Las noticias ya no son monopolio de Occidente

Fuente: RIA Novosti / Alexéi Maishev

Fuente: RIA Novosti / Alexéi Maishev

La crisis doble en Ucrania y Crimea ha revelado claramente que las noticias ya no son monopolio de Reuters, la BBC, AP o Washington Post. La 'guerra relámpago' de mentiras en la prensa occidental ha sido contrarrestada en gran medida por declaraciones muy medidas de los medios gubernamentales rusos que están ganando amigos e influyendo sobre gente en todo el mundo. El Kremlin también ha encontrado apoyo entre varios aliados influyentes, incluyendo exdiplomáticos, periodistas independientes y la blogosfera, una realidad que cada vez es más difícil ignorar.

El catedrático de Princeton, Stephen F. Cohen, realizó una soberbia exposición en The Nation sobre “la degradación de la cobertura sobre Rusia en los principales medios de comunicación” que se convirtió, por supuesto, en el artículo más retuiteado y compartido en las redes eslavas. Pero también hubo muchos otros comentaristas que se negaron a seguirle el juego a la Casa Blanca.

En las agencias de prensa occidentales, independientemente de su afliliación política, Rusia provoca reacciones negativas casi dignas de Pavlov.

En el pasado, este retrato negativo se difundía por todo el mundo sin encontrar oposición alguna. No era parcialidad; había otras causas de fuerza mayor. Las agencias de todo el mundo trabajan con plazos ajustados, a veces de infarto. En esos momentos, los editores suelen decantarse por copiar a las agencias de noticias occidentales, porque Reuters, AP y compañía suelen ser las primeras en ofrecer noticias y fotografías.

Pocos editores tienen el tiempo de revisar los textos recibidos y, dando por sentado que las noticias sean de una calidad y veracidad razonables, las publican sin comprobar los datos. Esto era una práctica habitual en todas las agencias en las que este periodista ha trabajado. 

Alcanzando a Occidente

Últimamente, sin embargo, el centro de gravedad de las noticias a nivel global ha comenzado a desviarse. Mediante el fomento de agencias de información capaces de ofrecer al mundo una alternativa al discurso occidental, Rusia ha llevado a cabo una misión imposible. Agencias como la red de televisión RT o Russia Beyond the Headlines, dentro de Rossíyskaya Gazeta (donde se inserta esta publicación), han dado pruebas de ser sorprendentemente populares, especialmente en Occidente.

Este esfuerzo es loable si tenemos en consideración que la población de Rusia es de solo 150 millones, mientras que China e India, con poblaciones de miles de millones, siguen sin hacer oír su voz.

En 2013, RT se convirtió en el primer canal de TV en la historia en alcanzar 1.000 millones de reproducciones en YouTube. Ahora es el canal extranjero más visto en EE UU después de BBC World Service.

Como era de esperar, los medios occidentales han tratado de devolver el golpe. La editora jefe de RT, Margarita Simonyán, afirma que se ha desencadenado una guerra informativa: “Cada día, cada hora, a nuestros chicos se les llama mentirosos”.

Del mismo modo, a mí mismo me han hecho todo tipo de preguntas: “¿Cómo es que te estimula escribir sobre Rusia?”, “¿Eres comunista?”, “¿Es esto bueno para tu carrera?”. 

Sin embargo, la inmensa mayoría de lectores están gratamente sorprendidos al ver los contenidos, variados y frescos, y las cabeceras de RBTH, que tienen en cuenta a su audiencia global.

Por qué pierden los papeles los periodistas occidentales

Muchos periodistas occidentales son perfectamente capaces de producir periodismo de calidad. Ni su talento ni su intención pueden ponerse en entredicho.

Sin embargo, el problema es que han sido amaestrados para servir a los intereses corporativos. Irónicamente, los medios de comunicación han llegado a parecerse a los medios estatales de la antigua URSS y raramente se desvían de las políticas que establecen grandes empresarios como Rupert Murdoch o Jack Welch.

El premio Pulitzer Peter Arnett (CNN, MSNBC) y el legendario Phil Donahue (NBC) fueron despedidos por su postura antibélica.

El 6 de marzo de 2014 el presidente Barack Obama aprobó un decreto que le permite incautarse de los bienes de cualquier ciudadano de los EE UU que directa o indirectamente obstaculice la política de los EE UU sobre Ucrania. Los periodistas que quieran conservar su trabajo no se van a arriesgar a contradecir esa ley.

En este contexto, los periodistas occidentales necesitan más nuestra compasión que nuestro desprecio. Están trabajando en un sistema que se derrumba y, al mismo tiempo, necesitan pagar sus facturas y sus hipotecas.

Construyendo redes alternativas

Según el exsecretario indio de Asuntos Exteriores, Kanwal Sibal, “Al condenar las acciones de Rusia en Ucrania, Occidente afirma una vez más estar hablando en nombre de la 'comunidad internacional', ignorando la postura de India y China. Se puede decir que Rusia se ha enemistado con Occidente o con Ucrania, pero no con la comunidad internacional al completo.”

La solución, continúa Sibal, son los “centros de poder alternativos” que pueden erigirse en la voz de la comunidad internacional de modo más inclusivo. “Los países emergentes deben construir sus propias redes políticas, económicas y de seguridad para sostener un mundo multipolar en el que los EE UU y la UE ya no sean capaces de esgrimir su enorme influencia financiera para imponer sus soluciones a los problemas”.

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