Más de 7.000 rusos viven en el país árabe. Quiénes son y a qué se debe un número tan alto. Fuente: Vitali Beloúsov / Ria Novosti
En opinión del arabista Ajmedov el número real de ciudadanos rusos en Siria supera con mucho los 7.000, ya que hay muchos que no están registrados en el consulado. La mayoría son mujeres que abandonaron Rusia entre la década de los 50 y de los 90 con sus maridos. Sus maridos habían estudiado (ingeniería o medicina, mayormente) en las universidades de la antigua URSS y eran altamente valorados en Siria. "Las mujeres rusas" de aquel periodo aprendieron perfectamente árabe, a veces hablaban mejor que sus maridos, y dominaban el dialecto sirio.
Como en las universidades de aquel entonces había estudiantes de toda la URSS, entre estas mujeres no solo había rusas, sino también ucranianas y mujeres de las repúblicas soviéticas de Asia Central. Venían de sitios distintos, pero todas ellas estaban unidas por la lengua rusa y una cultura y tradiciones comunes.
En Siria funcionan varios centros culturales rusos y varios programas de apoyo a compatriotas desarrollados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Antes de la revolución que comenzó en 2011, en Siria había 100.000 mujeres que hablaban ruso. El único lugar de Oriente Próximo donde hay más ciudadanos rusos es Israel, allí viven casi un millón de judíos rusos y emigrantes de Rusia. Según Ajmedov esto es un enorme potencial para el país eslavo.
Hay otro tipo de rusos en Siria, los que vienen del Cáucaso Norte. Su proceso migratorio comenzó en los siglos XVIII y XIX. Muchos representantes de estos pueblos tradicionalmente guerreros desarrollaron una exitosa carrera militar en las fuerzas armadas sirias, lo que refleja una profunda integración de los caucásicos en esta sociedad. En Siria funcionan muchas organizaciones sociales caucásicas, y estos están bien representados en las estructuras gubernamentales.
En cuanto a la relación de los sirios con los rusos, Ajmedov habla tan solo de amenazas en casos aislados. Aparte del tiroteo contra el consulado de la Federación Rusa en Damasco, que fue seguramente un "hecho aislado", el experto no ha registrado otras persecuciones contra ciudadanos rusos. Esto permite sacar la conclusión de que "los sirios no han sobrepasado la línea roja de la paciencia. No tienen intención de enemistarse de forma definitiva con Rusia, incluso a pesar de que no siempre están de acuerdo con su posición y sus acciones", resume el experto.
Según Ajmedov, el establecimiento de una relación positiva con Rusia una vez terminado el conflicto pasa obligatoriamente por los rusos que viven en Siria: "Estos son nuestros 'puentes humanitarios', los embajadores populares, nuestros diplomáticos. Esos y los sirios que ahora mismo viven en Rusia. Gente educada, y los más importante, tienen una buena relación con Rusia".
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