Más territorios inundados por las inundaciones en el Extremo Oriente ruso

Los daños de la catástrofe se valoran en 1.000 millones de dólares. Fuente: AP

Los daños de la catástrofe se valoran en 1.000 millones de dólares. Fuente: AP

Los daños causados por las riadas mayores riadas registradas en la zona se valoran en 1.000 millones de dólares. Y estas cifras son preliminares, pues la catástrofe aún no ha terminado. Se ha evacuado a casi 30.000 personas y 3.000 están hospitalizadas, principalmente por heridas leves y por ansiedad. En Jabárovsk se están evacuando las casas parcialmente inundadas. Los hidrólogos prevén que el 5 de septiembre el agua ya habrá alcanzado los 830 centímetros.

En general, el curso del río Amur ha comenzado a disminuir, en algunas partes cinco centímetros diarios, en otras, hasta medio metro. A finales de septiembre llegarán las heladas a Manchuria Exterior, y miles de casas dejarán de ser habitables.


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“Hace ya casi un mes que vivimos en el desván. La casa está inundada hasta la cintura y es imposible quedarse ahí: huele a humedad y hay moho en todas partes”, suspira Marina Maslova, de la aldea de Vladimírovka. “Hoy hemos solicitado una plaza en la residencia, esperamos poder trasladarnos lo antes posible a un sitio con condiciones normales”.

La población está siendo alojada en sanatorios y en cuarteles del ejército. Las casas que todavía pueden recuperarse se están secando con bombas de calor. Ya han llegado 300 calentadores de estos procedentes de un fondo de reserva gubernamental, y se han pedido otros 2.000. Este equipo consume mucha energía, por lo que las autoridades locales han tomado la decisión sin precedente de cobrar un tercio menos a los habitantes afectados por la riada.

En los edificios de muchos pisos se han formado peculiares comunas: los habitantes de las plantas superiores acogen a sus vecinos de las plantas bajas y los alojan en las habitaciones libres.

El gobierno de la provincia china de Heiluntszyan ha ofrecido ayuda a los vecinos de la zona. Pero por el momento los rusos han decidido no aceptarla; esta región de la República Popular China también está en la zona de la catástrofe: este verano, a causa de las inundaciones y el granizo, se han visto afectados 4,5 millones de personas, y el impacto económico directo es de 12.000 millones de yenes (casi 2.000 millones de dólares).

En la aduana de Heihe se han acumulado 12 toneladas de envíos postales internacionales, ya que las olas del Amur han inundado la terminal de carga. Pero el río ha comenzado a menguar, y el 29 de agosto ya cruzaron el Amur las dos primeras barcazas de cargamento. Estas transportaron a la orilla rusa tecnología y tres toneladas de correo.

Al mismo tiempo, en Birobidzhán, la región autonomía hebrea, y en la región de Jabárovsk el río está aumentando en un recorrido de más de mil kilómetros.

En Jabárovsk el agua ha alcanzado prácticamente los 8 metros, cuando normalmente al final del verano se mantiene en los 4,5. Los ciudadanos, los equipos de salvamento y los militares han colocado ya 18 metros de dique y cada día aumentan su altura en un intento de adelantarse a la subida del Amur.

La parte insular de la ciudad ya ha recibido el nombre de 'la Venecia del Extremo Oriente': las calles se han convertido en canales con rápidas corrientes de agua turbia. El gobernador se ha encargado personalmente de convencer a los ciudadanos de abandonar la zona de peligro.

Pero más de un centenar de obstinados habitantes de la isla se han quedado en sus casas inundadas. Se han hecho con reservas de grano, azúcar y tallarines de preparado rápido. Los equipos de salvamento les llevan pan y agua.

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El pensionista Vladímir Nikoláevich se ha convertido en la curiosidad local. Lleva ya muchos días seguidos de ayuno y oración por el fin de la catástrofe. Dice que hay que aceptar con gratitud las experiencias que nos envían las fuerzas del más allá. Cuando los equipos de salvamento se dirigen a su casa, comienza a predicar con evidente satisfacción desde el tejado de su casa.

Ya ha comenzado la evacuación de Komsomolsk, el corazón de la industria del Extremo Oriente. Allí se construyen los submarinos atómicos, así como los aviones militares y de pasajeros. Pero hoy en esta ciudad construyen diques.

El presidente ruso ha visitado las regiones inundadas: observó desde un helicóptero el río desbordado por todas partes y habló con los habitantes locales.

“Todavía no nos habíamos tropezado con catástrofes de tal envergadura”, comentaba Vladímir Putin. Este ha encargado al Comité de Investigación que verifique si las actuaciones de los funcionarios en el momento de la crecida han cumplido con la ley y con las instrucciones recibidas.

Además, ha visitado a 20 evacuados en sus lugares de alojamiento temporal. Para que la delegación presidencial pudiera trasladarse rápidamente, se cerró una de las tres vías principales de la ciudad. Otra la “cerró” el Amur: la vía está derrubiada en varios tramos. Como resultado, el tráfico quedó paralizado en medio Jabárovsk, que cuenta con 600.000 habitantes.

Tras la visita del jefe de Estado a la región inundada fueron destituidos el delegado presidencial en el Extremo Oriente y el ministro de Desarrollo del Extremo Oriente, Víctor Ishaev. El puesto de delegado lo ha ocupado el asistente del presidente, Yuri Trutniev.

Aún queda pendiente que el gobierno ruso asigne el puesto de ministro de desarrollo. Se ha anunciado oficialmente que los cambios de personal no están en absoluto relacionados con las inundaciones, y que la decisión de destituir a Ishaev estaba tomada desde el mes pasado.

Según los pronósticos, la crecida tardará como máximo 15 ó 20 días en llegar a la desembocadura del Amur. El nivel del río tardará varias semanas en decrecer.

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