Se recupera la población de leopardos del Cáucaso

Los esfuerzos de WWF y entidades rusas permiten la cría y puesta en libertad de este felino. Fuente: AP

Los esfuerzos de WWF y entidades rusas permiten la cría y puesta en libertad de este felino. Fuente: AP

El leopardo de Persia es una especie en la lista roja de la UICN que cuenta con unos 30 ejemplares en el Cáucaso y ha sido capturado en vídeo en el coto forestal de Osetia del Norte. Anteriormente, las autoridades federales y la sección rusa de WWF ya se habían preocupado seriamente por el futuro de este raro depredador.

La aparición del leopardo en el coto "no es casualidad, pues precisamente aquí [...] hay un gran número de todo tipo de animales que constituyen el alimento de estos leopardos", afirma el comunicado del Ministerio de Medio Ambiente de la Federación Rusa.

“En la actualidad, el hábitat de esta subespecie está muy fragmentado, y en buena parte del territorio los leopardos se han extinguido completamente. Sin embargo, frecuentemente, cada cinco o diez años este leopardo aparece en el Cáucaso Norte", declaró Antón Berseniev, director del departamento asignado del Ministerio de Medio Ambiente, cuyas palabras se incluyen en el comunicado.

El leopardo de Persia (Panthera pardus ciscaucasica) estaba casi extinguido en el Cáucaso a finales del siglo XIX y principios del XX. Anteriormente, esta subespecie habitaba el territorio que iba desde el Cáucaso Norte hasta el Mar Rojo y desde el Bósforo hasta Pakistán. En los años 50, en el Cáucaso ruso quedaban ejemplares contados de este leopardo. Hoy en día, los leopardos aparecen rara vez cruzando las repúblicas caucásicas desde el norte de Irán. Según los datos de WWF, el total de estos felinos es de menos de 350 animales: 30 en el Cáucaso, 200 en Irán y alrededor de 110 en Turkmenistán.  

Una labor minuciosa

En la actualidad, WWF junto con el Ministerio ruso de Medio Ambiente, uno de los institutos especializados de la Academia Rusa de las Ciencias y el zoo de Moscú, está llevando a cabo un proyecto para restaurar la población del leopardo de Persia. Las crías de los leopardos que ahora viven en jaulas en el parque nacional de Sochi serán liberadas en la naturaleza.

En el centro de cría y rehabilitación del leopardo, que se encuentra en el parque nacional, vivían hasta hace poco dos machos, General y Alous, enviados desde Rurkmenistán en el año 2009, y dos hembras, Cherry y Mino, enviadas desde Irán en el 2010. Sin embargo, hasta el momento estos leopardos solo se miran entre sí y no se han formado parejas, por lo que, para la dinamización del proyecto de WWF, Rusia ha organizado el traslado de parejas formadas del parque zoológico de Lisboa: en octubre se firmó en Sochi el acuerdo de envío de un macho llamado Zafig y de su pareja, Andrea. Los dos fueron enviados desde la capital de Portugal en un vuelo comercial y, a mitad de trayecto, hicieron una parada de 12 horas en Moscú.

"Desde el mismo comienzo del programa, decidimos que tomaríamos animales tanto de la naturaleza como de parques zoológicos. Calculamos que a lo largo del próximo año ya habrá crías, las cuales, cuando cumplan año y medio y después de un proceso de adaptación, serán liberadas en la naturaleza", ha comentado el director de WWF Rusia Ígor Chestin.

Según su opinión, durante la estancia de los leopardos de Portugal en el criadero se engendraron al menos dos camadas (un total de entre cuatro y seis crías). Después se devolverá la pareja al parque zoológico de Lisboa, tal y como está previsto en el acuerdo.

Las crías de leopardo que nazcan durante el año 2013 serán puestas en libertad en la reserva natural del Cáucaso una vez aprendan a cazar y a desempeñar las funciones normales de un animal salvaje.

A finales del 2008, en base a la resolución del gobierno ruso de financiar la construcción capital del centro para la cría y rehabilitación del leopardo (la parte más costosa del proyecto) y dentro del marco del programa preparativo de los Juegos Olímpicos de Sochi,  se tomaron los fondos del presupuesto federal. En mayo de 2010, Vladímir Putin, que entonces ocupaba el cargo de primer ministro, abrió la jaula de uno de los dos machos enviados a Rusia desde Irán para dejarlo salir al criadero del parque nacional de Sochi. 

En el lejano oriente ruso habita otra especie de leopardo, el leopardo de Amur (Panthera pardus orientalis), cuya población se está recuperando poco a poco gracias a los esfuerzos de los especialistas.

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