Los peligros de estar solo: ¿Puede el aislamiento hacerte estúpido?

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El aislamiento social aparentemente desata una respuesta extrema del sistema inmune, una combinación de hormonas del estrés e inflamación que afecta a nuestro sueño, atención, razonamiento verbal e incluso a la presión arterial. El impacto de la soledad en nuestro cerebro, sin embargo, no se ha investigado a fondo. Un experimento de la era soviética muestra que el aislamiento también puede reducir tu coeficiente de inteligencia

En 1967, en el transcurso de un año de un brutal experimento, tres hombres fueron aislados en un espacio hermético de Moscú, en el Instituto de Problemas Biomédicos, centro líder en el estudio del aislamiento. Eran el médico Manóvtsev, al biólogo Bozhkó y el ingeniero Ulibíshev. El primer experimento de aislamiento del mundo tuvo como objetivo estudiar los desafíos de viajar a planetas lejanos y cómo les iría a los humanos durante largas estadías en estaciones espaciales.

Los tres hombres vivieron en un espacio de unos 12 metros cuadrados, sin contacto con el mundo exterior. Dormían en literas en tres niveles, y todo en la habitación era de metal. Comieron la misma comida simple que los cosmonautas, así como purificaron su orina y la bebieron como agua. Su única distracción y vínculo con el mundo exterior era un televisor que les permitían ver dos horas al día.

Había también un compartimento de 7,5 metros cuadrados donde cultivaban vegetales y hierbas. Algunas veces durante aquel año, el nivel de oxígeno en el espacio hermético se redujo repentina e inesperadamente en un 16 por ciento. Como resultado del experimento, el coeficiente de inteligencia de los participantes disminuyó un 20-25 por ciento.

Ekaterina Strizhova, autora de Mars 2030, un experimento psicológico en forma de un juego de búsqueda, cree que nuestra inteligencia está influenciada por las condiciones de aislamiento.

"Por ejemplo, pasar un año en compañía de tres personas es completamente diferente de estar con un grupo mayor de seis", explicó Strizhova. "Mucho depende de si los participantes en tales experimentos tienen mucho tiempo libre, y a qué tipo de actividades estaban acostumbrados antes del aislamiento".

Strizhova cree que, para identificar cómo afecta la soledad a nuestro cerebro, los científicos deben realizar más experimentos en distintas condiciones.

"El aislamiento social es una situación extrema que naturalmente influye en nuestra salud mental", dijo Shrizhova. "Las capacidades intelectuales pueden verse afectadas por las limitaciones de la experiencia psicosocial, la depresión, el entorno externo, así como las toxinas, los alimentos y otros muchos factores".

En contraste, un ambiente social activo y nuevas impresiones estimulan nuestra inteligencia, contó Strizhova, y agregó que las personas crónicamente solitarias tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, la demencia y otras enfermedades peligrosas.

La forma en que nuestros cuerpos y cerebros reaccionan a la falta de contacto con otros seres humanos puede explicarse por la presión evolutiva, cuando el aislamiento del grupo conlleva riesgos físicos graves. Con suerte, futuras investigaciones y experimentos arrojarán más luz sobre los mecanismos que operan en  tales condiciones.

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