El director ha sido destituido y habrá una revisión de los contratos de obras. Una empresa española participa en la construcción. Fuente: ITAR-TASS
Según declaraba el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, en una asamblea del gobierno de la capital el pasado 22 de julio, durante los últimos años se ha hecho mucho por modernizar el metro de Moscú.
Sin embargo, esta última tragedia, en la que murieron 20 personas tras un descarrilamiento, ha eclipsado todos los logros alcanzados.
Así, el director del metro de la capital, Iván Besedin, que ocupaba este cargo desde 2011, ha sido despedido, informa la agencia Interfax. “Durante los últimos años el metro ha cambiado enormemente, se han añadido nuevas estaciones y trenes, se ha cambiado la imagen y la dirección ha ido informando regularmente de sus logros. No obstante, al parecer en la práctica el problema de la seguridad no está bajo control”, comenta el analista macroeconómico de UFS IC Vasili Ujarski.
Según este, la tragedia del metro de Moscú es un claro indicador de los problemas existentes en torno a la seguridad de este medio de transporte. El accidente del 15 de julio ha sido el más grave de toda la historia del subterráneo, sin contar los atentados terroristas.
“El metro de Moscú es la mayor empresa de transporte de Rusia, posee un tráfico y una sobrecarga colosal, y es evidente que todas las responsabilidades recaen sobre la persona que dirige esta organización”, comenta el presidente del Centro de Comunicaciones Estratégicas, Dmitri Abzálov. Por ejemplo, el antecesor de Iván Besedin, Dmitri Gáyev, que dirigió el metro de Moscú durante 16 años hasta 2011, también abandonó su cargo en medio de un escándalo: fue acusado de corrupción y de abuso de autoridad. Un año después de retirarse falleció.
“Con la llegada de la nueva dirección al metro se ha destinado un enorme presupuesto y este medio de transporte se ha convertido en la tarjeta de visita del nuevo alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin”, comenta el experto.
El nuevo director del metro será Dmitri Pégov, anteriormente al mando de la Dirección de las líneas de alta velocidad de los Ferrocarriles Rusos y responsable de la puesta en marcha de la primera línea ferroviaria de alta velocidad de Rusia, que conecta Moscú y San Petersburgo.
“La principal tarea del nuevo director es garantizar el desarrollo del metro, y el nombramiento para este puesto del anterior director del programa de trenes de alta velocidad Sapsan no es algo casual. En aquel proyecto, donde la seguridad era una tarea prioritaria, se llevó a cabo la complicada misión de conseguir la circulación de trenes de alta velocidad sobre la desgastada infraestructura existente”, comenta Dmitri Abzálov. Según este, este tipo de problemas son los que afronta el metro de Moscú en la actualidad.
Los problemas del transporte
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, se propuso como uno de sus objetivos resolver los problemas del transporte en la capital rusa. Como resultado de esto, en Moscú se inició un programa a gran escala de obras en el metro.
Hasta 2020 en Moscú se construirán más de 160 kilómetros de líneas y 79 estaciones, y la longitud total del metro de Moscú será 1,5 veces mayor. Para llevar a cabo este programa se creó un operador único, Mosinzhproekt, que en 2011 ganó el concurso público para dirigir el programa de desarrollo del metro. Anteriormente las obras en el metro eran responsabilidad exclusiva de una empresa privada, Mosmetrostroi. Ante la nueva compañía se impuso la tarea de abaratar los costes y reducir los plazos de construcción.
Según Mosinzhproeky, gracias al uso de las nuevas tecnologías, las autoridades de Moscú han logrado reducir el coste de la construcción de cada estación de los 6.800 millones de rublos (194 millones de dólares) hasta los 4.500 millones de rublos (129 millones de dólares). Con un presupuesto total para el programa de 1 billón de rublos (28.600 millones de dólares), Mosinzhproekt ha permitido a la ciudad ahorrar 250.000 millones de rublos (7.100 millones de dólares). Con estos fondos se pueden construir casi 50 kilómetros de nuevas líneas, comentan fuentes de la empresa a RBTH.
Mosinzhproekt hace uso de numerosas tecnologías extranjeras, en primer lugar tecnología española de construcción de túneles de metro, que en lugar de dos túneles prevé la construcción de un gran túnel de 9 metros de diámetro.
Esta técnica no se ha utilizado durante mucho tiempo en Rusia, donde se suele optar por otro método de construcción de túneles, el modelo del metro de Londres. Según este, los trenes circulan por dos túneles separados y las vías pasan por ambos lados de la estación. Sin embargo, en opinión de Mosinzhproekt, el método español permite ahorrar hasta un 30% del coste del proyecto.
Además, Mosinzhproekt ha decidido contar con la ayuda de socios chinos para la construcción de las estaciones. En particular, en mayo de 2014 las autoridades de Moscú firmaron un acuerdo de cooperación con China Railway Construction Corporation, (CRCC) y con China International Fund.
Se espera que estas compañías participen en la construcción de una nueva línea de metro ligero en Moscú con un presupuesto de 6.000 millones de dólares.
No obstante, el cambio de dirección en el metro podría influir también la elección de la empresa de servicios. Según los expertos, parte del volumen de las obras podría volver a Mosmetrostroi.
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