Fuente: Ria Novosti / Vladìmir Astapkovich
31 de diciembre, fin de año, Nochevieja
El país se encuentra inmerso en una locura navideña. Las paredes de los supermercados tiemblan bajo el ímpetu de todos los que han dejado las compras hasta el último minuto, los principales programas de televisión no se cansan de repetir que la gente podrá sentir en su canal el auténtico espíritu del Año Nuevo y las cocinas rebosan un aroma festivo en el que predominan notas de mandarina y ensalada Olivier.
Como los atletas en las Olimpiadas, la gente se reúne por equipos en los apartamentos de los amigos y esperan la señal: “preparados, listos…”. Tras las 12 campanadas de la torre Spásskaya (que a medianoche se retransmiten en todos los canales), todo el mundo permanece en silencio para pedir un deseo, pero justo después los descorches de las botellas de champán dan el inicio y arranca la fiesta más importante del año.
Durante toda la noche, las calles de las ciudades rusas se iluminan con los destellos de fuegos artificiales, por todas partes se oyen gritos de ebriedad, ladridos de perros y sirenas de automóvil. El caos generalizado no molesta a nadie: todo el mundo se ha sumergido en una euforia especial que combina la espera de un milagro y el anticipo de una desagradable resaca.
1 de enero, Año Nuevo
No existe una imagen más deprimente y a la vez alegre que el panorama de una mesa de fiesta a la mañana siguiente. Dejando de lado sus escrúpulos, los rusos que comienzan el nuevo año se comen valientemente la ensalada del año anterior y se acaban el champán desbravado.
Para abstraerse de los lamentos sobre lo ocurrido la noche anterior, la gente enciende el televisor. El primer día del año que entra termina en compañía de los personajes famosos de la televisión y las sobras de la cena.
2-6 de enero, vacaciones y diversión en el hielo
Llega el momento en el que los padres llevan a los niños a ver el árbol de Navidad. Hay quien prefiere disfrutar del espectáculo de una mañana aburrida y hay quien decide entretenerse y entretener a sus hijos y acude a los parques, en los que se organizan celebraciones populares. Pistas de patinaje, toboganes de hielo, tiendas de dulces y suvenires, todo ello promete diversión navideña. Aunque la verdadera diversión reina, evidentemente, junto al árbol de Navidad. A su alrededor se organiza un corro infinito de adultos, niños y personajes de los cuentos de hadas.
Por lo demás, cada uno de los días siguientes hasta Navidad parece el Año Nuevo en miniatura. Continúan los fuegos artificiales vespertinos, corren ríos de champán, las mesas se tambalean por el peso de las fuentes de ensalada Olivier.
Para variar un poco, algunos acuden al cine a ver algún taquillazo navideño, otros van a exposiciones que no han tenido tiempo de ver por el trabajo, y los ciudadanos más concienciados salen a la naturaleza: unas vacaciones largas son perfectas para practicar deportes de invierno.
7 de enero, la Navidad ortodoxa
Este día se celebra en Rusia la Navidad ortodoxa. A pesar de ser una de las mayores festividades ortodoxas, se celebra menos que Año Nuevo. Las misas de Navidad reúnen cada año a más gente, pero la tradición de esta fiesta por ahora no está demasiado generalizada.
Para la mayoría de los rusos, la Navidad no es más que una excusa para reunirse en familia y pasar al menos uno de los 12 días en un ambiente tranquilo y acogedor. Este día se suele beber mucho menos y comienza a haber también menos fuegos artificiales en las calles.
8-10 de enero, descanso
Ya se han terminado todas las visitas obligatorias, se han probado todas las atracciones de navidad y la atmósfera festiva comienza a desvanecerse poco a poco. Llegan los días de la prevención. Los rusos comienzan poco a poco a ocuparse de los asuntos de la casa o de las compras.
Hacia el final de estas largas vacaciones, a veces entre los ciudadanos se produce un segundo respiro. Los amigos y la familia deciden reunirse “por última vez” y poner fin a esta maratón de fiestas. En estas celebraciones “pacificadoras” tienes una sensación de déjà vu: oyes historias que ya habías oído, te ríes chistes de lo que ya te habías reído y los compañeros de fiesta son prácticamente los mismos.
11 de enero, último día
Seguramente, sólo la mañana del 1 de enero las calles están más tranquilas que el 11 de enero. Este día los rusos sienten la llegada del final. El inevitable final de unas fiestas de las que, llegados a este punto, ya se han cansado, pero que no quieren que terminen.
El último día de las vacaciones de Navidad, la gente recuerda con nostalgia todo lo ocurrido durante las fiestas y se propone ser mejor. Y es que el día siguiente es el primer día laborable del nuevo año.
Y ahora...¡A empezar!
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