La liberación fue anunciada por el presidente checheno Ramzán Kadírov. Fuente: Vladímir Astapkovich / Ria Novosti
“¡Los periodistas rusos ya están en libertad!”, escribía el domingo 24 de mayo el presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov, en su página de Instagram. Marat y Oleg pasaron la noche en Grozni y a la mañana salieron hacia Moscú en un vuelo especial.
Los periodistas rusos han sufrido múltiples agresiones en Ucrania. El 15 de mayo soldados ucranianos abrieron fuego contra un equipo de periodistas del canal RT, y el 13 de mayo fueron víctimas de un tiroteo los mismos periodistas de LifeNews que cinco días después fueron hechos prisioneros cerca de Kramatorsk. El 2 de mayo un francotirador ucraniano abrió fuego contra un automóvil en el que viajaban corresponsales del periódico Komsomólskaya Pravda cerca de Slaviansk.
Al parecer, representantes de Kadírov llevaron
a cabo unas duras negociaciones con el gobierno ucraniano y los directivos del
Servicio de Seguridad de Ucrania, que mantenían en secreto la localización de
los periodistas y no permitieron a Marat y Oleg la visita de abogados, ni
tampoco hacer una sola llamada. La liberación fue frustrada varias veces,
aunque finalmente se ha conseguido alcanzar un acuerdo definitivo.
Las circunstancias de su cautiverio
Tras su liberación, el operador de cámara Marat Saichenko ha declarado que los militares ucranianos lo mantuvieron preso a él y al corresponsal Oleg Sidiakin en un pozo de tierra durante varios días.
“Nos dirigíamos al aeródromo (de Kramatorsk) para poder contrastar con los habitantes locales la información de que los militares ucranianos se habían ido. Cerca del lugar, unos soldados nos apuntaron con sus armas. Nosotros levantamos las manos y gritamos que éramos periodistas”, comenta Saichenko.
El gobierno de Ucrania deniega la entrada al país a numerosos periodistas rusos. El 16 de mayo se informó de que Ucrania había denegado en un solo día la entrada en el país a diez periodistas rusos temiendo que estos desarrollaran “una actividad no autorizada en el país”. El 9 de mayo unos soldados de la Guardia Nacional de Ucrania hirieron al corresponsal de RT Fiódor Zavaleikov durante una operación en Mariupol.
Después de esto esposaron a los corresponsales, los subieron a un helicóptero y los llevaron a la base del Ejército ucraniano.
“Cuando estábamos esperando el helicóptero nos mostraron un sistema de defensa antiaéreo portátil Iglá y nos dijeron “vosotros sois rusos y esta es una arma rusa”. Cuando nos metieron en el helicóptero vi que cargaban también aquella arma cubierta por una sábana. Todos los soldados estaban seguros de que habían capturado a terroristas separatistas que llevaban aquella arma consigo”, explica Saichenko.
Durante los dos primeros días los
corresponsales permanecieron en un pozo bajo tierra. “Después nos metieron en
una especie de caja metálica y viajamos durante mucho tiempo hacia algún
lugar”, señala el periodista. Al parecer, los llevaron a Kiev.
Los periodistas pasaron los últimos cinco días en el
interior de un edificio, custodiados por dos soldados de la subdivisión
especial Alfa. Varios representantes de
los servicios especiales amenazaron a los rusos con acusarles de transportar el
arma.
Según ellos, los militares creían realmente que eran terroristas. “Teníamos las manos esposadas a la espalda, las piernas atadas con cinta aislante a la altura de los tobillos y la cabeza cubierta por un saco también sellado por cinta aislante a la altura del cuello, por lo que respirábamos con gran dificultad”, informa Saichenko.
El Servicio de Seguridad de Ucrania no
interpuso ninguna acusación formal contra los corresponsales durante esos días.
“Cuando nos volvieron a esposar y a cubrir la cabeza con sacos, nos temimos lo
peor. Pero cuando nos metieron en un coche y oímos a varias personas hablar en
checheno, sentí un alivio inmediato. Comprendí quién había interferido”,
comenta el operador de cámara.
Prisioneros durante una semana
Los periodistas de LifeNews fueron captruados el 18 de mayo por soldados de la Guardia Nacional de Ucrania cerca de Kramatorsk. Más tarde, el Ministerio de Defensa de Ucrania confirmó la detención de los periodistas rusos. Al poco tiempo, en las redes sociales apareció una fotografía que demostraba que los periodistas eran prisioneros de los militares ucranianos. En la foto se veía a los corresponsales sentados con las manos esposadas y a militares de pie en segundo plano.
Entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró lo sucedido de “ilegítimo” y lo calificó de “trato inhumano”, subrayando que la detención de los periodistas rusos “demostraba que los militares ucranianos ignoraban el derecho a la libertad de expresión”.
El ministro Serguéi Lavrov exigió la liberación de Saichenko y Sidiakin y solicitó al presidente de la OSCE que interviniera en su ayuda. La Comisaria para los Derechos Humanos de Rusia, Ella Pamfílova, intervino en el asunto con una solicitud similar.
Moscú se vuelca en la defensa de los periodistas rusos secuestrados en Ucrania
En Estados Unidos al principio se puso en duda el hecho de que los jóvenes detenidos fueran realmente periodistas, aunque más tarde Jennifer Psaki, representante del Departamento de Estado, declaró: “Instamos al gobierno ucraniano a investigar estos incidentes y a liberar a estas personas sin son realmente periodistas y no pertenecen a ninguna organización armada ilegal”. En defensa de los detenidos intervinieron también los representantes la organización internacional de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch.
El canal de televisión LifeNews, al que pertenecen los corresponsales, organizó una acción masiva en las redes sociales para dar visibilidad a la detención con el hashtag #SaveOurGuys. A esta acción se unieron muchas personas famosas rusas y de otras partes del mundo.
Para la elaboración de este artículo se ha utilizado información de LifeNews.ru, Lenta.ru e Interfax.
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