El objetivo principal del sistema nacional de rehabilitación es implicar a los centros privados en el tratamiento de la drogadicción, puesto que los recursos del Estado resultan insuficientes. Para llevar a cabo este programa está previsto que se inviertan cerca de 5.500 millones de dólares. Pero sólo 500 instituciones, con capacidad para albergar hasta 20.000 personas, podrán acceder al dinero presupuestario: centros religiosos, clínicas privadas que ofrecen servicios de pago y organizaciones sociales.
A día de hoy, Rusia sólo cuenta con 1.730 plazas en instituciones médicas especializadas del Estado, cuando, según las estadísticas del FSKN, en el país hay entre siete y ocho millones de drogodependientes, de los cuales aproximadamente 600.000 están oficialmente censados.
Se supone que los medios llegarán a los drogodependientes en forma de certificado especial de rehabilitación. Para recibirlo, el candidato a participar en el programa deberá firmar un contrato con un centro de rehabilitación certificado por el FSKN, así como con un órgano que controlará el tratamiento de los toxicómanos, esto es, los servicios sociales, por ejemplo, o los agentes de policía.
El programa nacional prevé que la rehabilitación, además de voluntaria, pueda ser obligatoria, especialmente como alternativa a la sanción administrativa.
Las personas que acepten participar en el programa nacional se inscribirán en una base de datos especial, a la que sólo tendrán acceso los órganos de seguridad y la administración.
Además, el programa también tiene previsto incluir los trastornos mentales y de conducta surgidos como resultado del consumo de drogas en la lista de enfermedades socialmente importantes o que representan un peligro público. Así, la toxicomanía figurará en la misma lista que la peste, el cólera y el carbunco. La ley de protección de la salud pública autoriza la divulgación de información, amparada por el secreto médico, sin necesidad de contar con el consentimiento de las personas implicadas.
El programa, según informa el FSKN, ha sido coordinado con los órganos pertinentes y, en primer lugar, con el Ministerio de Sanidad. Muy pronto se someterá al visto bueno de la administración presidencial y para su aprobación definitiva se necesita la firma del Jefe de Estado.
Los especialistas se muestran escépticos respecto a la iniciativa del FSKN. Alexander Savitski, psicólogo especializado en la rehabilitación de toxicómanos, señala que el FSKN no sigue ningún criterio a la hora de certificar los centros de rehabilitación, de modo que los fondos presupuestarios pueden acabar en manos de “personas muy alejadas de la medicina. Pienso, en especial, en la Hermandad del Espíritu Santo o en los centros de tratamiento dirigidos por la Iglesia de la Cienciología que, en lugar de curar, predican su doctrina”.
Oleg Zykov, presidente de la fundación 'No al alcohol y las drogas' y miembro de la Duma, duda de la eficiencia del uso de los recursos. “Tenemos razones para suponer que el dinero puede ir a parar a las cuentas de organizaciones vinculadas a miembros del FSKN, dado que serán las comisiones antidroga las que deberán responder por la distribución presupuestaria a nivel local”, declara. “Cuando se trata de subvenciones estatales, siempre aparece un gran número de organizaciones, no siempre de buena fe, que pugnan por la obtención de dichas ayudas”.
Publicado originalmente en ruso en Kommersant.
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