rusa de Ciencias Militares a Russia Beyond.
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