¿Qué medicamentos contra el cáncer están desarrollando los científicos rusos?

Fuente: Ria Novosti

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Decenas de laboratorios en Rusia trabajan en el desarrollo de medicamentos contra el cáncer y cada uno tiene sus secretos. Rusia Hoy ha preguntado a varios científicos cuáles son los desafíos a los que se enfrentan los más recientes estudios y cuál es la situación en el mercado de los medicamentos oncológicos.

“Estamos sintetizando nuevas sustancias químicas”, explica Anatoli Baryshnikov, director del Instituto de Investigación Científica de Diagnóstico Experimental y de Tratamiento de Tumores. “Revisamos cuál es su actividad antitumoral, creamos la formulación del medicamento. Ahora se ha abierto una línea de investigación prometedora relacionada con los compuestos de hierbas medicinales, que tienen otro mecanismo de acción y son menos tóxicos. 

En el laboratorio se está trabajando en una línea prometedora con preparados transgénicos. Por medio de plantas se obtienen proteínas “humanas” con las que se producen medicamentos contra el cáncer. Es algo nuevo y muy esperado no porque vaya a ser la panacea sino porque su resultado será un poco mejor que los medicamentos ya existentes.

La semana pasada, expertos del Instituto de Investigación de Inmunología Clínica comprobaron la eficacia de una “vacuna” contra el cáncer de mama, de próstata y colorrectal. Declararon que puede prolongar la vida del enfermo después de la operación para extraer el tumor. “No se trata de una vacuna en el sentido clásico de la palabra, como manera de prevención de la enfermedad, sino de la terapia celular”, explicó Vladímir Kozlov, director del Instituto. Los médicos, por ahora, inyectan el fármaco después de la operación, es decir, en las fases avanzadas del cáncer. La siguiente etapa del estudio será su aplicación en las fases tempranas. Sin embargo, ya está todo listo para la elaboración industrial de la versión actual del medicamento.

“Éste es nuestro invernadero”, nos muestra la colaboradora científica Yekaterina Kosobokova. 

Es una pequeña habitación con un humidificador, un ventilador y macetas de plástico con unos arbolitos de lo más conmovedores.

-Aquí hay tabaco silvestre australiano, el análogo del tabaco convencional con el que… ¡Cof, cof! –Katia tose-. …se hacen los cigarrillos habituales. Éstas no son las plantas transgénicas que todos temen. Con la ayuda de ellas obtenemos anticuerpos para la oncoproteina HER-2. Es decir, una sustancia que lucha contra ciertos tipos de carcinoma. Existe ya en el mercado farmacéutico un anticuerpo monoclonal humanizado denominado Herceptin, muy caro y sin análogo en Rusia. Con ayuda de estas plantas obtenemos un análogo mucho más económico y que probablemente también será ventajoso por otros indicadores.

Los científicos están creando bacterias con una estructura genética que obliga a las hojas del tabaco a producir la proteína necesaria para el medicamento. Las hojitas en las que se infiltran las bacterias no se distinguen de las comunes. En ellas sólo hay unos circulitos diminutos, las marcas de la jeringuilla sin aguja con la que se inyectaron las bacterias. Luego se recogen las hojas y, después de limpiarlas, se extraen las proteínas para las medicinas.

“Se están llevando a cabo trabajos similares en Alemania”, dice Katia, “en Estados Unidos hay empresas que están casi a punto de empezar su producción. Pero compuestos como los que preparamos nosotros aún no hay en el mercado.”

Está previsto que empiecen los ensayos clínicos del medicamento dentro de dos años. Estos anticuerpos permiten luchar contra el cáncer de mama y el cáncer de ovarios.

-El cáncer tiene multitud de formas -dice sentado en su despacho el jefe de laboratorio Viacheslav Kosorukov-. Todos los tratamientos tienen como objetivo incrementar la cantidad de pacientes salvados”.

-Es decir, ustedes no curan, únicamente actúan de cierta manera sobre el tumor.

-Se suele considerar que los medicamentos son algo que ingieres y te cura. Pero hasta la pastilla más corriente para combatir el dolor es efectiva en un 90 % de casos, pero no en el 10 % restante. Por eso, en el caso del cáncer de mama luchamos por el 30% con marcador de la oncoproteína HER-2. Pero no es efectivo para el otro 70%, en estos casos es preciso otro medicamento. Por supuesto, siempre hay casos para los que, apliques lo que apliques, nada ayudará. 

-¿Logran curar a algunos pacientes?

-No hablamos de curación. Se llama remisión. Todos aquellos que han padecido tumores tienen muchas posibilidades de recaer. Nos llaman decenas de personas: “Por favor, ayúdenme”… Explique, por favor, a sus lectores, que no existe “un medicamento contra el cáncer”. Así la gente quizá entienda que existen cientos de medicamentos de diferentes formulaciones. En Rusia existen decenas de institutos cuyos investigadores están consagrados a buscar un medicamento contra el cáncer. Y en el extranjero se gastan miles de millones… en compañías que planean obtener miles de millones con ello. 

-Si apareciera un supermedicamento –le digo al director del instituto Anatoli Baryshnikov- lo venderían por millones…

-No por millones, sino a millones. Si su uso se vuelve generalizado pasaría como con el fusil Kaláshnikov, que es barato y se venden millones de unidades. En nuestro país cada año enferman cerca de 600.000 personas. Conforme a los pronósticos de la OMS, para 2025 una de cada tres personas padecerá cáncer. Y nos estamos acercando a ello. Entenderá ahora que no se puede curar con compuestos químicos. En la actualidad se conocen cerca de cien clases de compuestos...  Y todos los que a priori y potencialmente podían serlo, ya se han estudiado. Lo único que queda es inventar nuevas formulaciones medicinales porque, modificando la formulación, se puede mejorar la calidad.

-Entonces, ¿a qué tarea se enfrentan quienes fabrican medicamentos contra el cáncer? 

-Los científicos siempre se enfrentan a misiones complicadas. Pero, por lo general, ahora los medicamentos los fabrican las compañías farmacéuticas, o bien se fabrican por encargo de ellas, y no sólo funciona así en nuestro país. Si la industria lo hace, ¿cuál es su principal cometido? Ganar dinero.

-Anatoli Yurévich, si no estuviera constreñido por los fondos y por las exigencias del mercado, ¿sus científicos habrían inventado ya el medicamento contra el cáncer? 

-Quién sabe… Los rusos somos inteligentes –se ríe-. Y siempre se puede llegar a las soluciones más inesperadas, incluso a las ideas más imprevistas. Y si… 

“Creo que entre nuestros científicos… -dice el jefe del dispensario oncológico nº3 del departamento de sanidad pública de Moscú, Serguéi Strazhev- sobra maestría, espíritu de innovación e investigación. Llevo muchos años en activo y he conocido a muchos pacientes. Hay a quienes les sientan mal los medicamentos nacionales y otros a los que les pasa lo propio con los importados. Qué compuestos se prescriben depende de cada caso, y los nuestros no son en absoluto peores.

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