Este año Rusia y EE UU siguen siendo los líderes tecnológicos del mercado de armamento. Cada uno cuenta con sus propios triunfos. Este artículo presenta tres armas rusas a tener en cuenta.
A finales de 2018 el presidente ruso, Vladímir Putin, supervisó personalmente las pruebas balísticas de un nuevo misil intercontinental, Avangard, que estará al servicio de las tropas de misiles del país a comienzos de año.
Este nuevo misil balístico intercontinental supone una nueva fase para los cohetes rusos. A diferencia de todos sus predecesores y “competidores” en el extranjero, puede alcanzar altitudes de docenas de kilómetros y volar hasta su objetivo a través de las capas densas de la atmósfera, maniobrando y evitando las defensas antimisiles a velocidades hipersónicas. En la actualidad, ningún otro misil en el mundo tiene estas capacidades.
De manera que un misil con una potencia 130 veces mayor que la de la explosión de Hiroshima puede volar a su objetivo a una velocidad de 20 Machs (unos 24.000 km/h).
“Actualmente no existen tecnologías hipersónicas en el extranjero capaces de contar con el potencial nuclear del Avangard. Por lo tanto, con la aparición del nuevo misil, Rusia ha garantizado la seguridad de sus fronteras durante las próximas décadas”, explica Dmitri Safónov, exanalista militar del periódico Izvestia.
El Avangard forma parte de la tríada nuclear de Rusia, cuyo propósito no es participar directamente en las hostilidades o “destruir terceros países”, sino disuadir a un posible agresor de atacar a la Federación Rusa. Por lo tanto, no hay motivos para temer que este monstruo nuclear entre en acción.
Otra arma rusa que goza de superioridad mundial es el sistema de defensa aérea S-400 Triumf (conocido como el Growler en la clasificación de la OTAN).
Es capaz de detectar todos los objetivos aéreos en un radio de hasta 600 km y derribarlos a una distancia de 400 km. El S-400 localizará a todos, desde misiles de crucero de maniobra rápida hasta misiles nucleares balísticos intercontinentales que se lanzan desde el otro extremo del planeta. No solo eso sino que los “capturará” y bajará a una distancia segura.
La diferencia principal con su mayor competidor, el estadounidense MIM-104 Patriot, es su capacidad para ver y derribar objetivos desde todas las direcciones. El sistema estadounidense puede escanear los cielos solo en una dirección preestablecida de 180 grados.
Además, los Patriot tardan hasta 30 minutos en desplegarse y prepararse de nuevo para la batalla. En ese tiempo, los misiles son capaces de alcanzar sus objetivos.
El Patriot tiene un alcance de 180 km, la mitad del del sistema ruso (400 km). Esto es importante en la lucha no solo contra los misiles, sino también contra los combatientes y los bombarderos, ya que estos últimos no tienen posibilidades de dejar caer sus misiles dentro de la distancia de combate cuando se enfrentan al S-400.
Estos factores han provocado que un miembro de la OTAN, Turquía, optara por el sistema ruso, a pesar de la amenaza de sanciones económicas.
El hardware basado en la plataforma Armata y, en particular, el tanque T-14 marca un hito en el desarrollo de la tecnología de blindados pesados del siglo XXI.
El T-14 es el primer tanque de tercera generación del mundo. Está equipado con un cañón 2A82 de 125 mm de diámetro interior liso (con la opción de instalar un 2A83 de 152 mm) con control remoto totalmente digital. Se trata del único en el mundo que cuenta con una torreta no tripulada. Toda la tripulación está en una cápsula blindada aislada con potente armadura frontal, desde donde se tiene un control total del vehículo y de todos sus sistemas. Esta solución tecnológica permite a la tripulación sobrevivir incluso cuando la torreta recibe un impacto directo o se incendia la munición.
Además, el blindaje del tanque es capaz de soportar los impactos de la mayoría de los proyectiles antitanque y misiles existentes.
El blindaje del T-14 cuenta con un nuevo sistema de protección activa llamado Afganit, capaz tanto de destruir físicamente los objetivos como de desactivarlos. Dispone de cuatro antenas en fase que “capturan” el proyectil enemigo cuando se aproxima y lo sacan de la trayectoria de vuelo con la ayuda de láseres, radares o una cortina de humo.
Si el proyectil evita los radares y los láseres, entra en acción el escudo dinámico Malajit, que golpea los misiles cuando se acercan al tanque.
“El rival estadounidense más cercano al Armata es el tanque Abrams. Tiene buena protección dinámica, pero no tiene una cápsula blindada para la tripulación. De modo que, en caso de impacto directo de un proyectil perforante, las posibilidades de supervivencia de la tripulación son menores”, explica Safónov.
Otra diferencia significativa entre los dos tanques, continúa, radica en sus cañones y la velocidad de disparo.
“El tanque T-14 es capaz de disparar hasta diez rondas por minuto y alcanzar objetivos a una distancia de hasta 7 km. Mientras que el Abrams tiene una velocidad de disparo de sólo tres rondas a un alcance de 4.600 m. En una lucha contra militantes en Oriente Medio, estos dos kilómetros pueden marcar la diferencia”, concluye Safónov.
¿Cómo es el arsenal nuclear de Rusia? Te lo contamos en este vídeo.
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