La educación sexual en Rusia aún deja mucho que desear, pero la creciente difusión de métodos de control de la natalidad ha cambiado las tendencias demográficas en Rusia. Fuente: RIA Novosti / Serguéi Veniavski
En la Unión Soviética los abortos eran sorprendentemente comunes. "Mi abuela me contó una vez que tuvo 12 abortos", confiesa Dasha, una moscovita cercana a los 30 años, a The Moscow News. "Y una vez tuve una conversación con mi antigua casera, que ahora tendrá unos 67 años, sobre tener hijos. No podía recordar cuántas veces había abortado, pero creía que eran unas 18".
El aborto era utilizado ampliamente como método de control de la natalidad en la URSS. El Ministerio de Sanidad registró 5,5 millones de abortos en 1965, comparados con 2 millones de nacimientos. Un estudio realizado en San Petersburgo justo después de la caída de la URSS mostró que solo un 14 % de las mujeres entre 15 y 65 años nunca habían abortado.
No sorprende, pues, que Rusia adquiriese una mala reputación, prolongada por atroces relatos sobre el pasado, por promover una "desenfrenada cultura del aborto", un estereotipo que aún pervive. En Qué esperar cuando nadie espera, un libro sobre la natalidad en los EE UU publicado el pasado abril, el autor, Jonathan Last escribió que las altas tasas de abortos en Rusia "podrían ser las estadísticas más macabras de la historia de la humanidad. Sugieren que se trata de una sociedad que ya no tiene ganas de vivir". Por desgracia, Last basó su análisis en estadísticas de 2002.
"Los números de abortos están disminuyendo", anunció Yelena Baibarina, directora del Departamento de Medicina Infantil y Obstetricia del Ministerio de Sanidad, en una entrevista con RIA Novosti a principios de agosto de 2013. "En 2008 había 73,1 abortos por cada 100 nacimientos; en 2012, la cifra descendió a 49,7".
Las estadísticas de Ministerio no son completas, ya que excluyen los abortos realizados en clínicas privadas. Pero incluso las estadísticas de Rosstat (servicio estatal de estadística), que incluyen tanto las operaciones en clínicas privadas como en hospitales públicos, muestran que la cantidad de abortos ha disminuido a la mitad desde 2000: de 2,1 millones en 2000 a 1,1 en 2011, último año recogido por Rosstat.
Sin embargo, la tasa de abortos en Rusia todavía es comparativamente alta, más del doble de la media de Europa occidental, con unos 22 abortos por cada 100 nacimientos, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Pero los estudios demográficos muestran que los números de abortos en Rusia bajan de manera continuada, aproximándose a los niveles europeos.
Las causas del cambio
Según los expertos, la causa son los métodos anticonceptivos.
"Quizá el factor más importante sea la emergencia de un mercado de métodos anticonceptivos y la accesibilidad de la información necesaria", afirma Viktoria Sakevich, demógrafa de la Escuela Superior de Economía, en una entrevista con The Moscow News.
En la Unión Soviética, los contraceptivos eran muy difíciles de conseguir y los preservativos de mala calidad eran el único medio accesible contra los embarazos no deseados. Cuando otros métodos llegaron a Rusia, la tasa de abortos comenzó a descender.
"La cifra de abortos empezó a trazar una curva descendente en los 60, que se acentuó en los 80 con la amplia accesibilidad del DIU", comentó a The Moscow News Borís Denísov, un activista pro-elección y demógrafo de la Universidad Estatal de Moscú. "Se empezaron a alcanzar puntos más bajos con la aparición en el mercado de anticonceptivos orales, tras el colapso de la URSS":
La revolución de los anticonceptivos
Con la concienciación sobre métodos anticonceptivos y su accesibilidad, el aborto dejó de ser el primer método de control de natalidad. Un estudio conjunto publicado por Denísov y Sakévich en 2012 reveló que el 77 % de las mujeres con pareja estable usan algún tipo de contraceptivo. "Se le puede llamar una revolución contraceptiva".
Por el contrario, la mayor parte de los abortos en la actualidad son el resultado de una planificación familiar consciente por parte de mujeres que ya tienen uno o dos hijos, según Liubov Yerofeyeva, directora de la Asociación Rusia para la Población y el Desarrollo. "Esto significa que las mujeres son conscientes de una cosa tan compleja como el aborto. La madre no es una chiquilla frívola, sino una mujer responsable que se da cuenta de la carga que otro hijo significa para la familia", explica.
También los hombres han comenzado a participar en la planificación familiar, aliviando la carga que supone para las mujeres encargarse de todo ellas solas. "En la URSS, el embarazo era problema de la mujer", añade Yeroféyeva. "Pero ahora la situación económica ha mejorado, los hombres colaboran más con sus compañeras y las parejas casadas planean cuántos hijos quieren".
Poca educación sexual
El Gobierno, hasta ahora, ha optado por un término medio. Los abortos durante las primeras 12 semanas son libres en Rusia, además de baratos. Los procedimientos dentro de esta primera etapa incluyen la aspiración, inventada por científicos rusos en la década de 1920 y conocida como "mini aborto". Se realiza como una intervención ambulatoria rápida y cuesta menos de 100 dólares; la clínica Yevroklinik de Moscú anuncia "mini abortos" por 2.500 rublos (unos 75 dólares) en su web.
Sin embargo, el Gobierno sigue sin promover una política pública de educación sexual y planificación familiar. La Iglesia Ortodoxa se ha puesto a la cabeza del lobby antiaborto ruso, que ha conseguido endurecer los requisitos legales para el aborto y su publicidad en 2011 y bloquear legislación ya aprobada para la introducción de educación sexual en las escuelas.
La creciente influencia de la Iglesia en la política hace improbable que se adopte, al menos por el momento, una postura más liberal. Sakévich, experto en demografía, señala que "Ni siquiera podemos soñar con una política de planificación familiar con nuestro actual Gobierno conservador".
Pero continuar con el descenso de los abortos y el aumento de la natalidad sin menoscabar la libertad de elección de la mujer requiere más educación y apoyo del Gobierno. Un informe sobre salud sexual publicado en mayo por Rosstat, conjuntamente con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, reveló que un gran porcentaje de mujeres (13 %) aún utiliza medios anticonceptivos poco fiables, como el coitus interruptus, y muchas no tienen acceso a centros profesionales de planificación familiar.
La educación sexual en Rusia deja mucho que desear, pero es cierto que el creciente uso de métodos anticonceptivos fiables ha cambiado las tendencias demográficas en Rusia.
"Es lo que hay", dice Yeroféyeva. "Pero ya no es posible afirmar que Rusia tiene una cultura del aborto".
Publicado originalmente en inglés en The Moscow News.
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