Rusia. 2030. Llegas a la estación del Hyperloop de Moscú, subes a una cápsula en forma de vaina y viajas a San Petersburgo en sólo 33 minutos. Apenas notas la extraordinaria velocidad de 1200 kilómetros por hora y te relajas cómodamente mientras la cápsula te transporta a través de un tubo de vacío, cada vez más cerca de la capital cultural de Rusia. ¡Es el primer sistema Hyperloop no sólo en Rusia sino también en el mundo y eres uno de sus primeros pasajeros!
Una idea tentadora, ¿verdad? Anunciado por primera vez por Elon Mask en 2012, el Hyperloop ha estado en la mente de los entusiastas de la tecnología desde hace algunos años y, en 2017, Josh Giegel, cofundador de Virgin Hyperloop One, incluso sugirió que Rusia podría convertirse en el primer país en dar vida al proyecto. Pero, ¿es viable en la Rusia de hoy? ¿Lo veremos pronto?
Los primeros pasos para hacer realidad al Hyperloop en Rusia ya se dieron entre 2016 y 2017. En aquel entonces, Hyperloop One y el grupo de inversión y comercio Summa de Rusia discutieron planes para crear un sistema Hyperloop de carga con 65 kilómetros de largo que conectaría el Lejano Oriente ruso con la vecina China (Zarúbino-Húnchūn). Sin embargo, tras la detención en 2018 del posible inversor mayoritario y copropietario de Summa, Ziavudin Magomédov, el proyecto se paralizó y desde entonces este permanece paralizado.
En medio de las conversaciones sobre la construcción de una nueva autopista de alta velocidad entre Moscú y San Petersburgo, la idea del Hyperloop resurgió una vez más. Los expertos rusos del Instituto de Investigación de Monopolios Naturales (IPEM) estimaron que el ferrocarril propuesto podría costar más que un Hyperloop, 1,5 billones de rublos (24.000 millones de dólares) contra 1,18 billones de rublos (19.000 millones de dólares), lo que lo convierte en una alternativa que también podría ser considerada.
Mientras que un viaje en un futurista Hyperloop parece más emocionante que otro ferrocarril sobre tierras de Rusia, los expertos también argumentan que el costo de este viaje exclusivo es poco probable que sea barato. Calculan que el billete de ida más asequible costaría al menos 16.100 rublos (257 dólares), es decir, entre el 13 y el 18 por ciento de los ingresos mensuales medios de los ciudadanos de a pie de Moscú o San Petersburgo. Esto significa que para que el proyecto Hyperloop sea económicamente viable en Rusia, debe ser utilizado entre un 2,4% y un 7,6% de los rusos más ricos cada día, insuficiente para que las autoridades consideren seriamente el proyecto.
Otros analistas rusos tampoco parecen muy entusiastas sobre el futuro del Hyperloop en Rusia. Si bien el proyecto sólo existe por ahora sobre el papel y es demasiado difícil evaluar su costo, parece un esfuerzo comercial no demasiado rentable, dice Guennadi Nikoláiev, experto de la Academia de Finanzas y Administración de Inversiones. “El problema es que en este momento no hay manera de hacer que este proyecto sea económicamente viable. Para aumentar la capacidad de transporte de pasajeros hay que aumentar el número de tubos, pero esto hará que el proyecto sea aún más caro”, dice. “Podría ser más atractivo para China, donde existe la necesidad de atender un gran flujo de pasajeros... No existen tales problemas en Rusia y a menudo incluso debatimos la viabilidad de los trenes de alta velocidad de Moscú a San Petersburgo. ¿Cómo podemos discutir seriamente la idea de un Hyperloop?”.
Piotr Pushkariov, analista de TeleTrade, es un poco más optimista. Según él, aunque no sea rentable y sí económicamente arriesgado, el Hyperloop será sin duda un gran proyecto de marca para Rusia que atraerá la atención mundial y a los turistas. “Este será el primer y único proyecto del mundo de tal magnitud”, dice. “Pero entonces, también será necesario promocionarlo de la manera correcta.”
En general, los expertos dudan de que Rusia se esté acercando a ser el primer país en implementar la idea de Elon Musk. Aunque no se tenga en cuenta su escasa rentabilidad económica y se sugiera que inversores extranjeros podrían estar interesados en financiar un proyecto de este tipo en Rusia, habrá factores geopolíticos que podrían desanimarles.
“Los inversores extranjeros tendrán que aportar grandes sumas de dinero, lo que es arriesgado dadas las sanciones [internacionales] [a las que Rusia está sujeta actualmente]”, dice Román Aliojin, fundador del grupo de marketing Alekhin and Partners. “Junto con el empeoramiento del clima de inversión, la presión estatal sobre las empresas y los constantes cambios en las normas fiscales, esto podría empujar a los inversores a considerar otro país con ‘reglas del juego’ más transparentes”.
Hace solo unos años, el proyecto del Hyperloop en Rusia parecía más cerca de hacerse realidad que en la actualidad. Pincha aquí para leer sobre ello.
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