La construcción de este avión experimental empezó en la URSS en 1973. El Yak-141 fue creado para equipar a los portaviones soviéticos y en principio se planeó construir siete aparatos. Fue diseñado para proteger los portaaviones de ataques aéreos, así como para ataques a objetivos bajo el agua y en tierra.
En 1991 empezaron las pruebas del Yak-141, pero tras un accidente durante un aterrizaje, el único aparato que existía en ese momento se quemó por completo (eso sí, el piloto pudo salvarse). Rusia se encontraba entonces en un profunda crisis económica y el programa del Yak-141 se cerró.
Sin embargo, la creación de un avión con despegue corto y aterrizaje vertical está incluida en el Programa Estatal de Armamento de Rusia hasta 2027. El viceprimer ministro, Yuri Borísov, señaló que la nueva máquina se basará en los avances de la Oficina de Diseño de Yákovlev. Resulta que los aviones de combate de las familias Sujói y Mikoyán no cuentan con un diseño para hacer despegues y aterrizajes verticales, mientras que el Yak-141 se convirtió en el avión más avanzado de este tipo en la URSS.
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