“Al principio no contábamos con la ayuda de nadie”

El secretario general de la BIE Vicente González Loscertales (a la derecha) y jefe de la delegación Stein Christensen durante su reciente visita a Ekaterimburgo. Fuente: Pavel Lysizin / RIA Novosti

El secretario general de la BIE Vicente González Loscertales (a la derecha) y jefe de la delegación Stein Christensen durante su reciente visita a Ekaterimburgo. Fuente: Pavel Lysizin / RIA Novosti

Arkadi Chernetski, presidente del consejo supervisor Expo 2020 y exdirector de la administración de Ekaterimburgo, comenta las razones por las que se decidió presentar la candidatura para organizar la Exposición Universal y lo que supondría para la ciudad, la región y el país.

¿Cómo surgió la idea de presentar la candidatura de Ekaterimburgo como sede de la Exposición Mundial 2020?

En el plan estratégico de desarrollo de la ciudad, adoptado en 2003, había una sección entera dedicada al desarrollo del programa de la exposición. Lo más importante era construir el recinto ferial.

Hoy Ekaterinburg-Expo, complejo donde se celebra la feria Innoprom, es uno de los pabellones de exposiciones más grandes de Rusia. Y se convirtió en el punto de partida para llegar a la idea de organizar un evento global como la Exposición Universal.

En la última década, Ekaterimburgo, que era una ‘ciudad cerrada’ durante la época soviética, se ha transformado radicalmente. ¿Por qué razón?

La más importante es que, como al principio no contábamos con la ayuda de nadie, valoramos adecuadamente nuestros puntos fuertes y débiles. Empezamos a comprometernos profundamente con el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, centramos nuestra atención en la óptima situación geográfica de la ciudad con el fin de utilizarla como centro de distribución: a nuestro alrededor hay una zona con una población bastante densa, con buen desarrollo humano, y había que convertir Ekaterimburgo en un polo de atracción no sólo para los habitantes de la ciudad y de la región de Sverdlovsk sino también de toda la zona.

En segundo lugar, nos hemos esforzado en desarrollarnos de manera sistemática e integrada, sin dar tumbos. El plan estratégico de desarrollo de Ekaterimburgo era un documento innovador y de calidad que establecía unas prioridades radicalmente diferentes con respecto al periodo soviético. La creación de un entorno confortable era la idea dominante.

¿Cuáles son las ventajas de Ekaterimburgo en comparación con las otras ciudades rivales?

Un clima estable y bueno, un ambiente tranquilo y la dinámica de desarrollo que ha mostrado la ciudad en los últimos años.

Es una ciudad llena de jóvenes, abundan los estudiantes universitarios y de posgrados. Gozamos de un entorno verdaderamente creativo. En este sentido, la exposición encajaría muy bien aquí, pues las semillas caerán en suelo fértil, el resultado será visible.

¿Qué dará la Expo 2020 a la ciudad y a la región?

Muchas cosas. Desde la visibilidad, que determinará el destino de la ciudad y de la región, hasta realidades concretas, sobre todo las nuevas infraestructuras.

La cifra de visitantes prevista, si se celebra finalmente la Expo Universal 2020 en Ekaterimburgo, es de 32 millones. ¿Cómo se calculó esa cifra?

Hay metodologías que permiten estimar el número potencial de visitantes. Para hacer la propuesta y la valoración de los gastos era necesario tener un punto de partida. Considero que es una cifra realista aunque, para hacerla realidad, es preciso que se hagan serios esfuerzos institucionales dentro del país, como, por ejemplo, la mejora del transporte público.

¿Cómo es el trabajo de los países candidatos con los representantes de Estados que darán sus votos por uno u otro proyecto?

Existen diferentes formas de trabajo y la más importante es la que se hace a nivel interestatal. Porque si en las organizaciones deportivas internacionales los miembros son las federaciones nacionales, la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) es una organización intergubernamental y la posición del Estado es decisiva aquí. Naturalmente, mantenemos contacto con los representantes de los Estados que son miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones.

En su opinión, ¿cuál de las otras ciudades rivales tiene buenas probabilidades para llegar a ser sede de la Expo 2020?

Todas tienen sus pros y sus contras. Izmir es la segunda vez que presenta su candidatura. La vez anterior la ganó Milán, que acogerá la Expo 2015, y esta vez han corregido muchos errores.

Dubái, por lo que respecta a infraestructuras, está ya lista. Sao Paulo, por el tamaño de la ciudad y la región, es el aspirante más serio. Tailandia ha preparado muy seriamente las presentaciones.

En la historia reciente de las Exposiciones Universales fueron un éxito la de Shanghái 2010 y un fracaso la de Hannover 2000. ¿Qué necesitan hacer Ekaterimburgo y Rusia para que su proyecto sea idóneo?

En mi opinión, es sumamente importante trabajar bien el tema de la exposición. Nuestro lema es “Inteligencia global” y propone dialogar sobre otras formas de desarrollo de la humanidad. Nos gustaría abrir un debate en torno a este tema. Es necesario separar el grano de la paja, discutir lo que es bueno y lo que es malo de la globalización.

Texto abreviado. Publicado originalmente en ruso en Védemosti.

Más información en la página oficial de la candidatura. (En ruso e inglés).

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