El 70% de la población rusa se opone a llegar a acuerdos con Occidente respecto a las sanciones

En la prende dice: "El Tópol no teme a las sanciones". Se trata de un sistema de misiles intercontinental. Fuente: Ekaterina Chesnokova / Ria Novosti

En la prende dice: "El Tópol no teme a las sanciones". Se trata de un sistema de misiles intercontinental. Fuente: Ekaterina Chesnokova / Ria Novosti

La mayoría de los rusos no están dispuestos a llegar a un acuerdo con Occidente para que se levanten las sanciones, según una reciente encuesta del Levada center. Al mismo tiempo, los índices de popularidad de Putin se mantienen muy elevados. Los sociólogos consultados discrepan a la hora de interpretar estos datos.

El 70% de los rusos cree que el país no debe aceptar ningún compromiso con Occidente en relación a las sanciones, según una encuesta del  de Levada center celebrada en junio. Los que se inclinaban por “buscar un compromiso y ceder para evitar sanciones” fueron el 20%. 

Al mismo tiempo, según la encuesta un tercio de la población ha tenido problemas a causa de las sanciones, pero esto no afecta al índice de aprobación del presidente, constatan los sociólogos. Recientemente el nivel del apoyo a Vladímir Putin rompió un nuevo récord, alcanzando el 89%.  

Sin embargo, aumenta la incertidumbre respecto al futuro, el temor ante una posible intervención militar y la inseguridad respecto al presente, explicó a RBTH Natalia Zórkaya, socióloga del Levada center.

“Estas tendencias se notan también en otras encuestas que hemos hecho. El 60% de los encuestados habla del futuro con angustia”, aclara. Esto provoca que muchas personas rechacen que puedan influir en algo y delegan la responsabilidad en los cargos superiores, dicen desde el Levada center.

“Es la reacción del avestruz – esconder la cabeza bajo el suelo en caso de peligro. La gente ha delegado en el presidente el derecho a pensar, ya que este cumplía con sus expectativas. Todos estos años ha crecido el bienestar material, además de adquirirse nuevos territorios”, declara el sociólogo  Konstantín Kalachev.

Las sanciones, que pretendían socavar la confianza de los rusos respecto a Putin, provocan por ahora una reacción contraria y la población se une alrededor del mandatario, explica el profesor Leonid Poliakov de la Escuela Superior de Economía. “Esto sucede a pesar de que un gran segmento de la población sienta que le afectan las sanciones”, agrega.

Los expertos consultados consideran que estas se entienden en una lógica vinculada a la dignidad nacional. Al mismo tiempo, el sociólogo independiente Mijaíl Korostikov considera que “los rusos de a pie no sufren las sanciones, sino las contrasanciones”, que ha puesto la propia Rusia.

"Probablemente se haya borrado esto de su mente y por eso apuestan por una línea dura". Además, cree que no se puede olvidar el hecho que el 70% de la población carece de pasaporte para viajar al extranjero y que un porcentaje similar no tiene ahorros, con lo cual no le afecta la devaluación de la moneda.

Korostikov considera que la manera de hacer la pregunta influye mucho. "Si se pregunta a la gente qué les parece que no tengamos coches japoneses o medicinas alemanas, entonces las respuestas serían diferentes. No me parece que esta sea la opinión social mayoritaria, sino una pregunta sobre lo último que han visto en la televisión", considera Korostnikov.

Ahora, después de que la ciudadanía haya dado tanta confianza al mandatario existe un gran espacio para poder realizar reformas pocos populares, considera Poliakov, como el aumento de a edad de jubilación. Alexander Brechalov, del Frente Popular de Rusia, organización creada por Putin en 2011, también cree que es un momento para hacer reformas.

Sin embargo, los expertos consideran que la mayoría no quiere reformas. "La gente se pone nerviosa al hablar de nuevas reformas, temen que haya una nueva perestroika", declara Kalachev. Considera que aunque "Putin no cumpla con todas las expectativas su índice de aprobación no descenderá considerablemente. Todavía se compara a Putin con Yeltsin, con la situación que hubo en los años 90".

"En vista de que la palabra clave de la presidencia de Putin es 'estabilidad', dudo que la ciudadanía esté esperando reformas. Lo más importante es que la situación no vaya a peor", constata Korostikov.

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