Cientos de refugiados ucranianos acogidos en la región rusa de Rostov

Fuente: Elena Mélijvova, Víktor Pogontsev

Fuente: Elena Mélijvova, Víktor Pogontsev

Las continuas hostilidades en el sudeste de Ucrania han empujado a cientos de refugiados hacia las regiones rusas más cercanas, principalmente Rostov. Un corresponsal de RBTH ha tratado de descubrir por qué dejan sus hogares los ucranianos y qué ayuda reciben en Rusia.

Fuente: Elena Mélijvova, Víktor Pogóntsev

El centro de salud infantil Dmitriadovski, en el distrito Neklinovski de la Región de Rostov (unos 950 kms al sur de Moscú y 100 al sur de Lugansk) está lleno de gente y de ruido. Los niños se divierten en el patio mientras sus madres los vigilan. A primera vista, se podría pensar que son veraneantes ordinarios que han decidido pasar unos días en el mar de Azov. Sin embargo, la tensión se palpa en el aire. Las mujeres ucranianas que aquí encontramos están muertas de angustia por los parientes y allegados que han dejado atrás. Pero también están contentas porque han conseguido salvar a sus hijos y traerlos por fin a un lugar seguro

“Llegamos ayer a última hora de la noche e inmediatamente nos ofrecieron la cena. La comida era deliciosa y abundante. Somos extraños para la gente que nos recibió, pero nos trataron como si fuésemos de la familia. Además, parece que estamos de vacaciones: duermo con mi hija en una habitación doble con baño y nos dan cinco comidas al día. Quiero expresar mi enorme gratitud hacia Rusia y todos los rusos que no nos han abandonado en estos tiempos difíciles. Estamos pensando qué hacer ahora. No tenemos dónde ir”, dice una joven ucraniana, Viktoria Ptitsa, con su hija de cinco años en brazos.

El número de ucranianos que cruzan la frontera hacia Rusia desde las regiones del sudeste de Ucrania aumenta cada día. Mientras continúa la escalada de violencia, entre 7.000- 8.000 personas cruzan la frontera diariamente. Algunas solo hacen un alto en el camino en Rostov mientras se dirigen hacia las casas de sus parientes o amigos. Pero otros no tienen a nadie en Rusia. Para gente como ellos, extenuada por sus problemas, se han preparado plazas en casas de vacaciones y campamentos de verano, donde reciben alojamiento, comida, asistencia médica y todo lo que puedan necesitar.

Por ejemplo, el campamento de verano de Dmitriadovski ya ha dado alojamiento a casi 300 personas. El Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso ha instalado un campamento de tiendas de campaña en las inmediaciones. Además, la región de Rostov ha preparado 49 centros de alojamiento temporal para gente que llegue del país vecino.

Rodión Plajotin, de 17 años, y su hemano Daniil, de 11, han huido de Lugansk. Sus padres los metieron en un autobús con destino a Rusia.

“En nuestra ciudad teníamos mucho miedo. Sobre todo por la noche. Veíamos volar los aviones ucranianos y oíamos explosiones; entonces nos escondíamos en el sótano”, recuerdan los niños. 

Huir de la guerra

Nadezhda Petrova es menuda y parece una niña pequeña. A su lado está su hijo de 11 años, Ilyá. Tuvieron que abandonar la tristemente famosa ciudad de Slaviansk  literalmente a la carrera.

Hasta hacía poco Nadezhda era una mujer muy feliz. Abogada de éxito, consiguió un crédito para comprarse su propia casa. La casa estaba a las afueras, pero era suya; ganaba lo suficiente para pagar la hipoteca y disfrutar de una vida cómoda. Su hijo aprendía idiomas y hacía deporte. Pero los trágicos eventos destruyeron los planes de la familia y los obligaron a buscar refugio en el país vecino.

“Lo que hay en Ucrania es una verdadera guerra civil”, dice Nadezhda. “La Guardia Nacional lucha contra los civiles. Nuestros hombres se unen a las milicias para proteger a sus familias. Antes, por lo menos se avisaba a la gente de que buscase refugio con sirenas o campanas, ahora simplemente abren fuego sin avisar.”

Según Nadezhda, se ha disparado contra guarderías, escuelas, hospitales y edificios de viviendas. La ciudad se está quedando sin medicinas y lo que queda es muy caro. “Cuando se empezaron a oír explosiones en el área en el que vivíamos, nos mudamos al piso de mis padres. Por la noche, cuando estábamos cenando, de repente oímos una explosión fuera. Se rompieron las ventanas y oímos gritos. Miramos por la ventana y vimos a nuestro vecino cubierto de sangre, yaciendo en el suelo. Ya no respiraba. Otra mujer resultó herida. Otra perdió una pierna y murió en la ambulancia camino del hospital”, dice Nadezhda. Varios días después, su casa en las afueras de Sloviansk fue alcanzada en una explosión. Eso fue la gota que colmó el vaso.

Nadezhda oyó rumores de que se estaba organizando un autobús para evacuar mujeres con niños hacia Rusia e inmediatamente llamó a la gente que lo organizaba. Resultó que el autobús salía literalmente en unos minutos. Todo lo que Nadezhda pudo hace fue coger sus papeles, a su hijo y correr hacia el autobús.

“He dejado a mis padres en Slaviansk y me preocupan tanto. Mi padre es diabético y necesita insulina, y ahora se le está acabando”, Nadezhda solloza y se enjuga las lágrimas. Ilia abraza a su madre: “No te preocupes, yo estoy aquí contigo.” 

Ayudar a los vecinos

Siempre hay presentes doctores y psicólogos en los centros de acogida temporales para refugiados. La gente suele necesitar calmantes y otros medicamentos, ya que el estrés agrava otras enfermedades. Algunos niños pequeños tienen dolencias relacionadas con el frío.

Uno de los principales problemas de los refugiados ucranianos es dónde y cómo encontrar trabajo. Incluso las madres con bebés pequeños quieren trabajar. Muy pronto, los funcionarios de los servicios de empleo irán a visitar a los refugiados para ver en qué puestos podrían estar interesados y encontrarles ofertas de trabajo adecuadas.

Mientras tanto, no solo las autoridades, sino también los ciudadanos de a pie están dispuestos a ofrecer asistencia a los refugiados ucranianos. Unas 1.500 familias ya se han declarado dispuestas a acoger a gente en sus hogares. Las organizaciones benéficas han abierto cuentas especiales para donaciones y hay voluntarios que recogen ayuda humanitaria.

Se ha declarado la situación de emergencia en la región de Rostov: “La declaración de situación de emergencia hará posible acondicionar rápidamente nuevos centros de acogida temporal para los refugiados”, explica Vasili Golubev, el gobernador de la región.

Por el momento, los ciudadanos ucranianos puede cruzar libremente la frontera en la región de Rostov. Se les proporciona toda la asistencia necesaria para registrarse con las autoridades de inmigración y recibir un permiso de residencia temporal que les permita encontrar un empleo en la zona.

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