El calor del verano no es capaz de eliminar el coronavirus que vive en distintas superficies y puede incluso contribuir a una mayor tasa de contagios en Rusia, dice Albert Rizvanov, director del Centro de Investigación Clínica de Medicina Regenerativa de la Universidad Federal de Kazán. Rizvanov dirige el equipo que desarrolla una vacuna contra el coronavirus.
“Las bajas temperaturas [del aire] aumentan la capacidad de supervivencia del virus: la temperatura ideal para el virus es de 4 a 8 grados [Celsius]. Cuando la temperatura del aire aumenta, el virus se vuelve menos estable. (...) Sin embargo, el virus se transmite más a menudo por el aire (al hablar, estornudar, toser o simplemente al respirar), al estrechar la mano y mediante el contacto con superficies recién contaminadas. Muy rápido para que el virus se descomponga incluso en temperaturas de verano”, afirma.
El científico añade que cuando hace calor, la gente tiende a salir y a contactar más a menudo. “Esto puede convertirse en un factor de riesgo adicional”, sugiere.
En el momento de la redacción de este artículo se habían confirmado 252.245 casos de coronavirus en Rusia, y 2.305 muertes por la Covid 19 en todo el país.
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