Remedios caseros para luchar contra la tos, la fatiga o el dolor de garganta. Fuente: PhotoXpress
Según los últimos datos, el hombre conoce las propiedades curativas de las plantas desde el 6.000 a.C. Ocupados en las actividades cotidianas, los pueblos de la Antigüedad registraron las cualidades medicinales de las distintas plantas y las emplearon para curar resfriados e infecciones.
En la antigua Rusia, los magos y los curanderos valían su peso en oro: conocían los efectos milagrosos que las plantas obraban en el organismo humano. Más tarde, los centros de curación en Rusia fueron los monasterios donde, desde el siglo XI, se cultivaban plantas medicinales y se compilaban recetas.
Entre los curanderos monásticos más famosos figuran Serafín de Sarov y Sergio de Rádonezh. Este último, según testimonios de sus coetáneos, realizó muchos milagros. Como afirman las hagiografías, una vez resucitó a un niño que murió en brazos de su padre, cuando este último llevaba al pequeño ante el santo para que lo sanara.
En aquellos tiempos la medicina alternativa se dividía en varias esferas: del tratamiento con plantas se ocupaban los recolectores y los sanadores, y de los métodos mágicos con fines curativos, los curanderos. Un caso aparte era el de las comadronas, cuyo cometido era ayudar a las embarazadas y asistirlas en el parto y empleaban para ello remedios populares. Hasta principios del siglo XX, en Rusia incluso existieron instituciones especiales de enseñanza, escuelas de parteras, donde se enseñaban los fundamentos de los alumbramientos.
Los recolectores de plantas y curanderos existen desde entonces y, además, gozan de una gran popularidad en la Rusia actual, sobre todo entre las personas de mayor edad. El tratamiento con plantas medicinales se ha convertido paulatinamente en Rusia en una industria potente gracias a la cual los fitoterapeutas están obteniendo suculentas ganancias. En los últimos años los centros de fitoterapia han proliferado en muchas ciudades rusas.
“Hoy en día, en Rusia se sigue la experiencia europea y somos conscientes de lo importante que es llevar una vida sana”, comenta Natalia Nikoláievna, directora del centro de fitoterapia y herboristería Mijaíl Gordéiev.
“Hemos asistido a seminarios en Europa y observado que cuentan con centros de fitoterapia especiales, donde los expertos pasan consulta y prescriben el tratamiento adecuado”.
Según Natalia, los productos más populares hoy en todo el mundo son los suplementos biológicos activos (BAS), que con frecuencia se falsifican, lo que ha despertado el recelo a adquirirlos en muchos consumidores. Cuestan bastante dinero, entre 500 y 1.500 dólares, y no todo el mundo tiene poder adquisitivo para permitírselo. Por eso, creo, gran cantidad de personas recurren a las hierbas y a la fitoterapia”, declara.
Es muy habitual, según ella, que muchos hombres y mujeres que sufren infertilidad acudan a los fitoterapeutas, así como madres con hijos.
“En nuestro centro tratamos a más de 20.000 pacientes. Hemos tenido un buen número de casos de recuperaciones milagrosas. El último de ellos es bastante peculiar. A nuestra consulta acudió una paciente aquejada de cirrosis, una mujer de avanzada edad, a la que le habían concedido la invalidez por su enfermedad. Después de seguir el tratamiento, acudió a la consulta médica y se echó a llorar. Le habían informado de que estaba totalmente recuperada y que ya no tenía ninguna incapacidad. '¿Por qué llora?', le preguntó el médico. Y ella respondió: 'Porque ahora no me pagarán la prestación por invalidez”.
Cómo funciona
En la medicina alternativa hay gran cantidad de remedios diferentes y, a pesar de que muchos médicos rusos animan activamente a los enfermos que ante cualquier problema de salud acudan a los especialistas, los rusos siguen prefiriendo procurarse sus propios tratamientos. Para quienes prefieren los remedios caseros a hacer cola en la consulta del médico, presentamos las recetas más populares de la medicina tradicional rusa.
Para la tos y el dolor de garganta:
-Picad en un mortero ocho dientes grandes de ajo hasta conseguir una masa homogénea, añadid ocho cucharaditas de vinagre de vino, mezclad bien y dejadlo reposar en la nevera durante toda la noche. Por la mañana, añadid dos cucharadas calientes de miel oscura y mezclad bien. Tomad dos cucharaditas de la mezcla y mantenedla en la boca lo máximo posible hasta que el compuesto se disuelva, luego tragad la mezcla a sorbos.
-Coged unas hojas de col blanca y golpeadla suavemente con un martillo de cocina. Aplicad sobre el cuello y luego envolvedlo con una bufanda caliente. Cambiad las hojas cada dos horas. Este remedio frena el proceso inflamatorio en la garganta.
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Para la fatiga:
-Mezclad 500 gramos de nueces trituradas, 300 gramos de miel, 100 ml de zumo de aloe y el jugo de 3-4 limones. Tomad una cucharadita tres veces al día, media hora antes de las comidas.
-Poned en una taza una cucharada de albahaca picada y preparad una infusión con 200 ml de agua hervida y dejad que repose 20 minutos. Tomad esta infusión como si fuera un té con miel, no más de 2 veces al día.
Para el dolor de cabeza:
-Triturad diez dientes de ajo, verted 50 ml de leche en un cazo y ponedlo al fuego. Cuando rompa a hervir la mezcla, bajad el fuego y reducir durante 5 minutos. Una vez la mezcla se enfríe, pasadla por el colador. Aplicad 5-10 gotas del producto en cada oreja, manteniendo la cabeza inclinada unos minutos.
-Añadid 3 cucharadas de hojas de ortiga a 400 ml de agua hirviendo y coced a fuego medio durante 3-4 minutos más. Después dejad reposar durante una hora. Tomad medio vaso durante el día. Colad la infusión antes de beberla.
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