El Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, como en años anteriores, condujo junto a las tropas de felicitación antes de que miles de soldados marcharan por la Plaza Roja, así como por las calles de la capital.
Más de 14.000 soldados, acompañados por más de 200 piezas de equipo militar, retumbaron por las calles del centro de Moscú y la Plaza Roja el 24 de junio, mientras Rusia celebraba el 75º aniversario del final de la Gran Guerra Patria.
Se considera un verdadero honor entre los militares rusos formar parte de desfiles militares en fechas simbólicas. Cada soldado que desfila en la Plaza Roja en la fecha señalada recibe una medalla, una semana de vacaciones e incluso un extra salarial (un bono, no el salario de un mes).
Las mujeres que defienden la Madre Patria también se unieron a las tropas regulares en la Plaza Roja. Hubo hasta 400 mujeres militares marchando junto a hombres de Rusia y de todo el mundo, acompañadas por los últimos vehículos militares del país eslavo.
En cuanto a los invitados extranjeros, tropas de la India, China, Serbia, Mongolia, junto con los de una amplia gama de naciones ex-soviéticas, también marcharon a través de la Plaza Roja, junto con las 14.000 tropas de Rusia.
El T-34, un legendario tanque que ayudó a cambiar el flujo de las mareas de la Gran Guerra Patria, tradicionalmente abre el desfile. Estas veteranas máquinas de combate, totalmente operativas, pueden verse (e incluso uno puede dar un paseo en ellas) en el Parque Patriot de los suburbios de Moscú.
Bautizado con el nombre de “Terminator”, esta unidad de apoyo a tanques pesados está armada con dos cañones de 30 mm, cuatro misiles, lanzagranadas y ametralladoras. Este dispositivo se convirtió en una sensación instantánea nada más aparecer en el ejército ruso, debido a su imparable potencia de fuego y sus capacidades de última generación.
El A-50, uno de los mayores aviones de control y alerta temprana aerotransportados (AWACS) del mundo, también se unió a la parte aérea del desfile.
Los helicópteros de combate, junto con los de carga, volaron, como es tradición, sobre los tejados de los edificios de Moscú para poder ser examinados de cerca por los habitantes de la ciudad.
El equipo acrobático de los Caballeros Rusos dibujó su habitual bandera tricolor rusa en los cielos sobre los moscovitas, cerrando simbólicamente así el desfile militar.
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